Análisis Fairy Tail 2, una digna secuela que mejora en prácticamente todo a su antecesora (PS5, PC, PS4, Switch)

¿Qué le pedimos a una buena adaptación de un manganime? ¿Una experiencia inmersiva que nos permita ponernos en la piel de nuestros héroes favoritos y vivir con ellos las historias que ya conocemos? ¿Nuevas emociones que amplíen el imaginario de la obra original? ¿Una ventana con la que adentrarnos por primera vez en su legado? ¿O algo totalmente distinto? Son preguntas cuya respuesta depende por completo de cada jugador, de la obra en cuestión que se adapte y, también en gran medida, del presupuesto con el que cuente el estudio que la desarrolle. Este último punto, que en principio puede parecer baladí cuando hablamos de adaptar obras de sobra conocidas en medios tradicionales, es especialmente importante a la hora de hablar de adaptaciones anime que se dan por satisfechas con aprovechar el tirón mediático de las grandes sagas.

Buena prueba de ello fue la adaptación que Gust lanzó al mercado allá por el año 2020 tras una serie de retrasos motivados por la pandemia de COVID-19. El estudio japonés, principalmente conocido por su trabajo con la franquicia Atelier, hizo un buen trabajo en líneas generales al trasladar gran parte de la esencia de Fairy Tail a PC y consolas de sobremesa, pese a contar con unos recursos bastante escasos, sobre todo en comparación con otros pesos pesados del género. Tal y como os explicamos en su día, el juego tenía algunos aspectos positivos que, por desgracia, se veían ensombrecidos por contar con un motor gráfico cuyo rendimiento dejaba bastante que desear pese a su buen hacer artístico. Os recomendamos echar un vistazo a nuestro análisis, ya que gran parte de las novedades de las que hace gala esta secuela directa hacen referencia a las deficiencias de aquella obra.

Atando los cabos sueltos

Casi cuatro años después y tras cosechar críticas dispares en la comunidad de aficionados, Gust vuelve a la carga para completar el arco argumental que se terminó con la saga de Tartaros y que aquí se expande para cubrir por completo la saga del Imperio Álvarez (último del manga), con todo lo que ello conlleva: combates espectaculares, momentos de mucha carga dramática y, como no podía ser de otra manera, también un buen puñado de situaciones cómicas que se encargan de dotar a la obra de su peculiar carisma. Fairy Tail 2 empieza directamente donde nos dejó la primera entrega, sin entrar en demasiados prolegómenos, estableciendo las bases de la guerra que llevará a los miembros del alocado gremio de magos a vérselas con Zeref y su equipo de élite, Spriggan 12, por el que desfilan toda clase de estrambóticas personalidades.

Más allá de los entresijos que tienen que ver con el hilo argumental de la obra, de la que evitaremos ofrecer destripes innecesarios y que se desarrolla según los cánones a los que nos tiene acostumbrados el género, el estudio japonés incluye aquí un epílogo completamente nuevo firmado por el mismísimo creador de la franquicia, Hiro Mashima. Al margen de este detalle, el argumento no presenta grandes novedades a destacar. Al centrarse en un acontecimiento muy específico, los nuevos jugadores podrán entender sin problemas lo que sucede, aunque aquellos que busquen captar matices y profundizar más en los pormenores de la trama harían bien en apoyarse en los mangas (o en el anime). Entre conversaciones trascendentes, diálogos sin mayor importancia y demás, encontramos aquí una buena cantidad de texto que se suele presentar en forma de novela visual… y en perfecto inglés.

Un mundo abierto, por fin

Volveremos luego a hablar del tema de la traducción (o de la ausencia de ella). Por el momento, centrémonos en la mecánica de juego. Comentábamos hace unas pocas líneas que Fairy Tail 2 se entiende sobre todo como una continuación en toda regla que mejora gran parte de la mecánica de su antecesor. Esto se debe al cambio que experimentamos en la mecánica de juego, que pasa de ser una amalgama de fragmentos con tiempos de carga constantes impropios de los tiempos que corren a un mundo abierto sin apenas transiciones entre zonas. Lo que no se ha terminado de explotar tanto como nos hubiese gustado es la cantidad de acciones a realizar en el mapeado, dado que las aquí presentes no van más allá de la típica búsqueda de materias primas, tesoros ocultos y de algún que otro secreto con el que se busca ampliar la vida útil del título.

Para limitar nuestras acciones o el terreno que podemos abarcar, Gust ha situado objetos en determinadas zonas del mapa que solo podemos superar al contar con habilidades especiales para las que se requiere el uso de un personaje concreto. En la mayoría de los casos, nuestro objetivo consiste en acceder a una zona determinada del mapa librando batallas constantes con enemigos que suelen atacar en grupo y a los que podemos ver campar a sus anchas. Una vez accedemos al lugar en cuestión, tendremos que vernos las caras con un jefe de zona o directamente con un jefe final, que pondrá a prueba toda la experiencia que hemos obtenido en los enfrentamientos previos.

Dicho en otras palabras: Fairy Tail 2 sigue la estructura a la que los JRPGs modernos nos tienen acostumbrados. Si bien es cierto que no ofrece nada nuevo en este sentido y que no tardaremos en echar de menos mayor cantidad de objetos y de misiones secundarias, también lo es que todo aficionado medio del género se sentirá como en casa con esta mecánica, tanto para lo bueno (desplazamientos rápidos, posibilidad de realizar viajes instantáneos por el mapa, etc.) como para lo malo (enemigos que se repiten con demasiada frecuencia, secundarias carentes de inspiración…).

Los combates, la nueva esencia

Los cambios en la mecánica de exploración no vienen solos, sino que están íntimamente ligados con los que descubrimos en el sistema de combate, que con sus novedades se gana a pulso ser considerado como el auténtico pilar sobre el que se sustenta la obra. Además de sorprender por todas las novedades que aporta, lo hace también por hacer acopio de una curva de aprendizaje muy bien medida, que va ofreciendo nuevas pinceladas aquí y allá hasta convertirse en un buen desafío para aquellos que estén buscando nuevos retos. Los combates se realizan ahora en tiempo real, controlando a un personaje a la vez con opción a realizar cambios en nuestra parrilla de ataque sobre la marcha. En vez de contar con un menú de comandos, se asigna una habilidad a cada uno de los botones principales del mando. El número de veces que podemos realizar un ataque se mide por puntos de energía: cada vez que repetimos un ataque, este consume más puntos. Por lo general, solo podemos recargar nuestros puntos de energía mediante ataques sencillos, que causan menos daño pero que se ejecutan a mayor velocidad.

Puede que suene algo confuso, pero en la práctica no se diferencia demasiado de estilo de Batalla en Tiempo Continuo (BTC) del que hacía gala, por ejemplo, Final Fantasy VII Remake. Al menos, no durante los primeros compases de juego, porque a medida que avanzamos se desbloquea una plétora de opciones que aportan multitud de posibilidades para establecer una estrategia de combate que nos lleve hasta la victoria. Para empezar, cada personaje cuenta con una serie de afinidades elementales que van acompañadas de varios estilos distintos de ataque (cuerpo a cuerpo, lanzamiento, etc.). A su vez, cada enemigo cuenta con una serie de debilidades con las que podemos lograr derribar sus barras de protección, logrando así que se produzca una rotura en su defensa.

Romper la defensa de un enemigo desencadena la posibilidad de realizar un ataque especial, una forma de explotar el vínculo entre nuestros héroes. Si hacemos añicos todas las barras de resistencia de nuestros contrincantes, obtendremos también la opción de realizar un ataque a tres bandas, aún más devastador que los individuales. Por si esto fuera poco contamos también con otros aspectos a tener en cuenta, como personajes secundarios que nos apoyan en momentos específicos de los combates, ataques especiales únicamente destinados a romper la defensa de los enemigos (a los que solo tendremos acceso una vez superados los primeros compases de la aventura), etcétera. Tampoco nos olvidamos de las posibilidades de defendernos ante ataques especiales enemigos, de romper sus periodos de carga de hechizos prestando atención a sus debilidades o de los parámetros a los que podemos acceder en un submenú que nos ayudará a guiarnos para saber a grandes rasgos qué debemos hacer o qué no.

Sí, es cierto que explicar en pocas palabras todas las opciones del sistema de combate es algo más complejo que disfrutar de él, algo para lo que ayuda y mucho el hecho de ir progresando, como comentábamos antes, de manera muy paulatina. Sea como fuere, si los combates son la parte que menos nos interesa del juego, siempre podemos seleccionar el modo Story, uno de los dos que se ofrecen en la primera partida, para que hacernos con la victoria sea más una cuestión de seleccionar a los personajes adecuados (para explotar así sus magias elementales) que de establecer complejas tácticas. Hay que tener también en cuenta un aspecto importante: aunque los combates son por lo general dinámicos, divertidos y bastante versátiles, superar a los jefes finales (y especialmente los de zona) lleva dedicación, tiempo y, sobre todo, paciencia.

Como colofón final, valga una rápida mención al sistema que sustituye la adquisición de armas o de armaduras: el árbol de habilidades, aquí denominado Magic Origins. Este se divide en tres ramas: vitalidad, fuerza y habilidades. Si lo deseamos, podemos optar por automatizar el aprendizaje de nuevas habilidades (así está configurado por defecto en el modo Story), o elegir de forma pormenorizada cómo deseamos que se especialicen los personajes. Para subir de nivel, primero tendremos que conseguir puntos de origen o Origin Points, que a grandes rasgos se obtienen tras lograr la victoria en alguno de los múltiples combates que tendremos que superar mientras exploramos los mapeados. El sistema funciona bastante bien y permite que hagamos un poco lo que nos de la gana, además de ser fundamental para superar a los enemigos más exigentes sin complicarnos demasiado la vida.

Es llamativo que este sistema parezca tan sencillo al lado de lo que acabamos de explicar con respecto a los combates, pero que nadie se engañe: decidir cómo queremos que nuestros personajes evolucionen, escoger entre una habilidad o la ganancia de ataque, defensa y demás, es crucial en las fases postreras de la historia. También lo son las pequeñas "ayudas" con las que podemos equiparnos y hacer negocio con los mercaderes que encontraremos siempre cerca de las hogueras, nuestra pequeña base de operaciones para tomar un respiro y recuperar la energía que hemos ido perdiendo tras los múltiples combates.

Mejora técnica, pero…

Este sistema dinámico de combate no destacaría sin el apoyo de un buen motor gráfico, y lo cierto es que da la impresión de que Gust se ha tomado muy en serio este aspecto. Los enfrentamientos, con sus distintos y múltiples efectos, encajan perfectamente con la esencia del anime, algo para lo que el estilo cel shading contribuye muy positivamente. Las animaciones de los personajes han mejorado y, aunque se sigue abusando del estilo de novela visual para el grueso de los diálogos, se ha pulido tanto su aspecto como sus movimientos. Pese a esto, seguimos lamentando muchos altibajos en los mapeados, muchos de ellos vacíos y carentes de vitalidad (algunos por recursos narrativos), con repentinos cambios de ambientación que como poco resultan algo chocantes y poco inmersivos.

En lo que se refiere al apartado sonoro, el juego se defiende bastante bien gracias a contar con el doblaje original (en japonés) de los actores del anime, así como con melodías que mezclan algunos toques rockeros, presentes en los combates o en escenas de alta tensión, con otros más relajados o animados, como los que escuchamos en las escenas que se encargan de narrar el argumento. Fairy Tail 2 sigue en este sentido la línea de su antecesor, y al igual que sucede en otros apartados, es bastante respetuoso con la obra original sin aportar nada nuevo al género.

Pequeños detalles para auténticos aficionados

Para ampliar un poco el lore de la serie contamos con la presencia de los denominados "Fairy Tales Diaries", en los que, como su propio nombre indica, descubrimos nuevos detalles sobre el elenco de personajes de los que hace gala el título. Solo podremos disfrutar de ellos sentados ante el calor de las hogueras que están esparcidas por los mapas y para desbloquearlos tendremos que cumplir primero determinados parámetros (acceder a determinado nivel de experiencia o adquirir habilidades específicas), pero el esfuerzo está de sobra justificado si queremos conocer algunas peculiaridades sobre nuestros héroes. Aunque algunos se prodigan con escenas que emplean el propio motor gráfico, la mayoría se limitan a presentarse empleando el mismo estilo de novela visual que está presente en muchas de las conversaciones secundarias. Pese a todo, nos conformamos con que se haya añadido algo de metraje nuevo para celebrar la ocasión.

Por otro lado, y al igual que sucedía con su antecesor, en Fairy Tail 2 abundan los pequeños detalles que harán las delicias de los aficionados más experimentados en la serie, como la opción de poder cambiar la indumentaria de los personajes nada más comenzar la partida o las constantes conversaciones en las que, con mucho sentido del humor, se comentan algunos de los acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado y que no necesariamente presenciamos en el videojuego original. Junto con el epílogo exclusivo, hay motivos de sobra para lanzarnos a disfrutar de esta aventura aunque nos conozcamos el manganime de memoria.

Conclusiones

Comenzábamos este análisis con una pregunta que, de un modo u otro, hemos intentado contestar con el transcurso de los párrafos. La respuesta parece bastante obvia: como en cualquier otra adaptación, lo que esperamos es disfrutar de un imaginario, de unos personajes y de una historia que estén a la altura de la obra original. Sin embargo, es difícil, por no decir imposible, adaptar una obra del calibre de Fairy Tail sin que queden cabos sueltos por el camino. Teniendo esto en cuenta, lo cierto es que Gust ha realizado un trabajo más que aceptable con Fairy Tail 2, una secuela que mejora prácticamente en todo a su antecesora sin llegar por ello a estar dentro de los títulos más importantes del género. Tampoco parece que lo pretendiese en ningún momento.

Lo que sí está claro es que las mejoras hacen de esta una apuesta más que recomendable tanto para los que ya conozcan la franquicia como para los que solo busquen pasar un rato entretenido con un JRPG sencillo. Puede que su propia naturaleza juegue en su contra, especialmente en lo que respecta a los altibajos técnicos y a unas fases de exploración algo parcas en cuanto a contenido (por no hablar del hecho de que llega al mercado hispanohablante en inglés), pero los que busquen disfrutar de la compañía de sus entrañables protagonistas encontrarán aquí un producto divertido y muy fácil de digerir. Eso es, a fin de cuentas, lo más importante en cualquier adaptación que se precie.

Hemos realizado este análisis en PS5 gracias a un código proporcionado por Koei Tecmo.