Análisis de Rise of Nightmares (Xbox 360)

La primera aventura de terror para Kinect que, sin deslumbrar, demuestra que hay vida más allá de los deportes y el baile.
Rise of Nightmares
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7
SONIDO
6,5
NOTA
6,8
DIVERSIÓN
7,5
JUGABILIDAD
6,5
Análisis de versión Xbox 360.

Desde que se lanzó Kinect en noviembre del año pasado, no se puede decir que el catálogo disponible haya sido generoso ni brillante. Tras generar mucha expectación antes de su lanzamiento, cumplió con lo que prometía en cuanto a funcionamiento, siendo muy convincente la detección de nuestros movimientos, lo que pudimos comprobar en títulos como Kinect Sports y Dance Central, sin duda los mejores juegos para este dispositivo.

Pero también prometieron que podríamos disfrutar de juegos tradicionales con Kinect, es decir, aventuras, plataformas, acción, etcétera, y hemos tenido que esperar casi un año para poder probar el primer juego que no es ni de deportes, de baile ni de fitness, los géneros estrella para este dispositivo. La primera compañía que se ha atrevido ha sido Sega con Rise of Nightmares, una aventura de terror o survival horror que se maneja exclusivamente con Kinect, y cuyo ingenio a veces sorprende, su manejo a veces frustra, y de la que aplaudimos sobre todo atreverse a realizar algo distinto para este innovador periférico.

Pero es un juego muy complicado de valorar. Si nos limitamos al catálogo de Kinect, para empezar es de lo mejor que ha salido, aunque no lo podemos comparar con otras aventuras, ya que no existen, y sí podemos apreciar el buen uso que hace de sus funciones, la calidad de la detección, y los originales movimientos que nos obliga a realizar. Pero si los comparamos con cualquier otra aventura de terror dentro del catálogo de Xbox 360, sin tener en cuenta cómo se controla, mejor no hacerlo, ya que tendría todas las de perder. Por tanto tenemos que dejar claro que, como experiencia para Kinect, es satisfactorio, entretenido y se agradece que por fin apuesten por un género distinto, y en esta faceta cumple, todo un pionero, aunque como juego de terror, en general, sea bastante mediocre.

La historia es muy sencilla, truculenta y exageradamente sangrienta por momentos –esto ya de por sí es divertido-, propia de una película de terror de serie B, con algunos giros interesantes, y está en líneas generales bien resuelta, sin necesidad de ser pretenciosa ni demasiado liosa, aunque con menos humor negro del que esperábamos, pese a algunos destellos. Comenzamos en un tren junto a nuestra esposa, en un viaje por Rumanía. Tras una discusión debida a los problemas con el alcohol del protagonista, comenzamos a jugar explorando el tren y conociendo a los distintos y peculiares secundarios, un prólogo que nos sirve para aprender los controles y ponernos en situación. Una terrible criatura secuestra a la mujer del protagonista, y provoca que el tren descarrile en un misterioso bosque junto a un castillo. Aquí junto a los distintos supervivientes, descubriremos el horror que se esconde en esta fortaleza, con unos sádicos habitantes que nos quieren torturar, trampas y muertos vivientes que quieren acabar con nuestra vida, en una aventura por la supervivencia y poder encontrar a nuestra esposa.

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Los controles son muy sencillos y rápidamente nos haremos con ellos, y además, en líneas generales, funcionan correctamente. Desde una vista en primera persona, para avanzar hacia adelante tendremos que adelantar un pie, y cuanto más lejos lo pongamos más rápido caminaremos, teniendo que ponerlo hacia atrás si queremos retroceder. Para mover la cámara hacia los lados una ligera inclinación de nuestro tronco servirá, como si estuviéramos mirando en esa dirección. Para interactuar con el entorno, usaremos las manos, tocando unos círculos que aparecen en pantalla y que nos marcan las zonas con las que podemos interactuar. Por ejemplo si vemos en una puerta con este icono, primero situaremos la mano encima de él, y cuando se rellene –se puede modificar la velocidad en las opciones-, realizaremos la acción pertinente para abrirla, desplazando la mano hacia adelante o incluso dando una patada.

Cada vez que tocamos un botón de interactuar, la acción exacta que tendremos que realizar como mucho se nos indica, que no explica, por ejemplo "nada", "salta", "agachate", o incluso otras que no necesariamente nos indican, pero que son intuitivas, como echarte agua en la cara, o quitarte unas sanguijuelas de los brazos. En cualquier caso, nunca hemos tenido un solo problema por no saber qué hacer. Y la acción en si es igual de intuitiva, cuando hemos recogido un arma basta con levantar los brazos en posición de ataque para que en pantalla la desenfundemos, y tenemos que usarlas como haríamos en la realidad, y si cruzamos los brazos, nos cubrimos. Siempre armas blancas y cuerpo a cuerpo, muy numerosas y variadas.

 1

Cuchillos, sierras, machetes, mazos, puños americanos, motosierras, otras menos ortodoxas como pinzas, jarrones, atizadores, y dependiendo de cómo movamos el brazo, realizando un tajo en horizontal o en vertical, las consecuencias serán unas u otras, cortando brazos o cabezas. También nos hacemos con armas arrojadizas como escalpelos o tubos de ensayo explosivos. Solo podemos llevar un arma a la vez, y estas se deterioran con su uso. Algo muy útil es poder dar patadas, para alejar y tirar al suelo a los zombis, y ya bastante avanzados en el juego conseguimos un guante que nos permite lanzar bolas de energía, dando un plus de complejidad a la acción.

Para movernos, además de poder hacerlo como hemos explicado, también contamos con un sistema de desplazamiento automático, levantando el brazo derecho. El personaje se moverá solo hasta el siguiente destino, aunque en ocasiones este se desactiva y no se puede usar. Cuando usamos esto convertimos el juego en una experiencia sobre raíles, pero creernos que pese a que no está mal el sistema de desplazamiento adelantado y retrasando la pierna, en más de una ocasión haréis uso del movimiento automático, por comodidad.

Decimos que se maneja bien, que el control no está mal, pero siempre teniendo como referente Kinect, y sus conocidas -hasta ahora- limitaciones. El juego sabe de ellas y se comporta en consecuencia, la dificultad es baja, los enemigos se mueven muy lentos, y en general es amable para evitar nuestra frustración. Por más que creamos en ocasiones tener el control de la situación, cuando la acción se acelera o complica, y queremos realizar algún movimiento rápido, el simple hecho de dar un giro e ir por donde queremos se convierte en una proeza, y es aquí cuando echamos de menos un mando, y se demuestra lo limitado del control. Hay una situación perfecta para lo que decimos, una sala en la que salen pinchos del suelo, y tenemos que seguir una ruta estrecha para no pisarlos, aquí es donde comprobaremos que la sensación de tener controlada la situación era irreal, y que cuando hay que moverse con precisión es complicado. Pero no debemos olvidar que es un juego por y para Kinect, y sin él no tendría ningún sentido, y es aquí donde radica su diversión.

El desarrollo es 100% lineal, y la exploración de los entornos es muy limitada. Hay unos coleccionables en forma de cartas del tarot y cintas de audio, que son el mayor componente de aventura, y que no están excesivamente escondidos, ya que tampoco tienen dónde esconderse. Iremos matando zombis por distintas estancias, superando trampas, recogiendo alguna llave para poder seguir avanzando, hay jefes finales, y un par de puzles, bastante curiosos. No hubiera estado mal que fueran más numerosos, demostrando que Kinect puede ser genial para aventuras de todo tipo, sobre todo gráficas, aunque todavía nadie se haya atrevido excepto este Rise of Nightmares, que está más orientado a la acción que a la aventura o la exploración.

 2

Nos encanta cuando Kinect nos obliga a realizar nuevos y sorprendentes movimientos, que son unos cuantos, demostrando aquí todo su potencial y lo que le diferencia de cualquier otro dispositivo de control por movimiento. Abrir un armario y tener que espantarte unas moscas de la cara, un enemigo te lanza un vomito cubriendo la pantalla y tienes que limpiarte, cruzas una charca nadando y al salir tienes que quitarte unas sanguijuelas de los brazos, hay un enemigo que realiza un terrible grito y tienes que taparte los oídos, o trampas de pinchos que te obligan a agacharte o dar un paso atrás. Cuando la experiencia se vuelve más intensa es con los jefes, que te obligan para esquivar sus ataques dar pasos a los lados, atrás, agacharte, siendo los momentos más exigentes del juego.

Hay un enemigo recurrente a lo largo del juego, recordándonos a Nemesis de la saga Resident Evil, que nos persigue en algunas estancias, pero que no nos ve. Cuando pasa a nuestro lado, tenemos que quedarnos completamente quietos y callados, y como nos movamos un poco nos matará. Es muy gracioso el estar jugando delante de Kinect y quedarte como una estatua sin mover ni un pelo ni respirar, rezando porque no llamen por teléfono. Esta situación y otras demuestran el potencial de Kinect, y esperamos que próximos juegos trabajen estos aspectos, ya que se pueden ofrecer experiencias únicas, como demuestra Rise of Nightmares.

 3

La aventura dura poco más de 5 horas, y no es demasiado difícil. Una vez nos lo pasamos desbloqueamos una dificultad mayor, y un nuevo acto que es una especie de modo supervivencia, en el que tenemos que en un unos diez minutos superar un nivel repleto de enemigos. La duración aunque puede parecer escasa, nos parece apropiada para la experiencia que ofrece, dando tiempo a exponer todas las ideas que tienen los desarrolladores y sin alargarse artificialmente. Además dado el esfuerzo físico que nos exige, no es lo mismo jugar tres horas con Kinect que con un mando, y se supone que es un juego pensado para jugar en pequeñas sesiones. De lo contrario, y en caso de emocionaros mucho, iros preparando para algunas agujetas en los brazos al tener que matar tantos zombis –hablamos por experiencia propia-.

En el apartado técnico cumple sin alardes, sangre, casquería y decenas de zombis, unos escenarios en casi todo momento reducidos y sin excesivo detalle, pero que gracias a ese efecto de granulado de película de serie B, y a no tomarse demasiado en serio, cumple bastante bien. En el sonido nos encontramos con voces en inglés –con subtítulos en castellano-, y una música apropiada para una aventura de terror, que no destaca ni para bien y ni para mal.

Un camino a seguir

Rise of Nightmares produce sensaciones encontradas. Por un lado hace un uso de Kinect hasta hora nunca visto, medianamente bien ejecutado, y establece un referente a seguir para otros juegos, por fin un título tradicional pensado desde cero para este periférico. Por otro lado en muchas ocasiones, cuando te cuesta dar un giro, retroceder, coger ese arma que tienes a un par de metros, realizar exactamente lo que quieres en cada momento, te preguntas si realmente te estás divirtiendo más de lo que lo harías con un mando, de si Kinect para este tipo de juegos va a lograr superar el umbral de la curiosidad y la anécdota.

Para quien estuviera deseando probar un juego tradicional en Kinect, y la primera aventura que se juega sin ningún tipo de mando, solo moviendo nuestro cuerpo, claro que debería probarlo, y comprobar por sí mismo las sensaciones que produce, a veces satisfactorias y convincentes, otras frustrantes. Quien busque un juego de terror y acción, independientemente de cómo se controle, tiene que saber que hay muchas mejores opciones en el catálogo de Xbox 360. ¿Entonces debemos ser condescendientes con el juego por ser para Kinect? Es complicado, y según lleguen más títulos tradicionales para este dispositivo nos veremos en este dilema.

 4

Kinect Sports, Dance Central, a los que siempre nombramos, ofrecen experiencias únicas, que no podrían ser de la misma manera con un mando. Rise of Nightmares es el clásico título que hemos jugado decenas de veces con un mando, y que esta vez lo hacemos solo moviendo nuestro cuerpo. En algún puzle, en alguna circunstancia con un jefe que nos obliga a movernos hacia un lado o agacharnos, si vislumbramos esa experiencia única, pero son pocos momentos, y la sensación que deja es la de forzar a un juego de toda la vida a manejarse con Kinect, y no la de ser algo único y solo posible en él. Pese a esto, aplaudimos la valentía de Sega, su correcto resultado, y estamos deseando probar más juegos de este corte para Kinect, y ver qué partido se le logra sacar. De momento este es de los mejores juegos disponibles para el periférico.

Jorge Cano
Redactor
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PEGI +18
Plataformas:
Xbox 360

Ficha técnica de la versión Xbox 360

ANÁLISIS
6,8
  • Fecha de lanzamiento: 9/9/2011
  • Desarrollo: Sega
  • Producción: Sega
  • Distribución: Sega
  • Precio: 49,95 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: DVD
  • Textos: Español
  • Voces: Inglés
  • Online: No
Estadísticas XBOX LIVE
COMUNIDAD
6.87

Rise of Nightmares para Xbox 360

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