Análisis de Everybody's Tennis (PSP)
Desde que la consola portátil de Sony lleva en el mercado, Clap Hanz, los creadores de la saga Everybody’s, han demostrado su autoridad y buen hacer en uno de los juegos de deportes minoritarios que por regla general nunca se han ganado al gran público: el golf. No obstante, sus creaciones, lejos de ser aburridas y monótonas, tenían los elementos suficientes para no sólo enganchar al jugador desde la primera partida y mantenerlo durante horas y horas pegado a la PSP, gracias a que los juegos mezclaban un estilo claramente desenfadado con una jugabilidad en la que tanto novatos como expertos veían sus necesidades de juego plenamente satisfechas.
Con semejante pedigrí, no cabe sino esperar algo parecido con el juego de tenis para PSP que ahora nos presentan, aunque llegados a este punto hay que decir que no es la primera vez que Everybody’s se estrena con este deporte, puesto que para PS2 ya salió uno de tenis que, desgraciadamente, resultó ser bastante flojo.
A diferencia de otros juegos de la saga, Everybody’s Tennis incluye un modo RPG, de tal manera que, en vez de abrir campos donde jugar y personajes nuevos a base de subir de nivel, conseguir puntuaciones y cumplir objetivos, esta vez podremos movernos libremente a través de los escenarios, y tendremos que hablar con diferentes personas que a su vez nos retarán a echar una partida.
Nosotros formamos parte del humilde Happy Tennis Club, asociación deportiva que se embarca en la misión de llevar las delicias del tenis a todos los rincones del planeta, por lo que viajaremos por todo el mundo y conoceremos a otros aficionados al tenis que sin duda compartirán sus experiencias con nosotros, ayudándonos a mejorar nuestro tenis.
Cada localización o cada ciudad que visitemos está diseñada de tal manera que tiene una especie de jefe final, y antes de ponernos a prueba con él, deberemos superar a otros tenistas. Incluso tendremos que superar algún minijuego como por ejemplo una carrera o encontrar algún determinado objeto. Una vez hayamos cumplido los objetivos, podremos enfrentarnos al jefe, que, una vez derrotado, no dudará un ápice en unirse a nuestra plantilla. En caso de que no lo consigamos, siempre tendremos a nuestra disposición los personajes secundarios, o incluso regresar a localizaciones que hayamos superado, para echar una partida y mejorar nuestro estilo antes de volver a intentar cualquier reto.
Nuestro personaje tendrá cinco características que irán mejorando a medida que ganemos más y más partidas de tenis: fuerza, control, velocidad, impacto y resistencia, y la forma de ir ganando puntos en cada una de ellas se realiza de dos maneras. La primera es mediante la tienda, donde se pueden comprar diferentes accesorios para modificar el aspecto de nuestro personaje. A medida que vamos comprando, se va rellenando una barra que, al completarse, nos indica que se ha mejorado tal o cual característica. El dinero con el que compramos son los mismos puntos que vamos ganando en las partidas o los que vamos consiguiendo al hurgar en barriles, papeleras o taquillas.
Sin embargo, los objetos no estarán todos disponibles desde el principio, si no que irán apareciendo nuevos ítems a medida que vamos venciendo a los diferentes jefes. La otra manera de mejorar habilidades es aumentando la lealtad de los personajes. Se trata de una especie de corazón que se va rellenando también a medida que hacemos partidos. Tiene nueve niveles, y en cada uno de ellos se desbloquean ventajas adicionales, como por ejemplo la capacidad de que los objetos de la tienda influyan en las características anteriormente mencionadas, o la posibilidad de utilizar saques planos. El sistema funciona perfectamente bien, y el jugador se verá echando su tiempo probando las distintas combinaciones de equipamiento (cabeza, cuerpo y accesorios) para potenciar su velocidad o bien para mejorar el control, y hay que decir que las combinaciones disponibles son enormes.
La curva de dificultad está muy bien ajustada. Al inicio el juego se adapta a cualquier jugador, de tal manera que hasta el más torpe con la raqueta puede ir ganando partidas a base de derechas y reveses, y poco a poco el jugador va tomando conciencia de pequeños detalles que le ayudarán a mejorar su juego, como por ejemplo realizar un globo cuando el contrincante está muy cerca de la red. Luego, a medida que uno va avanzando, los contrincantes se vuelven más duros, y todos y cada uno de ellos, tanto secundarios como principales, tienen su propio estilo de juego: tanto te puedes enfrentar a uno al que le gusta hacer dejadas con la pelota, como otro cuyo punto fuerte es el saque, como otro que no duda en hacerte pegar a la red para luego colarte un buen globo.
Esta gran variabilidad es uno de los puntos fuertes del juego. Los enemigos de las fases más avanzadas son realmente duros de pelar, un auténtico reto para el jugador, y sólo con tesón, práctica y paciencia se podrá derrotarlos. Volver a repasar fases ya superadas puede tener su recompensa en forma de personajes especiales, como por ejemplo el mismísimo Helghast de la franquicia Killzone. También nos veremos involucrados en partidas de dobles, de tal manera que la consola será la encargada de manejar tanto a los rivales como a nuestro acompañante. La IA conseguida es sencillamente perfecta, y nos sorprenderá con compañeros que no sólo ejecutan golpes ganadores, sino que en algún momento también cometen algún error, como cualquier humano.
También existe otra modalidad de juego aparte del modo historia. Se trata de un modo exhibición en el que podemos enfrentarnos tanto a jugadores de nuestra plantilla como a cualquier otro que haya aparecido en nuestras aventuras a lo largo del mundo. Hay tres niveles de dificultad, y según en la que participemos, podremos subir nuestro rango de tenista. Dichos rangos son un título que conseguiremos a base de victorias en el juego, pero no son inamovibles, es decir, tan pronto como enlacemos varias derrotas, es probable que veamos cómo disminuye rápidamente; si bien, hay que decir que el rango que uno tenga no influye en el desarrollo del juego. Se echa de menos en el juego un modo donde poner a prueba nuestra puntería o algún reto que no esté relacionado directamente con hacer partidos y más partidos, hablamos de algún sistema de dianas o de velocidad de saque, cosas del estilo que se veían en los juegos de golf de la misma saga y que proporcionarían un descanso al jugador cansado de enfrentarse a rivales y más rivales.
Los personajes que nos encontramos en el juego no son los que hemos visto en los juegos de golf. Habíamos visto una continuidad –además de nuevos personajes– en los Everybody’s aparecidos, pero aquí la plantilla es nueva, aunque eso no quiere decir que no exista algún detalle que haga referencia a otros títulos de la saga. Gráficamente luce muy bien, con colores brillantes y detalles muy nítidos, una buena cantidad de animaciones, y muchos elementos de las pistas que reaccionarán cuando una pelota les golpea, como por ejemplo un gigantesco gong o un perro que echa a correr arrastrando a su dueño; se trata de detalles que aunque no influyen en el juego, arrancarán como mínimo una cara de sorpresa al jugador. En cuanto al apartado sonoro también raya a gran altura, sobre todo en lo que respecta a las voces, con las que se nota un cuidado especial, ya que cada personaje tiene un gran abanico de posibilidades que utilizará según la situación. La música que acompaña los partidos es dinámica, acorde con la acción. Por último, comentar la posibilidad de conectarse con hasta cuatro amigos en modo ad–hoc para echar unas pachangas y demostrar quién es el rey de la pista. Una pena que no se haya incluido un modo de juego para competir –vía internet– contra otros jugadores del mundo.
Conclusiones
Everybody’s Tennis para PSP es un título que no debería faltar en cualquier juegoteca que se precie. Cualquier persona, independientemente de que le guste el tenis o no, encontrará en este juego diversión, retos y carisma a raudales, y el sistema de ir avanzando por los diferentes lugares del mundo como si fuese un sencillo juego de rol, que recuerda a ciertos títulos deportivos de Nintendo, le añade ese punto de jugabilidad que otros juegos deportivos con más renombre carecen. Como defectos sólo se le podría achacar el control, en el que la pelota tiene predefinidos los lugares a los que puede ir, y la dificultad un tanto exigente en los jefes más avanzados, aunque este último punto se puede solucionar cambiando a un modo fácil. El juego es largo, entretenido, bonito, y, además, su gran calidad contrasta con el precio relativamente bajo con el que se lanza al mercado.