Análisis de LostWinds: Winter of Melodias WiiW (Wii)

A nivel gráfico, LostWinds: Winter of the Melodias parte de la base del primer juego y recupera su estilo artístico y mantiene la esencia casi inalterada, lo que significa que no haya mejoras. Lo cierto es que a nivel técnico poco más se puede hacer con el límite de tamaño impuesto por Nintendo para los juegos de WiiWare (como incluir más texturas, o a mayor resolución), pero lo cierto es que Frontier, el equipo de desarrollo, ha conseguido mejorar el apartado visual y, también, como decíamos, hacer el juego más grande.

Además, gráficamente las diferencias derivadas del invierno y el verano aportan una variedad adicional, mayor nivel de interacción, y da espacio para lucirse con algunos efectos visuales destacables, como la iluminación, los reflejos del hielo, o las partículas de nieve. Y, claro, vegetación, nieve, y demás elementos reaccionan dinámicamente al viento que creamos con el mando.
La música vuelve a optar por melodías llenas de paz, ambientales, que se adaptan magníficamente al estilo y espíritu del juego, combinando emotividad y relajación, pero sabiendo dar paso a la emoción en los momentos tensos. Sigue sin contar con voces, lo que es lógico dado el estilo narrativo, artístico, y las limitaciones de memoria, pero lo cierto es que no se echan en falta en ningún momento durante el juego.
La narrativa, a todo esto, está mucho mejor planteada que en el original, implicando mucho al jugador en la trama. Sigue teniendo una presencia liviana, sí, pero cuenta ahora con secuencias que ayudan a narrar y a hacer que los hechos se desencadenen ante nosotros, y lo hace además con buen gusto y una estética tan cuidada como en el resto del aspecto visual. Además, no corta el dinamismo, y sirve realmente como un incentivo para crear empatía en el jugador y hacerle interesarse por el mundo que recorre y los personajes que ha conocido. No podemos olvidar, tampoco, que la presentación de Riveren y su contexto en el prólogo -jugable- ayudan a crear una línea desde el principio y una motivación para saber qué ha pasado.

Conclusiones
Todo lo que hizo del primer LostWinds un buen juego está presente aquí una vez más, y mejor. Winter of Melodias retoma unas bases de gran calidad y muestra lo que puede hacer un estudio con talento cuando, tras acertar con un buen juego, no se duerme en los laureles y sabe escuchar a los usuarios, mejora su producto, resuelve lo que menos ha gustado a su público, y ofrece una nueva entrega que resulta fresca sin perder su sabor original.
Su único inconveniente es que la duración es todavía algo escasa, pero suponemos que esto es difícil de solventar si Nintendo no amplía los límites impuestos en WiiWare. El juego en sí es mucho más largo, pero si usamos el mapa para facilitarnos la exploración y no dar tumbos por el escenario, esto significa que el tiempo de juego es más extenso que antes, pero no mucho. Eso sí, jugar sin mapa expande sustancialmente la duración del juego más allá de las cuatro o cinco horas.
Probablemente, LostWinds es uno de los juegos más interesantes y atractivos de Wii (no sólo de WiiWare), y LostWinds: Winter of the Melodias le supera en todo. Bello, divertido, emocionante y original, resulta ser una de las propuestas con más potencial de la consola y una nueva muestra de que la distribución digital nos está dejando algunas de las joyas más destacadas de la actual generación –en las tres consolas domésticas- a los que disfrutamos con los videojuegos, sin complejos.
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