Análisis de Def Jam Fight for NY: The Takeover (PSP)
Lanzado originalmente para los sistemas domésticos, Def Jam: Fight for NY es la base de esta versión para la portátil de Sony, PSP, y que como en el juego original se combina la lucha con la música hip-hop y una historia que busca adecuarse a la estética tipo de ese género musical.
La adaptación a PSP no esconde en ningún momento que su base es esa versión para consolas de hace ya dos años, y, de hecho, todas las virtudes y defectos del juego son herencia clara de ese videojuego original, pues poco se ha añadido para remozar la experiencia de juego en su paso a la portátil.
Con una ambientación urbana que juega a rozar la marginalidad, la premisa principal será construir a nuestro propio personaje y repartir leches con él a través de las diferentes zonas de combate, para sumar cada vez más dinero según nos imponemos a otros luchadores.
Como sabrán quienes jugaron con el anterior juego de la saga, muchos de esos luchadores estarán representados por cantantes de hip-hop, como pueden ser Snoop Dogg, Busta Rhymes, Ludacris, Xzibit, Method Man y otros, como los intérpretes Omar Epps (especialmente popular por su papel en la serie de televisión House), Danny Trejo, Henry Collins, y otros. En total, la nómina de luchadores llega hasta los 68, combinando personajes reales con otros creados específicamente para el juego.
Todos esos enemigos nos los iremos encontrando a través del modo historia, una suerte de precuela de la historia del anterior título pero que emplea personajes y eventos de manera bastante arbitraria, por lo que el guión no acaba de encajar del todo bien dentro de los hechos que se nos narraron. En cualquier caso, este Def Jam: Fight for NY: The Takeover nos pondrá en el pellejo de un tipo cualquiera que se mete en una pelea callejera para rescatar a Manny, un tipo que hace tatuajes y en sus ratos libres le parte la cara a la gente, que está siendo acosado por lo incluso los más inocentes sabrían reconocer como un policía corrupto. No tardaremos mucho en configurar a nuestro personaje, y si bien es cierto que el sistema de configuración no es tan amplio como en otros juegos de Electronic Arts, lo cierto es que las opciones son en líneas generales más que suficientes como para dotar de personalidad propia a nuestro chico.
La parte más relevante del juego serán los combates, y por suerte contaremos con un cuidado tutorial que nos enseñará todos los movimientos de manera mucho más satisfactoria que las instrucciones. Claro que, por otro lado, las instrucciones están en español, y el juego no, teniendo como única posibilidad jugarlo en inglés de arriba a abajo. Durante el proceso de creación del personaje tendremos que escoger qué tipo de lucha queremos emplear, y aunque las opciones no son muchas son más que suficientes para el tipo de combates que vamos a tener. Podremos usar kickboxing, lucha libre, artes marciales, sometimiento, y lucha callejera, cada uno con cualidades y movimientos específicos.
Puede parecer un poco insustancial tener que escoger antes de saber nada sobre el juego qué estilo queremos emplear, pero gracias al progreso del personaje a lo largo de los combates iremos sumando puntos con los que podremos adquirir nuevos movimientos e incluso nuevos estilos de lucha, hasta un total de tres. De esta manera, el juego adquiere una gran profundidad en su sistema del desarrollo del personaje, ya que al combinar los diversos estilos entre sí influiremos activamente en la configuración del personaje y, por tanto, en la línea que mantendrán los combates. Y es que podremos optar por, por ejemplo, usar movimientos de lucha libre en situaciones determinadas mientras en las distancias medias optamos por la lucha callejera. Todo esto sin olvidar que hay una vía alternativa, que es la de especializarnos hasta el extremo en un único estilo de lucha para obtener más habilidad y fuerza en esos movimientos.
Parte fundamental será también saber interactuar con los diferentes elementos de los entornos en los que tengan lugar estas luchas clandestinas, como empujando a nuestro enemigo contra la pared, o, mejor, golpear su cabeza contra ésta. Otra buena opción es imitar algo bastante típico de las películas: coger una botella y rompérsela en la cabeza. Y si somos todavía más guarros, podemos tirarle tierra a los ojos. Todo un mundo de posibilidades muy esperables en un mundo de combates sin reglas de ningún tipo, salvo la de pelear hasta dejar inconsciente al rival. Por último, el desarrollo del juego se complementa con tres niveles de dificultad, algo que se agradece ya que la dificultad del título no es especialmente elevada, y esto potencia la duración de The Takeover.
La periferia del juego, es decir, todo lo que rodea a los combates, núcleo indiscutible del título, ayuda a conformar un paquete de contenidos bastante bueno. Así, por ejemplo, no tenemos que limitarnos a ir mejorando a nuestro personaje en su estilo de lucha, sino que podemos ir dándole mayor personalidad gracias a que el configurador de personajes nos permitirá cambiar la ropa (con marcas licenciadas), añadirle tatuajes, cambiar su peinado, colocarle distintos abalorios... de manera que la suma de todos esos aspectos pueda aumentar el nivel de carisma de nuestro personaje, lo que define la velocidad a la que nuestra barra medidora para golpes finales se rellena.
La historia del juego irá progresando hasta llevarnos a la creación de nuestra propia banda, para conquistar los territorios de los barrios rivales. Nuestra banda podrá sumar quince matones, y habrá que pensarse bien cuáles escogemos, ya que no será posible deshacerse de ellos. Estos chicos se sumarán a nuestro grupo tras ser derrotados, según avanzamos por los diferentes territorios, y es importante tener un grupo bien nivelado y variado. Es un buen elemento de juego, que añade variedad al desarrollo, como los diferentes modos de batalla: uno contra uno, lanzar a un tipo por la ventana, luchar en el metro, destruir el coche del adversario, luchar en una jaula, y echar del ring.
Como decíamos al principio de estas líneas, uno de los inconvenientes de este título es que no aporta excesivas novedades en sus planteamientos jugables con respecto a lo que ya conocimos en su momento, y la ventaja del multijugador sigue presente en esta versión para PSP, pero nos obliga a tener cada uno una copia del juego. Desde luego se han añadido algunos nuevos movimientos, pero no es nada particularmente destacable. Por otro lado, este inmovilismo se da también por los gráficos, y en este caso es algo positivo, ya que el juego luce a un nivel gráfico más que bueno, muy próximo al que vimos en las consolas domésticas, con poquísimas variaciones en los entornos y personajes. Es cierto que algunas texturas han sido modificadas, y algunos entornos simplificados, pero gracias a esto el juego es fluido en todo momento (pues hay contadísimas ralentizaciones) y se adapta a la resolución de la pantalla de la consola portátil.
Sí se ha perdido, en cambio, el amplio repertorio de voces, aunque la introducción del juego pueda llevarnos a engaño en un primer momento. La banda sonora, por su parte, está compuesta íntegramente por temas hip-hop licenciados, conformando una ambientación que hará las delicias de los aficionados a ese mundillo mientras crea un entorno verosímil para los planteamientos del guión.