Análisis de S.T.A.L.K.E.R. Clear Sky (PC)
Un mercenario. Centenares de enemigos potenciales, y un entorno completamente inestable. Nadie dijo que la guerra fuera un juego de niños.
Alberto Pastor ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
8.9
SONIDO
8.2
NOTA
7.6
DIVERSIÓN
7.2
JUGABILIDAD
7.5
Análisis de versión PC.
Tras seis largos años de desarrollo, el pequeño estudio ucraniano GSC Game World logró sacar adelante su ambicioso S.T.A.L.K.E.R: Shadow of Chernobyl. Fue un largo período de gestación en el que se perdieron algunas de las ideas más interesantes del proyecto, si bien es cierto al final pudimos disfrutar de un gran juego, muy distinto a lo que estamos acostumbrados a ver actualmente, en el que se combinaba la acción en primera persona con diversos elementos del género rol, una ambientación realmente opresora y en muchos casos terrorífica y, sobre todo, un desarrollo de la acción sorprendentemente libre que nos brindaba la oportunidad de explorar un mundo inmenso plagado de peligros de todo tipo.
Ahora, sin las prisas por lanzar el juego como ocurrió con el original, algo que hizo, como decíamos, que varias de las ideas que el estudio tenía se perdieran por el camino, GSC nos ofrece la oportunidad de regresar a La Zona, aunque esta vez un año antes de los acontecimientos vividos en el título original. Sin embargo, pese a esta nueva fecha, nadie debe caer en el error de pensar que la devastada región de Chernóbil, asolada por varias catástrofes nucleares, va a ser un lugar más seguro.
Territorio en disputa
Shadow of Chernobyl nos sumergió de lleno en una aventura en la que la soledad fue una de sus máximas jugables. Encarnando a un S.T.A.L.K.E.R –una especie de mercenario-, nos adentramos en este inhóspito territorio en solitario para descubrir como varios grupos peleaban entre sí por los extraños artefactos que se habían generado en la llamada zona de exclusión. Con un impresionante grado de liberad, podíamos resolver todos los desafíos que se nos planteaban de muchas formas distintas, así como apoyar a unas facciones u otras para aumentar nuestra reputación y beneficios. Las opciones parecían ilimitadas, algo que se potenció con la variedad de situaciones que vivimos: pasábamos de combatir en entornos abiertos contra decenas de enemigos, a sufrir de lo lindo en zonas tremendamente oscuras en las que el terror se convertía en un gran protagonista.
Clear Sky mantiene gran parte de estas premisas, aunque desde un principio apuesta por la guerra a gran escala desatada por una serie de facciones rivales que se disputarán el control de La Zona. Pese a esto, nosotros seguiremos encarnando a un solitario y misterioso mercenario que por culpa de una anomalía provocada por la radiación –una especie de onda expansiva que termina con toda la vida del lugar-, aparecerá en el campamento de un extraño grupo de científicos que se hacen llamar Cielo Despejado. A partir de aquí, tendremos que realizar diversas tareas para aumentar nuestro prestigio y granjearnos la confianza de este grupo o, por el contrario, apostar por cualquiera de las otras facciones que lucharán sin tregua en esta región.
En este sentido, el desarrollo de la acción será prácticamente idéntico al visto en el original. Así, de nuevo podremos recorrer con un notable grado de libertad los nuevos entornos desarrollados para la ocasión –si bien es cierto también visitaremos lugares conocidos- mientras entablamos relación con las ocho facciones que se disputan el territorio. Al respecto, el sistema de diálogos será muy similar al visto en cualquiera aventura gráfica o juego de rol, teniendo a nuestra disposición varias opciones que nos van a permitir desvelar nuestros detalles de La Zona y los misterios que la rodean, obtener nuevas misiones, o simplemente comerciar con nuestro equipo y todos aquellos artefactos que hayamos recorrido en nuestros viajes. Algo muy importante si tenemos en cuenta que estamos ante un título en el que el equipo que llevemos encima jugará un papel importantísimo en el devenir de los acontecimientos. No por nada, tendremos que sanar nuestras heridas con vendajes y demás curas, o restablecer nuestro nivel de salud con medicinas y alimentos. Pero igualmente, dependiendo del tipo de arma que llevemos, o las protecciones que hayamos equipado, nuestra capacidad ofensiva será mejor o peor.
El problema es que conseguir un equipo competente no será una tarea sencilla. Principalmente, porque el dinero será un bien demasiado escaso, por lo que en la mayoría de casos dependeremos de los materiales que arrebatemos a los muertos. Y éste es un elemento que a la larga nos complicará muchísimo el avance en la partida ya que los combates serán mucho más numerosos e intensos que en el original, por lo que la muerte nos sorprenderá con mayor frecuencia de la esperada.
Y éste es un aspecto que está muy ligado al nuevo enfoque que los desarrolladores han dado a las contiendas, ya que éstas se producirán a mayor escala y con mayor frecuencia que en el original. Además, verdaderamente sentiremos que nos encontramos ante un auténtico conflicto bélico, ya que los acontecimientos se sucederán a nuestro alrededor, de forma aleatoria y en tiempo real, mientras nosotros nos movemos de un frente de batalla a otro apoyando a nuestra facción. Como recordarán los aficionados del original, ésta es una característica que los desarrolladores ya exploraron en Shadow of Chernobyl, ya que dependiendo de nuestros actos, las zonas por las que pasábamos podían ser controladas por una facción u otra, o por los propios mutantes. Algo que como veremos a continuación se ha potenciado de forma notable en Clear Sky.
Así pues, tras recibir el encargo de conquistar una región, tendremos que usar a un guía para que nos lleve al lugar en cuestión. Una vez allí, gracias a la PDA con la que contaremos, en la que se nos mostrará un mapa de la región con los puntos clave de la misma, y el nivel de control que posee cada facción sobre el territorio, deberemos avanzar por el inmenso campo de batalla respondiendo a las llamadas de auxilio que nos lanzarán nuestros aliados constantemente, y que irán desde ir a defender una posición de un asedio enemigo a conquistar puntos estratégicos necesarios para asentar nuestra posición en la zona, o simplemente para reducir la influencia de los contrarios. Como en el original, estas escaramuzas podrán resolverse de muchas formas distintas, siempre dependiendo de nuestro equipamiento y del estilo de juego que estemos desarrollando –igual que el resto de misiones del juego-.
El problema es que al final, estas batallas podrán desesperarnos más de la cuenta. En principio, la idea de combatir en un entorno vivo en el que cada partida sea distinta a la anterior resulta genial. Sin embargo, pronto comenzaremos a sufrir fallos tontos que le restan atractivo a este tipo de misiones que, como decíamos, son uno de los ejes sobre los que se asienta este Clear Sky. Y aquí hablamos por ejemplo de avisos que nos llegan justo cuando la petición de ayuda ya ha sido cancelada –nuestros aliados pueden perfectamente haber muerto-, o enemigos con una puntería sobrehumana que serán capaces de herirnos estando tras la maleza, lejos de su vista, o colarnos granadas desde largas distancias con una facilidad pasmosa.
Si a este hecho le sumamos que con recibir unos pocos impactos ya habremos muerto, que nuestros enemigos aguantarán mucho mejor los disparos, y que podremos sufrir todo tipo de estados alterados que nos restarán salud poco a poco –tendremos que curarlos con ítems especiales-, al final descubriremos que la muerte será una compañera demasiado habitual en nuestras andanzas por La Zona. Por un lado, es un aspecto que potencia el componente de terror del juego, ya que sentiremos que somos un superviviente más en este tipo de batallas. También, se premia el combate en equipo, ya que tratar de conquistar una posición enemiga sin el apoyo de unidades aliadas puede ser todo un suicidio. Pero creemos que han sobrepasado el límite en muchos aspectos al plantear una propuesta de juego demasiado exigente no por la habilidad de los rivales, que sí es cierto muestran comportamientos lógicos gracias a la buena inteligencia artificial del juego, sino por no alcanzar un equilibrio sensato.
Decimos que los enemigos son demasiado precisos y con mucha facilidad moriremos. Pero es que aquí también hay que remarcar que conseguir un equipo decente para afrontar este complicado desafío será otra odisea. No ya solo por el nuevo sistema de artefactos, del que os hablaremos a continuación, que en cierto modo resulta mucho mejor que el original, sino principalmente, porque adquirir nuevas armas o medicinas resulta demasiado caro, y difícilmente contaremos con los recursos necesarios para obtener estos preciados bienes. En este sentido, las opciones de personalizar nuestras armas nos ofrecen grandes alternativas, lo que se complementa a la perfección con el mayor número de objetos que podremos recoger en nuestros viajes. Y siendo un apartado que funciona muy bien –notaremos cómo varía el manejo de las armas con los añadidos que les integremos-, al final no lo podremos aprovechar al máximo por la citada falta de equilibrio que los desarrolladores no han logrado alcanzar.
Mira bien por dónde andas
Uno de los aspectos más llamativos de Shadow of Chernobyl fue el contar con una serie de tesoros ocultos, los llamados artefactos, que debíamos encontrar para vender a los comerciantes y así ganar grandes sumas de dinero. El problema es que encontrar estos supuestamente misteriosos artefactos era una tarea relativamente sencilla. Para solventar este problema, GSC ha apostado en esta ocasión por incluir un menor número de artefactos en el mundo de S.T.A.L.K.E.R. y, además, ha hecho que éstos no sean visibles a simple vista. En este caso, tendremos que localizarlos haciendo uso de varios detectores que nos marcarán su posición. Por lo tanto, ahora sí estamos ante unos bienes tremendamente valiosos que nos proporcionarán grandes riquezas –aparte de la satisfacción por localizarlos-. El problema, de nuevo, es que parece que los desarrolladores no han encontrado un punto intermedio, y si antes era demasiado fácil localizarlos, ahora ocurre todo lo contrario.
Por otro lado, gracias a la ayuda de los guías con los que nos encontraremos en cada región del juego, podremos ir de un lado a otro con rapidez y sin ponernos en peligro, algo que en muchos casos nos ahorrará largas caminatas por entornos plagados de enemigos. En este sentido, los nuevos entornos resultan dignos de mención, manteniendo ese toque de desolación visto en el original, aunque sí es cierto que se ha prescindido en exceso –al menos en nuestra opinión- de los niveles subterráneos a favor de las grandes batallas. Eso sí, las nuevas mejoras técnicas aplicadas al motor gráfico del juego resultan fantásticas ya que gracias a las mismas nos encontraremos con unos entornos inmensos, variados, y con un gran nivel de detalles, destacando sobre todo la iluminación ambiental. Lógicamente, hablamos de un título que requiere de un PC potente para disfrutar al máximo de los detalles que ofrece, aunque con un equipo de gama media se mostrará con un buen nivel.
De todos modos, merece la pena disfrutar del juego con un nivel de detalles elevado porque como decimos, a la hora de recrear los escenarios por los que nos moveremos, el equipo de desarrollo ha realizado una gran labor. No obstante, todavía sigue siendo terrorífico avanzar por estos desolados entornos a la luz de la luna mientras de fondo escuchamos extraños ruidos que nos sobresaltarán. Además, la inmensidad de estos parajes, y el hecho de que en cualquier momento podemos encontrarnos con una patrulla de enemigos haciendo una ronda inesperada, potencian todavía más esta sensación de estar ante una gran aventura de terror. Eso sí, tal vez el modelado y la variedad de los personajes con los que nos encontraremos no sea del todo excelente.
Del mismo modo, el apartado sonoro mantiene el nivel con unas buenas melodías que nos acompañarán a la perfección tanto en los momentos de máxima tensión como en las misiones centradas en la acción. El sonido ambiente, si bien no resulta espectacular, tampoco desentonará y logrará sumergirnos de lleno en las contiendas que libraremos. Por último, hay que remarcar que el juego ha sido traducido a nuestro idioma, por lo que no tendremos problemas para disfrutar de la historia que presenta Clear Sky. En este sentido, el argumento y el propio desarrollo de la acción pueden resultar en ocasiones demasiado lineales y simples, desaprovechándose así la oportunidad de ampliar las opciones de libertad del título –aunque como decíamos, podremos resolver muchas situaciones como prefiramos-.
Más no significa mejor
Con todo esto, Clear Sky sigue siendo una aventura de acción muy buena que sin duda gustará a los aficionados al original. Mantiene todo el encanto visto en Shadow of Chernobyl, y a día de hoy continúa siendo un título especial con un estilo propio, que es algo de lo que no todos los videojuegos pueden presumir. El problema, sin embargo, radica en que el sistema de batallas a gran escala puede llegar a ser frustrante en más de una ocasión por lo comentado anteriormente, amén de ser un título que abandona en cierto modo su componente de terror para centrarse más en las batallas. La falta de equilibrio en otros campos, y que no se trata de un título excesivamente largo -aparte de una serie de bugs que esperamos se corrijan en breve-, le restan también cierto atractivo. Aún así, ningún aficionado al original debería perder la oportunidad de regresar a La Zona.
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