Análisis de Halo: Spartan Assault (Xbox One, Xbox 360)
Hace algunos meses, la saga Halo –uno de los iconos de Xbox– se pasaba a dispositivos móviles y a ordenadores, siempre y cuando éstos usasen un sistema operativo de Microsoft, para intentar potenciar los últimos productos de la compañía. Un título tan goloso como éste también tentaba a los jugadores a disfrutarlo en consolas, y ahora llega a Xbox One y Xbox 360, si bien la máquina de nueva generación toma ventaja frente a su predecesora, que recibirá este título dentro de algunas semanas.
Como ya sabéis, esta entrega apuesta por adaptar la mecánica propia de los twin-stick shooters, en los que con un stick controlamos el movimiento del personaje y con el otro el del disparo, todo ello desde una perspectiva cenital. Queda así atrás la mecánica de disparos en primera persona que caracteriza las entregas principales de la saga, aunque tranquilos; los aficionados de Halo sabrán encontrar muchas bondades en este episodio.
De Windows Phone a Xbox One
Lo primero, antes de que nadie se nos asuste, es recordar que estamos jugando a una conversión de un título móvil a Xbox One. A partir de aquí tenemos que comprender que tanto las mecánicas como los gráficos y demás aspectos del juego están concebidas para funcionar en dispositivos móviles, por lo que no aprovecharán al máximo las capacidades de la nueva consola de Microsoft. Dicho esto, aclaramos que comentaremos las sensaciones que transmite Halo: Spartan Assault en Xbox One teniendo en cuenta su naturaleza.
Así, el juego mantiene la campaña principal, la cual jugamos en solitario, y que nos relata una historia que tiene lugar entre Halo 3 y Halo 4. La historia se narra principalmente a través de unas cinemáticas –con voces en inglés y con subtítulos en castellano– que se intercalan entre episodios. Éstas son totalmente prescindibles para el jugador que sólo quiere acción, pero sí que aportan algunos detalles de interés para los que más degustan el argumento de la saga. Todas las secuencias, una vez desbloqueadas, pueden verse desde el menú de opciones.
La clave del espíritu móvil
Antes de comenzar cada partida podemos elegir las mejoras para cada batalla –con un sistema que luego comentaremos–, y una vez en ella, tendremos que acabar con todo bicho viviente que se ponga en nuestro camino a través de 30 niveles. Aunque la naturaleza móvil de juego se hace patente en sus escenarios para mal –a veces demasiado pequeños y simples–, también se hace patente para bien en su jugabilidad –ágil y adictiva, con diferentes variables que nos invitan a revisitar cada escenario–.
Las variables que comentamos pasan, principalmente, por nuestro equipo. Previo a la batalla podemos seleccionar dos tipos de armas y dos tipos de potenciadores, así como comprar o mejorar, sólo para esa partida, los que ya tenemos. Todas las compras y mejoras pueden llevarse a cabo con dinero real o con los puntos del juego –llamados XP–, pero salvo que seáis particularmente impacientes, no os hará falta desembolsar la tarjeta de crédito. Mencionar que los puntos adquiridos con dinero real se llaman CR, y podemos comprar paquetes de 200 CR (0,99 euros), 650 CR (2,99 euros), 1500 CR (5,99 euros) y 4000 CR (14,99 euros).
Otra interesante particularidad es que, si queremos obtener más dinero virtual –XP–, tenemos un sistema de "complicarnos la partida", con enemigos más duros, menos munición, menos escudo, etcétera, que nos recompensará con más XP tras superar el nivel, haciendo más sencillo adquirir las mejoras que nos apetezcan sin realizar desembolso alguno. En Halo: Spartan Assault los micropagos son, de verdad, una opción, y el jugador que no recurra a ellos no se verá por debajo de nadie. Tanto es así que el único modo multijugador del título es cooperativo.
Las novedades de su salto a Xbox One
El principal aliciente de esta versión es el recién mencionado modo cooperativo. A través de Xbox Live –tironcillo de orejas para Microsoft, ya que nos habría gustado verlo también de manera local– podemos jugar con un amigo, o con un perfecto desconocido, en cinco escenarios diferentes especialmente diseñados para este propósito. En estos niveles cambian muchas cosas, aunque no las suficientes.
Las mecánicas centrales son las mismas, aunque esta vez nos veremos, generalmente, en escenarios algo más pequeños, mientras simplemente sobrevivimos a los ataques de hordas de Floods, los cuales se lanzarán incansablemente sobre nosotros, de manera mucho más intensa y descontrolada que los enemigos de la campaña offline, mientras colaboramos para mantener a salvo el pellejo. O la armadura, ya sabéis. Los escenarios cuentan con puertas y armas que tenemos que activar en compañía del segundo jugador, aportando esas sensaciones cooperativas tan necesarias en estos modos. Además, es más que recomendado jugar con un amigo para poder acordar las mejoras, ya que para conseguir la estrella de oro –la puntuación más alta– será necesario conocer cada nivel y recurrir a la estrategia en equipo.
Los cinco niveles están abiertos desde el primer momento, por lo que podemos empezar desde el que queramos, aunque os avisamos ya que tienen dificultad progresiva. Todos ellos cuentan con mecánicas algo diferentes –sobrevivir, avanzar, defender...–, aunque a excepción del tercer nivel (que nos ha parecido muy bueno, muy dinámico y divertido) nos han parecido algo similares y simples. Aquí es donde echamos de menos más ambición por parte de Vanguard Games, que creemos que debería haber hecho más hincapié en este modo, añadiendo mayores posibilidades, más jugadores y más variedad.
Un juego divertido que degustarán más los fans de Halo
Halo: Spartan Assault es una experiencia bastante divertida, y, como hemos comentado anteriormente, cuenta con un arma de doble filo: su origen como juego móvil. Haber sido concebido para Windows Phone hace que las misiones sean divertidas, con un puntito de estrategia, adictivas y ágiles, y que no nos importe repetirlas una y otra vez. Además, sus logros, medallas y las Assault Ops (desafíos semanales y únicos para cada nivel) nos animan a intentar superarnos.
Pero haber sido concebido para Windows Phone también hace que algunos escenarios estén demasiado limitados, y pensamos que Vanguard Games debería haber sido más ambicioso en la transición, expandiendo las posibilidades del cooperativo, ya que este modo exclusivo queda a veces por detrás de lo visto en la campaña original, a la cual también se podría haber expandido este modo, pensamos.
En su salto a Xbox One también hemos visto una leve mejora visual, así como otros detalles irrelevantes a la hora de jugar, pero dignos de agradecer, como la vibración en el gatillo derecho con según que armas. Todas las referencias audiovisuales al universo Halo son más perceptibles –hay gran cantidad de detalles en los diseños, así como en los sonidos–, pero la gran novedad es el mencionado cooperativo.
Así que, si ya tenéis el juego –ofrece un programa de rebaja para los poseedores de la versión de Windows Phone y/o Windows 8– y no pensáis jugar a través de internet, probablemente no merezca la pena. Si lo tenéis, y os encanta, seguramente pasaréis muchas horas en el cooperativo. Si no lo tenéis y buscáis un twin-stick shooter muy escasito de contenido pero con mucha adictividad, ésta puede ser una buena opción. Eso sí, si Halo no os atrae, os perderéis gran parte de su atractivo.