Análisis de Need for Speed Carbono (Xbox 360)
Desde que reinventó la saga hace unos años, EA Games ha convertido a Need for Speed en el absoluto referente de los juegos de velocidad tuning, y en el juego de carreras más vendido cada año, alcanzando hitos como que la primera entrega Underground fuese el juego más vendido de su año. Tras dos entregas Underground y una de Most Wanted, en la que se recuperaban las clásicas persecuciones policiales de anteriores entregas de la saga. Esta nueva edición, Carbono en España y Carbon en los Estados Unidos, continúa la tendencia de las anteriores entregas; es decir, vuelve a ser un juego de velocidad ambientado en el mundo del tuning, aunque cambia algunas cosas de la jugabilidad, como ya hizo la edición anterior. En Carbono hay menos persecuciones policiales que en Most Wanted, y se introduce un elemento de carreras en grupo que resulta bastante interesante.
Curiosamente, para ser un juego de velocidad, Need for Speed Carbono continúa la historia del juego anterior, Most Wanted. El protagonista huye del Sargento Cross, que lo persigue desde Rockport City (la ciudad del anterior juego), hacia la ciudad de Palmont City, una ciudad donde nuestro personaje tiene un oscuro pasado del que nos iremos dando cuenta a lo largo de este nuevo juego. El Sargento Cross lo alcanza, haciendo que estrelle su coche, pero nuestro viejo amigo Darius impide que nos capture, y se pone manos a la obra para enseñarnos cómo tenemos que movernos en esta nueva ciudad y, más apropiadamente, cómo manejarnos con las nuevas características del juego.
Palmont City no nos recibe con los brazos abiertos. La ciudad está dividida en territorios, cada uno de ellos dominado por una banda de corredores callejeros, y ninguna de ellos nos tiene en alta estima porque aparentemente nosotros huimos hace años de esa ciudad llevándonos una cantidad de dinero, suceso del que iremos sabiendo más detalles y opiniones a medida que avancemos por el juego. Esta historia de trasfondo es el pretexto ideal para todo tipo de secuencias cinemáticas pero, como en todo juego de velocidad, lo que cuenta al final de todo son las carreras, y cómo están organizadas. Las secuencias cinemáticas mantienen el estilo de Most Wanted, con actores reales en escenarios generados por ordenador, y vuelven a estereotipos conocidos y típicos de películas con ambientación similar, como la saga The Fast and The Furious.
No es una sorpresa que Carbono siga la línea de los dos últimos juegos; tenemos la ciudad de Palmont City a nuestra disposición, y por sus calles y barrios nos esperan numerosas carreras de diferentes tipos (sprint, contrarreloj, velocidad, etc…) predefinidas por los diseñadores, y un número ilimitado de duelos contra coches de otras bandas que pasen cerca de nosotros y que nos reten. Estas carreras nos darán dinero y reputación, y podremos fijarlas nosotros marcando una meta posible dentro de la propia ciudad. Una vez marcada tendremos que correr hacia ella siguiendo las indicaciones de la flecha, teniendo cuidado de cumplirlas correctamente, o de lo contrario podríamos desviarnos fatalmente del camino hacia la meta, y ser humillados.
El objetivo del juego es convertirnos en los "amos" de Palmont City, y para lograrlo tendremos que hacernos con el control de los territorios. Hay tres grandes bandas que controlan la mayoría del territorio, y cada uno de ellos está dividido en varias zonas. Cada zona tiene en principio tres carreras, y ganar dos de ellas pone la zona bajo nuestro control. Al hacernos con todas las zonas de un territorio, podremos al fin retar al líder de la banda a una carrera tras la que desmontaremos completamente su "imperio". Sin embargo, y aunque sea una molestia tiene sentido, estas bandas podrán volver a retarnos para controlar de nuevo su territorio, y si no aceptamos su desafío lo perderemos. Es un poco molesto tener que correr de nuevo, aunque como hemos dicho le da cierta coherencia al mundo del juego.
En Need for Speed Carbono tendremos, como es de esperar, una notable selección de coches entre los que escoger, y una gran cantidad de modificaciones que hacerle. Los coches están divididos en tres acertadas categorías: coches tuning, coches exóticos y coches muscle. Curiosamente cada categoría se corresponde casi al 100% con un territorio. Los coches tuning son coches japoneses como Subaru, Toyota o Nissan; los muscle incluyen clásicos americanos de hace varias décadas con coches actuales, todos ellos de marcas como Chevrolet, Chrysler, Dodge y otras americanas. Finalmente, los exóticos incluyen marcas como Alfa Romeo, Porsche o Mercedes.
Podremos comprar piezas para ellos con el dinero que ganemos, siempre y cuando hayamos desbloqueado el acceso a dicha pieza anteriormente. También podremos modificar el comportamiento de esa pieza en una sencilla pantalla de selección, en la que cada tipo de marca da un rendimiento diferente. Aparte de piezas que afecten al rendimiento también contamos con componentes visuales, y es aquí donde entra en juego el sistema Autosculpt integrado por Electronic Arts, que nos permite diseñar a nuestro gusto partes visuales del coche. Este sistema es solo para los más aficionados al tuning, pues requiere cierto tiempo, pero el perfeccionista se sentirá muy satisfecho.
A nivel jugable Carbono mantiene el estilo de las anteriores entregas. La conducción es arcade, salvo en las carreras en cañones, donde requiere más cuidado, pero por norma general es similar a lo visto en las dos entregas de Underground y Most Wanted. El coche toma curvas con sorprendente facilidad, pero hay cierta profundidad a la hora de manejar el coche y hacer los mejores derrapes y las frenadas más eficientes. Sin ser exigente en la conducción, sí tiene cierta curva de aprendizaje y tiempo para dominarlo, especialmente con los coches más potentes. Se mantiene el uso del óxido nitroso para ganar velocidad, y del "tiempo bala", para poder esquivar obstáculos a cámara lenta, cada habilidad con su respectiva barra de energía.
La mayor innovación jugable de Need for Speed Carbono no está en el control sino en la presencia de compañeros de equipo a los que podremos dar órdenes. Hasta ahora los compañeros de equipo se habían limitado a ser "ases en la manga" que si ganaban sumaban puntos o dinero para nosotros, pero ahora pasarán a ejercer de gregarios a nuestras órdenes. Hay tres tipos de compañeros de equipo: Bloqueadores, lanzadores y exploradores; cada uno con una función muy determinada.
Los bloqueadores son los más útiles y, tras una pulsación de nuestro botón y siempre y cuando tengamos la barra de compañero de equipo llena, procederán a intentar bloquear a los rivales que nos sigan, ya sea frenándoles o intentando chocar con ellos. Los lanzadores se ponen por delante de nosotros y crean una especie de "zona de rebufo", marcada por una estela; si la seguimos, lograremos un impulso de velocidad considerable. Finalmente, los exploradores irán por delante de nosotros buscando caminos y atajos, siempre presentes en todos los circuitos. Como decíamos, los más útiles son los primeros por una simple cuestión de filosofía. Generalmente querremos ir de primeros, y para que los otros dos tipos de corredores funcionen necesitaremos que vayan por delante, es decir, que nos sigan el ritmo; aparte, seguir la estela para conseguir la bonificación no es fácil, ni tampoco es de repente fijarnos en un atajo que acaba de descubrir nuestro compañero. Es un añadido interesante, pero al que se le podrían haber buscado más usos.
Los tipos de carreras en Need for Speed Carbono son los mismos que en anteriores entregas pero se añaden dos novedades: las carreras de velocidad, donde tendremos que lograr cierta velocidad media en una serie de controles de velocidad, y el retorno de las carreras de derrapes vistas en Underground 2. Cuanto mejor derrapemos mayor puntuación obtendremos. Luego están las carreras en cañones que rodean la ciudad de Palmont, muy diferentes a las urbanas, y con un control también diferente, donde priman más los derrapes, y donde además hay un alto riesgo de despeñarnos. Estas carreras también estarán presentes en los duelos con los jefes de las bandas, aparte de las carreras urbanas. Cuando nos enfrentemos a un jefe de banda en un cañón, primero correremos nosotros y él intentará seguirnos el ritmo, y luego al contrario. Quien pierda menos segundos ganará, y si en algún momento le sacamos 10 segundos, o él nos lo saca, habrá un ganador instantáneo del desafío.
Gráficamente Carbono es vistoso, pero se ha quedado un poco atrás tanto en la vieja generación como en Xbox 360; en ambos casos el juego luce muy bien pero, en relación a este año, peor a cómo lo hacía Most Wanted el pasado. Sigue siendo un apartado muy competente, con un gran modelado de los coches y escenarios muy detallados, pero no llama mucho la atención. El apartado sonoro de Carbono cuenta con una buena banda sonora que combina rock, hip-hop y música electrónica, pero que sin embargo no llega a oírse mucho a lo largo del juego. Los efectos de sonido siguen siendo muy buenos, mientras que las voces están dobladas al castellano de forma muy competente.
Need for Speed: Carbono continúa siendo un muy buen juego de velocidad y tuning, compra obligada para los aficionados a la modificación de coches, que son numerosos en nuestro país como demuestran las abrumadoras ventas anuales del juego. Es un juego más parecido a los Underground que al Most Wanted del año pasado, pese a que mantenga las persecuciones policiales –mucho menos numerosas e importantes en el juego que el año pasado-. La novedad de creación de piezas es interesante, y esperemos que se mantenga en las próximas entregas, mientras que la introducción de los compañeros de equipo es una buena idea pero no demasiado bien aprovechada en esta ocasión. Es una lástima que solo se haya incluido juego online en la versión Xbox 360. EA mantiene la buena línea de calidad de la saga Need for Speed, pero el año que viene nos gustaría ver mayor número de cambios, y más acertados.