Tomamos el rol de un mercenario –quien muy posiblemente se convierte más adelante en uno de nuestros enemigos en Shadow of Chernobyl–, visitando la llamada zona de exclusión en las afueras de la zona contaminada por la radiación. Debido a la naturaleza del nuevo protagonista, seremos capaces de negociar o asociarnos con cualquier facción paramilitar que se nos antoje. De esa manera les ayudaremos a recolectar los valiosos objetos que canjean por dinero contante y sonante, así como ahuyentar a los miembros de facciones enemigas o los animales grotescamente mutados. Habrá un total de ocho grupos, y durante el desarrollo, se nos dará la opción de aliarnos hasta con un total de cinco de ellos.
La acción continuará siendo un elemento predominante en el título de GSC Game World. Y, como también pudimos ver en la primera parte, es preferible no lanzar nuestra ofensiva a la ligera. Es vital parapetarnos en sitios estratégicos e intentar coger desprevenido al enemigo. Una buena cubierta puede ser decisiva, pero ¡cuidado! No es oro todo lo que reluce. Si nos cubrimos tras un muro poco consistente, y el enemigo cuenta con la potencia de fuego necesaria, podría dejarnos al descubierto. En esta secuela se ha mejorado la interactividad con todo el entorno, así como la física general. Por supuesto, nosotros también podremos usar esta arma de doble filo a nuestro favor, sembrando el pánico entre las fuerzas rivales.
Mientras que Shadow of Chernobyl se desarrollaba en un total de dieciocho localizaciones diferentes, en la precuela el número se ha reducido hasta las catorce. ¿Será menos extenso el mapa por ello? Aún no lo sabemos con certeza, ya que las cinco inéditas podría compensar el menor número con una extensión más vasta –como es el caso confirmado de una de ellas llamada "Marshland", y que será la mayor vista en la saga–. A pesar de haber pasado únicamente un año aproximadamente en la cronología entre los dos juegos, serán visibles algunos cambios en las zonas que volvamos a visitar.
Si bien es cierto se nos da la posibilidad de terminar el modo historia completo sin alistarnos en ninguna facción en concreto, será de gran ayuda prestar nuestros servicios a los demás. Así es como lograremos acceder a nuevas misiones que, una vez completadas, nos retribuirá recompensas tan suculentas como armas e indumentarias de mayor calidad, entre otras ventajas. Entre las misiones que encontraremos tenemos las de capturar puntos clave para nuestra facción como fábricas, atalayas o bases enemigas; así como otras más variopintas que incluyen la caza de vida animal. Y, siendo francos, más nos vale estar bien equipados en Clear Sky porque algunas de las nuevas aberraciones son extremadamente peligrosas y feroces. Pongamos por ejemplo la llamada bestia "Marsh". Ésta encantadora criaturita gusta de camuflarse entre la alta hierba de la zona, puede moverse a una velocidad asombrosa, y los saltos olímpicos no parecen ser su talón de Aquiles. Así que más vale estar preparados.
Entre algunas de las novedades claramente apreciables en Clear Sky, podemos resaltar un PDA rediseñado –resultando ahora más práctico e intuitivo de usar–, o la posibilidad de realizar viajes rápidos cuando queremos desplazarnos hasta una zona especialmente alejada de nuestra posición. Es palpable una mejora sustancial en la inteligencia artificial del resto de personajes. Os daréis cuenta en cuanto entréis en combate junto a ellos y veáis de qué forma se cubren y devuelven el fuego enemigo, usando por ejemplo granadas. No podremos darles órdenes directas –como hemos visto en muchos juegos recientemente–, pero su comportamiento estará influenciado por nuestros propios actos.
Además de todo lo citado y para todos aquellos que posean una tarjeta gráfica DirectX 10 y utilicen Windows Vista como sistema operativo, podrán arrancar el juego a través de un renderer DirectX 10, ya que ahora el motor gráfico sí lo soporta, aunque probablemente no lo explote demasiado. Aclarar que todos los efectos que os acabamos de nombrar estarán accesibles en la versión DirectX 9.
La fecha actual con la que está datado –al menos de momento- es mayo del presente año. Confiamos en que, tras los retrasos que ha sufrido no le ocurra como al original, y finalmente lo veamos en la pantalla de nuestros ordenadores en los próximos meses.