Análisis Horizon Forbidden West, una secuela imprescindible (PS5, PS4)
Vamos a ir al grano: Nos esperábamos que Horizon Forbidden West fuese un juegazo, pero tenemos que admitir que, tras haber pasado decenas de horas con él, el resultado final ha superado incluso nuestras expectativas más optimistas, ofreciéndonos una de las mejores secuelas que se han hecho nunca y el que es, desde ya, uno de nuestros juegos de mundo abierto favoritos. No en vano, estamos hablando de un enorme salto de calidad respecto a su primera entrega que sería equivalente al que se produjo, por ejemplo, entre Uncharted y Uncharted 2.
Guerrilla Games ha creado una segunda parte de manual, de esas que se centran en seguir la fórmula original a pies juntillas, pero llevándola al siguiente nivel con más y mejor de lo mismo. Eso sí, ese "más y mejor" es algo que se han tomado tremendamente en serio y se nota desde el primer minuto lo consciente que es el estudio de lo que gustó y lo que falló del original, atacando todos sus puntos débiles y reforzando sus fortalezas para dejarnos con una aventura apasionante, completísima y con mucha personalidad que difícilmente os querréis perder.
Videoanálisis y nota de voz
A continuación podéis ver el análisis en vídeo con imágenes capturadas de la versión de PS5 en modo rendimiento (60fps):
También podéis escuchar nuestra nota de voz, un breve audio en el que os contamos qué nos ha parecido:
El viaje de Aloy continúa
De esta manera, volveremos a disfrutar de un juego de acción y rol de mundo abierto que continúa la historia de Aloy justo donde lo dejó el original. Sin entrar en demasiados detalles, os basta con saber que el planeta ha comenzado a marchitarse tras la derrota de Hades, motivo por el que nuestra heroína decide emprender un viaje hasta el Oeste Prohibido para buscar la manera de revertir la situación.
Como podréis suponer, por el camino haremos grandes descubrimientos, conoceremos nuevos aliados, haremos frente a poderosos y temibles enemigos y nos sorprenderemos con algunos giros muy bien planteados mientras seguimos un guion genialmente escrito y que sabe mantener el interés en todo momento, incluso si en la recta final acelera demasiado y apresura el cierre.
Probablemente uno de sus grandes aciertos sea el hecho de que esta vez se centra principalmente en Aloy, sus compañeros y la investigación de los Antiguos, dejando en un papel más secundario a los conflictos entre tribus para que la trama siempre fluya sin demasiadas distracciones ni situaciones de relleno, lo que se traduce en una aventura más sólida y con mejor ritmo que nunca llega a aburrir.
Pero, sin duda alguna, la gran mejora en términos narrativos la tenemos en sus personajes. No os vamos a engañar, en el original los amigos de nuestra heroína nos parecieron tan poco interesantes que si no hubiesen vuelto a hacer acto de presencia en esta segunda parte probablemente todavía seguiríamos sin acordarnos de ellos, algo que esta vez se ha cambiado por completo.
Para ello, el estudio ha decidido darles muchísimo más protagonismo y presencia a lo largo de todo el juego, hasta el punto de que llegarán incluso a acompañarnos durante algunas misiones, por no hablar de que también cuentan con sus propias tramas opcionales. Es más, ahora contaremos con una base en la que podremos invertir tiempo en conversar con ellos para conocerlos mejor, disfrutar de algunos diálogos muy divertidos que tienen entre sí de vez en cuando mientras hacemos nuestras cosas y, en definitiva, profundizar en su relación con la protagonista y en la forma que tienen de ver el mundo.
Esto probablemente os recuerde a lo visto en juegos como Mass Effect (a fin de cuentas, la base cumple una función muy parecida a la Normandy), un símil que no hemos hecho por casualidad, ya que el tratamiento que se hace de los aliados de Aloy es "muy BioWare", ofreciéndonos un grupo diverso, peculiar y con bastantes capas de profundidad con el que resulta fácil encariñarse. Y sí, todo esto también se extiende a la mismísima heroína principal, cuya evolución a lo largo del guion nos ha gustado bastante
Otro detalle que también ayuda a hacer que la narrativa sea más interesante y entretenida la tenemos en la propia presentación de las secuencias de vídeo y las conversaciones que tenemos con el resto de personajes. Si en el original la mayoría de diálogos nos mostraban a dos personajes mirándose fijamente mientras movían los labios y poco más (algo también aplicable a demasiados juegos de mundo abierto), aquí se ha apostado por un enfoque muchísimo más cinematográfico y no pararemos de ver cómo gesticulan, cómo las expresiones de sus rostros se corresponden siempre con las interpretaciones de los actores y cómo la cámara va usando diferentes planos para darle consistencia a cada escena. Y ojo, ya que esto es así incluso cuando dialogamos con el más secundario de los secundarios, lo que se acaba traduciendo en una presentación de auténtico lujo que consigue que realmente nos creamos lo que estamos viendo.
Un mundo apasionante y lleno de posibilidades
En lo puramente jugable lo primero que nos ha llamado la atención es lo mucho que ha mejorado la exploración gracias a las nuevas habilidades de Aloy, quien ahora puede escalar sobre un buen número de superficies, bucear y usar diversas herramientas que facilitarán nuestros desplazamientos, como un gancho, una especie de parapente la mar de útil e incluso un nuevo medio de transporte que os va a encantar y os va a dejar con la boca abierta.
Esto, además de hacer que el simple hecho de movernos e ir de un lado a otro resulte en una experiencia más divertida y gratificante, también ha permitido a Guerrilla Games crear un mapa muchísimo más interesante que el de su primera parte, ofreciéndonos un diseño de niveles más vertical, complejo, elaborado y con muchas más posibilidades que se traducen en unas secciones jugables más variadas, ingeniosas y entretenidas, algo que resulta especialmente cierto cuando los puzles y el "plataformeo" entran en escena.
De hecho, ahora el mundo también se va abriendo de una forma más progresiva y orgánica, ya que hay muchos lugares y secretos a los que no podremos acceder hasta que no consigamos ciertas habilidades, por lo que obtener una nueva herramienta también nos animará a regresar a aquellos sitios que antes teníamos bloqueados, incentivando así la exploración.
Evidentemente, esto caería en saco roto si el mundo no tuviese actividades realmente interesantes, aunque por suerte no es el caso, algo que queda muy patente en el mismísimo diseño de misiones, simplemente espectacular. Ya sean principales o secundarias, estas nos llevarán a vivir todo tipo de aventuras con objetivos muy diversos mientras combatimos a grandes bestias mecánicas, seguimos rastros, resolvemos pequeños puzles, nos infiltramos en diversos lugares, escalamos grandes estructuras y superamos alguna que otra sección de plataformas.
Como es lógico, las pertenecientes a la historia principal son un poco más cinematográficas y llamativas, aunque las tramas de las misiones opcionales también amplían el trasfondo de este universo y nos permiten vivir situaciones muy distintas que han conseguido que no hayamos podido parar de jugar hasta haber completado todas las que hemos encontrado. Sin duda, un salto de gigante respecto a lo visto en la primera parte, ofreciéndonos contenido de calidad capaz de marcar la diferencia.
Lo mejor es que la cosa no termina aquí y a lo largo y ancho del mundo encontraremos una enorme cantidad de actividades entre las que se incluyen unas alocadas y divertidísimas carreras a lomos de monturas, un minijuego de tablero con figuras coleccionables sorprendentemente elaborado, expediciones a ruinas antiguas repletas de inteligentes rompecabezas, desafíos de caza, una espectacular arena en la que poner a prueba nuestras habilidades de combate contra las máquinas, el regreso de los calderos (una especie de mazmorras repletas de combates, saltos y puzles con sus propios jefes), las escaladas de los cuellilargos y un largo etcétera. Por supuesto, también hay misiones un poco más simples llamadas recados y no os van a faltar cosas tan habituales como la conquista de bases o campamentos, aunque incluso estos contenidos están cuidados y nos dan los suficientes incentivos como para que queramos dedicarles parte de nuestro tiempo.
Quizá la gran clave de esto resida en el hecho de que en Guerrilla han sabido contenerse con la escala del juego sin excederse ni inundarlo todo de actividades clónicas de relleno. Sí, veremos montones de iconos en el mapa, pero hay un número relativamente reducido de ellos por cada tipo de actividad. Por ejemplo, ni las ruinas ni los calderos llegan a las dos cifras, lo que ha permitido que el estudio haya podido cuidar cada uno de ellos para ofrecernos desafíos muy únicos y de la máxima calidad. Y como hay muchos retos distintos, la variedad de situaciones siempre está a la orden del día.
La emoción de una buena cacería
Pero si hay algo que sobresale por encima de todo lo demás y que le da a esta saga esa personalidad tan marcada que tiene son sus combates contra las grandes bestias mecánicas que pueblan su mundo. En esencia, estos enfrentamientos son muy parecidos a los que vimos en la primera parte, proponiéndonos unas batallas en las que deberemos usar diversos tipos de arcos, armas a distancia, trampas y munición elemental para apuntar a los puntos débiles de nuestros enemigos y abatirlos.
Sin embargo, el bestiario se ha ampliado ahora de forma más que considerable y todas las criaturas cuentan con muchas más partes rompibles, nuevos puntos débiles de los que podemos aprovecharnos, armas que podemos arrancar para usar en nuestro favor y, tal y como era de esperar, muchos trucos, patrones y movimientos nuevos que nos pondrán las cosas muy difíciles si no jugamos con cabeza y habilidad aprovechando el escenario en nuestro favor y todo nuestro arsenal.
Todo esto se resume en unas luchas que son un auténtico espectáculo y que no paran de regalarnos un momentazo épico tras otro, especialmente cuando nos obligan a pelear de maneras concretas para conseguir las piezas que necesitamos de nuestros rivales, ya sea para cumplir una misión o mejorar nuestro equipo. Además, hay tantos tipos de enemigos y son tan distintos entre sí que raro será que lleguéis a los títulos de crédito habiendo visto todos los monstruos que esconde el juego, y en el caso de que lo hagáis el propio escenario y las combinaciones de robots que nos pueden atacar a la vez se encargarán de que nunca nos aburramos y de mantener las cosas frescas.
El diseño de criaturas es una auténtica pasada y nos cuesta describir con palabras lo divertidas que llegan a ser estas batallas, ya que cuesta muchísimo cansarse de ellas y por momentos nos han recordado a lo que hemos experimentado con los mejores Monster Hunter. Y sí, nos han parecido considerablemente más desafiantes que en la entrega original, aunque Aloy cuenta con tantas herramientas que siempre encontraremos la manera de equilibrar la balanza y volver las tornas a nuestro favor con estrategias que variarán considerablemente de un jugador a otro. No en vano, ahora contamos con habilidades de arma como poder disparar tres flechas a la vez o descargar sobre el enemigo todo un cargador de un lanzavirotes, así como técnicas de valor que nos permitirán potenciarnos muchísimo y sacar el máximo partido a nuestras capacidades durante unos segundos, lo que se traduce en una jugabilidad más pulida, profunda y con más opciones.
El estudio es muy consciente de que aquí, en las bestias mecánicas, es donde reside uno de los principales pilares de su obra, motivo por el que también les han dado mucho más protagonismo para que siempre estén presentes en todas las misiones, ya sea de un modo u otro, así como en numerosas actividades. La otra cara de la moneda la tendríamos en los enfrentamientos contra los humanos, los cuales siguen siendo un tanto decepcionantes y caóticos, dejándolos muy por debajo de las cacerías de máquinas.
La buena noticia es que el sistema de combate cuerpo a cuerpo se ha mejorado con nuevos combos y movimientos que lo hacen más divertido, algo que se explota muy bien en unos fosos de lucha donde tendremos que replicar las combinaciones de golpes que nos pidan y derrotar a varios jefes. Además, la presencia de rivales humanos ha disminuido hasta casi desaparecer durante las misiones de la historia principal y cuando aparecen suelen hacerlo en compañía de engendros mecánicos, por lo que son batallas que nunca llegan a molestar y que están en sus dosis justas para aportar algo de variedad.
Como podréis suponer, a medida que juguemos, luchemos y completemos actividades recibiremos experiencia, subiremos de nivel y obtendremos puntos de habilidad que podremos invertir en un nuevo árbol de talentos mucho más grande y amplio que el que teníamos en el original, donde encontraremos mejoras para nuestro personaje tan interesantes como útiles con las que podremos ir definiendo nuestro propio estilo de juego.
Adicionalmente, el sistema de equipo y de modificadores se ha pulido para que nuestros atuendos y armas sigan sirviéndonos durante gran parte del juego a poco que vayamos consiguiendo las piezas necesarias para mejorarlos, lo que también equivale a un inventario menos caótico y más manejable. Y, como no podía ser de otro modo, también regresa el sistema de artesanía para que podamos fabricar nuestra propia munición, pociones y trampas con los recursos que encontremos por el escenario, así como la posibilidad de mejorar nuestras bolsas cazando animales salvajes.
La duración justa
Como veis, se trata de un juego sorprendentemente redondo y muy bien diseñado que consigue ingeniárselas para que en nuestros viajes siempre se produzcan todo tipo de aventuras y eventos inesperados. Algo tan simple como ir a una montaña a por un recurso que necesitamos para subir de nivel nuestro arco puede acabar derivando en un épico enfrentamiento contra un Avempestad alfa, y un inocente paseo por la jungla puede llevarnos a descubrir una gruta oculta o una misión secundaria que solo dará comienzo si ayudamos a un cazador a derrotar a la bestia contra la que está luchando.
Evidentemente, no todo es perfecto y hay pequeños detallitos que quizá se podrían haber cuidado más, como el hecho de que Aloy no se calla ni debajo del agua (literalmente) y siempre nos está diciendo todo lo que tenemos que hacer al llegar a un sitio antes incluso de que podamos empezar a pensar, aunque nada demasiado grave que vaya a impedir que os lo paséis genial durante las cerca de 40 horas que dura la historia principal, una cifra perfecta que se puede duplicar fácilmente a poco que os propongáis hacerlo todo.
Un espectáculo de nueva generación
Finalmente, nos vemos obligados a aplaudir el apabullante trabajo que ha realizado Guerrilla con su apartado gráfico, ofreciéndonos una experiencia audiovisual de nueva generación que nos ha dejado con la mandíbula desencajada en no pocas ocasiones gracias a sus excelentes modelados, animaciones, expresiones faciales, texturas, efectos, escenarios, distancia de dibujado, iluminación y a la cantidad de elementos que llega a poner en pantalla, todo ello acompañado por una dirección de arte de diez que nos deja con unas estampas preciosas, una variedad altísima de localizaciones y un diseño de criaturas fascinante.
Todo esto es hablando de su versión de PlayStation 5, claro, la cual incluye Modo Resolución para quienes quieran disfrutar de sus gráficos en todo su esplendor y con la mayor nitidez posible a cambio de limitar la tasa de imágenes por segundo a 30 fps. Por supuesto, la otra opción es la de apostar por el Modo Rendimiento para jugar a 60 fps a costa de sacrificar algo de detalle y calidad de imagen. Sinceramente, ambos modos nos han gustado, se ven bien y son perfectamente jugables, de forma que decidirse por uno u otro dependerá de las preferencias personales de cada jugador.
Además, las cargas apenas duran uno o dos segundos y el DualSense usa los gatillos convincentemente para simular la sensación de estar disparando con un arco (aunque mucho ojo también al efecto que consiguen al hacer palanca para abrir puertas), así como la retroalimentación háptica para transmitirnos todo tipo de cosas en las manos, como las pisadas de nuestras monturas. En ningún caso nos ha parecido que le saque todo el partido al mando de la consola, aunque son pequeños añadidos que ayudan a hacer que la experiencia sea más inmersiva y satisfactoria.
En lo que respecta a su banda sonora, tenemos que decir que es una gozada repleta de temazos que varían entre los que tienen un toque más tribal y aventurero y los que apuestan por sonidos más propios de una odisea de ciencia ficción, una mezcla muy interesante que es una delicia para los oídos. Para rematar, se comportan de manera dinámica y el juego hace un uso fantástico de sus piezas musicales. Sin duda, de los mejorcito que hemos escuchado en los últimos años. Los efectos siguen la misma línea y son de una calidad incuestionable, y el doblaje nos llega en español con unas buenas interpretaciones entre las que vuelve a destacar el papel de Michelle Jenner como Aloy. Eso sí, si sois de los que preferís jugar en versión original os alegrará saber que existe un selector de idiomas, algo que os recomendamos que probéis para alucinar con el increíble reparto que tiene en inglés, donde también se incluyen nombres como Carrie-Anne Moss (The Matrix), Angela Bassett (Black Panther) o Lance Reddick (The Wire) y las expresiones y gestos de los personajes están totalmente sincronizados con sus actuaciones.
Conclusiones
Horizon Forbidden West es, sin duda alguna, uno de los mejores juegos de mundo abierto que hemos jugado nunca. Un nuevo ejemplo de que no todas las secuelas tienen que suponer una revolución para su saga y que con mejorar y pulir su fórmula para llevarla al siguiente nivel se pueden hacer auténticas maravillas, especialmente cuando el resultado es una obra tan cuidada y bien diseñada como esta.
Podríamos decir que esta segunda parte sigue brillando por su combate y por sus gráficos, pero eso sería quedarnos muy cortos, ya que hemos disfrutado enormemente de cada una de sus misiones, de cada paseo que hemos dado, de cada puzle que hemos resuelto, de cada sección de plataformas que hemos superado, de cada uno de sus minijuegos, de cada evento inesperado con el que nos hemos topado, de cada conversación con nuestros aliados y, en general, de cada minuto que hemos invertido en él. Y eso, en un juego al que hemos dedicado casi 80 horas y que nos ha dejado con ganas de seguir jugando, es mucho decir. No lo dejéis escapar.
Hemos realizado este análisis en PS5 gracias a un código de descarga que nos ha facilitado PlayStation. Todas las capturas de este análisis han sido tomadas con el Modo Resolución.