Análisis de Spore: Hero (Wii)

El año pasado salió para PC un juego largamente esperado, Spore, la última obra del afamado Will Wright, creador de Sim City o los Sims. En este juego podíamos crear desde cero a una criatura y ver como iba evolucionando, creando una civilización y hasta consiguiendo un imperio interestelar. El juego que nos ocupa se basa en el mundo que presentaba aquel, aunque se aleja del género de la estrategia para meterse en la aventura con toques de plataformas. Lamentablemente, aunque el juego tiene conceptos interesantes, acaba resultando bastante discreto.

Crea el héroe a tu gusto

Al comienzo del juego veremos como en el planeta en el que nos encontramos caen del cielo dos meteoritos, uno rojo y otro azul. El juego nos enseñará el lugar del aterrizaje del azul, y veremos como una criatura encuentra un huevo dentro de él, lo coge y lo lleva a su nido.

En ese momento nacerá el protagonista, una criatura a la que podemos dar forma (al principio de una forma muy limitada) y con la que podremos recorrer el planeta. Pronto nos encontraremos con el Sabio, que nos pedirá que consigamos las cinco piezas de una enorme estatua para que se cumpla la profecía y ésta se despierte.

Así, nuestra misión será recorrer las distintas zonas del planeta cumpliendo misiones que nos propondrán sus habitantes a cambio de premios (generalmente piezas para evolucionar a nuestra criatura). Estas misiones serán de distintos tipos, como destruir los cristales rojos de una zona (que afectarán negativamente a todos los alienígenas menos a nosotros), encontrar algún objeto o vencer un combate. Y es que aunque lo ideal es conseguir las cosas por las buenas, en ocasiones no tendremos más remedio que enfrentarnos a otra criatura y vencerla. Para ello haremos uso de las habilidades que hayamos conseguido gracias a la evolución, por lo que nuestro repertorio de golpes irá aumentando con el tiempo. Algunos de estos movimientos serán dar patadas, mordiscos, golpes, escupir o atacar en carga. Algunos serán de corto alcance y otros nos permitirán alejarnos de nuestro enemigo antes de lanzar el ataque, pues tendrá un buen rango de alcance. Pero no todo será atacar, pues también podremos usar la regeneración para curarnos, aunque quedaremos expuestos a los ataques de nuestros enemigos.

Estos combates se desarrollarán en un pequeño ring en el que estaremos solos con nuestro oponente. Aunque sobre el papel los combates están bien, con una buena variedad de movimientos que ofrecen distintas estrategias, no terminan de estar del todo bien resueltos y acaban resultando aburridos. Afortunadamente no son demasiado numerosos, pero aún así se nos harán bastante pesados tras un rato de juego. Otro problema relacionado con los combates es la evolución de nuestra criatura. A la hora de editarla tendremos una gran cantidad de piezas para hacerlo, piezas que iremos encontrando por el escenario o que nos darán al superar misiones, pero en la práctica deberemos centrarnos en las que mejoran los atributos y las habilidades de nuestro protagonista para mejorar nuestras posibilidades de éxito en los combates, por lo que la mitad de las piezas ni las tendremos en cuenta (y es que la mayoría serán bastante poco útiles más allá de los fines estéticos). Además de en la historia, podremos acceder al modo combate desde el menú de juego, lo que nos permitirá enfrentarnos a la consola o a otro amigo eligiendo una serie de personajes que iremos desbloqueando.

Canta, baila y más

Las misiones, como decíamos, serán relativamente variadas. Hemos hablado acerca de los combates, pero no será lo único que hagamos. Además de los objetivos sencillos, que serán los más habituales, como conseguir algo o destruir un objeto tendremos misiones especiales que nos obligarán a superar un minijuego especial. Las más habituales de estas pruebas especiales serán el baile y el canto. En el primero, deberemos agitar el mando de control, el nunchuck o ambos a la vez según lo que se indique en pantalla para bailar coordinadamente con nuestra pareja. Para cantar deberemos inclinar el mando de control de la forma que nos digan y pulsar al mismo tiempo el botón A. En ambos casos, cuanto mejor lo hagamos, más se irá llenando la barra de compenetración y una vez lleguemos al 100 por 100, completaremos la prueba. Además de este tipo de misiones encontraremos otras más variadas, como una subida por un camino en el que no paran de caer piedras. En esta ocasión, no podremos movernos a los lados, solamente avanzar, por lo que deberemos calcular el mejor momento para saltar y así esquivar piedras y obstáculos. Por último, en ocasiones deberemos editar el aspecto de un monstruo para devolverle su anterior estado, algo que es bastante entretenido aunque muy sencillo.

A la hora de avanzar por el mundo nos encontraremos con ciertos toques de plataformas que irán ganando en complejidad según mejoremos nuestras habilidades relacionadas con el salto (por ejemplo con el doble salto o la habilidad de planear). Estas partes están bien y hacen que el desarrollo sea más variado, pero el problema es que hay ciertos problemas de colisiones que hacen todo más engorroso. Además, nos da la sensación de que nuestro personaje salta muy poco, algo especialmente molesto en ciertas zonas donde parece que si llegamos a una plataforma pero en realidad la colisión está por encima. También son bastante molestos algunos lugares donde saltamos, y sin que podamos hacer nada, un enemigo nos derriba antes de llegar a la plataforma, debiendo repetir todo el proceso de nuevo. En general el diseño de niveles está bien, aunque nos hubiera gustado que se hubiera trabajado más.

En general la idea de juego está bien, y sobre el papel resulta bastante variado, pero la realidad es que nos pasamos todo el tiempo haciendo lo mismo, por lo que no tarda en resultar repetitivo. Una de las gracias es poder configurar a nuestra criatura a nuestro antojo, pero la realidad es que para avanzar en el juego (al margen de para ser más fuertes de cara a los combates) deberemos tener ciertas habilidades obligatoriamente, lo que hará que debamos tener ciertas piezas como alas para planear o aletas para nadar, por lo que tampoco seremos totalmente libres para hacer lo que deseamos.

Criaturas encantadoras

Gráficamente el juego no está mal, aunque tampoco destaca demasiado. En general todo se ve nítido y bastante limpio, aunque hay algunos detalles que no nos han gustado nada, como el hecho de que cuando una criatura está lejos la veremos con un modelo de peor calidad. Esto no sería un problema ya que es algo que todos los juegos hacen, pero es que en este caso no sólo se trata de un modelo con menos detalle, sino que nos encontramos con una animación que va a saltos, algo que queda muy mal cuando andamos por el escenario y vemos a un personaje a lo lejos (y no demasiado) moverse de una forma muy extraña. Por lo demás, como decimos, se trata de un juego correcto, quizás con escenarios algo genéricos y simples, pero que cumple sin problemas. Pero sin duda uno de los puntos fuertes del juego son sus criaturas, y es que las que veremos en el juego son adorables y llenas de carisma.

El apartado sonoro es bastante discreto, con melodías que encajan bien con el estilo del juego pero que pasan bastante desapercibidas. Los personajes emitirán gruñidos y ciertos sonidos bastante graciosos que pegan mucho con las distintas criaturas que veamos. En general un apartado correcto, aunque no destaca en ningún aspecto.

Aunque este Spore: Hero tiene unas ideas bastante buenas, el resultado final es algo decepcionante. Tiene un planteamiento que acaba resultando repetitivo y presenta unos combates no del todo bien planteados. Además, aunque la idea de poder configurar nuestra criatura es buena, en la práctica tenemos que usar unas piezas obligatoriamente para poder avanzar. Aún así si sabemos perdonarle sus defectos encontraremos con un juego entretenido, recomendado sobre todo a los más pequeños por su sencillez, a los que el carisma de sus criaturas seguro que encandila.