¿No echas de menos más juegos de temática vikinga? Nosotros sí. Las guerras históricas del siglo XX y la ciencia ficción son una apuesta segura para las editoras, pero hay muchas otras épocas y mitologías que están esperando ser explotadas.
Jotun es un nuevo juego independiente financiado colectivamente para PC -más tarde en consolas- protagonizado por una vikinga de armas tomar llamada Thora. Su misión: impresionar a los dioses derrotando a los Jotun, una raza de gigantes con fuerza sobrehumana, para así entrar en el Valhalla.
Si en la última película de Mad Max basta con cromarse los dientes e inmolarse en acto de servicio, aquí tocará enfrentarse a multitud de peligros.
Actualmente el juego se encuentra en fase beta y hemos podido ver más de este juego que se inspira ligeramente en el concepto básico de Shadow of the Colossus: explorar escenarios prácticamente vacíos y luego enfrentarse a los jefes, los Jotun. El último en hacer algo parecido fue Titan Souls, un título pixel-art que con una premisa similar –aunque mucho más arcade, reduciendo la exploración al mínimo y encadenando los jefes uno tras otro- nos dejó con una sensación agridulce. Jotun apunta mejores maneras.
La beta cerrada en cuestión nos permite explorar dos zonas, una región invernal y otra de cuevas, inspiradas en Niflheim y Niðavellir respectivamente. La misión consiste en explorar dos escenarios por cada uno de ellos para dar con unas runas que desbloquean el acceso al Jotun y obtener poderes. Mirando el mundo central, parece que aún quedan al menos tres zonas más por ver.
Viendo las imágenes se podría pensar que estamos ante un juego de acción de vista isométrica, o incluso algo con toque rolero tipo Diablo. No es exactamente así, puesto que la fase de exploración casi no tiene enemigos, no hay puntos de experiencia o coleccionables, y se trata de abrirse paso por unos escenarios un poco laberínticos. No hay una guía que te diga a dónde ir, la cámara -aunque alejada- no permite ver el destino de las rutas alternativas del entorno, y por tanto, habrá que investigar cada rincón, sobre todo si no tenemos idea de en qué dirección se encuentra la runa.
La gracia de investigar los mapas se encuentra en que en general es el propio entorno quien nos pone a prueba. En uno de los escenarios de invierno hay constantes y numerosas ventiscas heladas, y eso provoca que cada poco Thora deba resguardarse detrás de un monolito. De no hacerlo, porque hemos calculado mal los tiempos o se encuentre en una zona sin protección, su vitalidad empezará a decaer a gran velocidad. No obstante, creemos que estos niveles no son demasiado complicados –al menos en la beta- y quizás más adelante el tipo de retos sea mayor.
El otro nivel ambientado en Niflheim nos propone investigar una montaña rocosa con lagos helados. Para nuestra desgracia, la silueta de una enorme serpiente marina nos advierte del inminente ataque de una criatura que no podemos derrotar, sólo esquivar. El efecto de ver las fauces del animal debajo del hielo para romper la superficie impone.
El desarrollo de las fases en cuevas, la zona de Niðavellir, es el mismo. Caminamos por una red de caminos por el que nos dejamos llevar hasta dar con las runas. En uno de ellos caen estalactitas, mientras que en el otro encontramos a los enanos trabajando en la mina. Esta situación rompe lo que se había dicho en alguna ocasión de Jotun, que no tendría enemigos "normales", y aunque la primera vez que ves a los enanos trabajar en solitario huyen despavoridos, una vez reagrupados forman una oleada de decenas de guerreros armados con martillo que se abalanzan sobre Thora. Sus golpes no dañan demasiado, pero al ser rodeados es fácil que mermen tu salud.
La idea de estas fases de exploración está bien. Quizás sepa a poco porque aparentemente no hay más incentivo en explorar el escenario que encontrar unas fuentes de recuperación de salud. Son también niveles pequeños, en 10 o 20 minutos habrás alcanzado la runa. Dependiendo de si se añaden misiones secundarias o el número de escenarios, esto podría ser un punto débil del juego. Además, parece que la aleatoriedad o no del escenario es un debate interno dentro del estudio, y es que realmente no hay motivación para rejugar las zonas –que es lo que justificaría un diseño no predefinido-. Pese a que en Steam se indica que usará mazmorras generadas por el ordenador, al repetir fases no hemos visto cambios aparentes.
En la beta podemos ver a los jefes correspondientes de estos niveles, y son sobresalientes. Usan rutinas de ataque que conviene memorizar: soplo helado, puñetazos y pisotones en el suelo, se rodean de enanos o cambian de estrategia al perder la mitad de su barra. Su dificultad está bien ajustada, nunca dan la sensación de ser imposibles ni tampoco se derrotan fácilmente, requieren paciencia, por no hablar de lo fuertes que son sus ataques y que con dos o tres impactos dejarán nuestra salud bajo mínimos.
El sistema de combate es realmente simple, incluso con ratón y teclado. Sólo hace uso de dos botones de ataque, uno rápido y circular y otro cargado, vertical. También hay una pequeña voltereta para evitar golpes. No parece necesitar más, pero sí diremos que en algunos escenarios se puede aprovechar la decoración, por ejemplo, para golpear témpanos de hielo que hacen de proyectiles –es decir, no hay ataque a larga distancia pero se puede simular-.
Aunque la demo es una pequeña porción de Jotun, ya nos deja ver sus virtudes y aquellos aspectos que podrían flojear. Si la exploración puede caer en la repetitividad, el estilo artístico y la música apuntan muy alto. La banda sonora es excelente, y se ha optado por un estilo de personajes y escenarios pintados de manera tradicional, nada de pixels de MSX.
Profundizando en el arte, hay que distinguir dos cuestiones. Los personajes y animaciones se han dibujado a mano antes de pasar al ordenador, y eso se nota. Es un movimiento realmente bueno, los Jotun –que es donde mejor se aprecia, por su tamaño- son de las mejores animaciones 2D que hemos visto en mucho tiempo en juegos independientes, más propios de una película de Disney que de lo que tenemos en mente por un juego descargable, incluso se nota el trazo tipo lápiz.
De los fondos podríamos criticar algo más, ya que la falta de decoración hace que rápidamente estemos perdidos por la falta de referencias visuales. Se echa en falta, más por cuestiones de jugabilidad que de arte, objetos variados o uso del color para dar una mayor profundidad. Cuando aparecen diferentes planos el juego luce genial, pero no es lo habitual.
Visita el Valhalla en septiembre
Jotun es una joya en bruto. Todavía falta por pulir en la parte de exploración –igualmente hemos visto un par de bugs-, y parte de los defectos provienen de las dudas del equipo por tomar una dirección clara con algunos aspectos. Pero el sistema de combate con los jefes, la personalidad, el arte y la música derrochan tanto potencial que es imposible perder de vista este curioso proyecto que muestra muy buenas maneras.
Su lanzamiento está previsto para septiembre, y si nada se tuerce, la aventura de Thora merecerá la espera.