Análisis Trials of Mana, un fiel remake con aroma clásico (PS4, Android, iPhone, Xbox Series X/S, Switch, PC)
Hablar de Trials of Mana es hacerlo de uno de los mejores y más desconocidos JRPG que nos dejó Super Famicom. Una obra ambiciosa y adelantada a su tiempo con la que Squaresoft exprimió el potencial de la consola de Nintendo hasta sus últimas consecuencias para ofrecernos una aventura épica y repleta de elementos únicos que siguen sorprendiéndonos a día de hoy. Por desgracia, y al igual que ocurrió con muchos otros juegos de la época, nunca consiguió salir de Japón y no fue hasta el año pasado cuando se nos dio la oportunidad a los jugadores occidentales de descubrir esta pequeña maravilla gracias a su inclusión en el recopilatorio Collection of Mana. Ahora, Square Enix quiere darle una nueva oportunidad a esta joya dedicándole un cuidado y nostálgico remake para Nintendo Switch, PC y PS4 que hará las delicias de los fans del género y de esta mágica saga.
Videoanálisis
Seis héroes, tres rutas, una gran aventura
Así pues, nos encontramos ante una recreación sorprendentemente fiel de esta inolvidable odisea que sigue muy de cerca y punto por punto los pasos del original. De este modo, emprenderemos una aventura que combina rol y acción en tiempo real con una premisa argumental un tanto peculiar, ya que al comienzo de la partida deberemos escoger a nuestro grupo de tres héroes entre seis personajes distintos. El primero que seleccionemos se convertirá en el protagonista y en "el elegido", mientras que los otros dos serán sus acompañantes.
Esta elección, además de modificar por completo nuestro estilo de juego y la manera en la que encaramos las batallas, también tiene profundas implicaciones en el guion, ya que cada héroe tiene su propia historia y motivos para iniciar el viaje a lo largo de este mágico mundo de fantasía medieval. De hecho, existen tres rutas distintas y que disfrutemos de una u otra dependerá de quién sea nuestro protagonista, mientras que los compañeros definirán muchos de los eventos e interacciones únicas que veremos. No os equivoquéis, el grueso de la aventura es exactamente el mismo para todos los personajes, aunque el inicio, una mazmorra intermedia y la recta final cambiarán por completo según la ruta que nos toque seguir, así como muchas de las conversaciones y secuencias de vídeo que veremos entre medias.
Como podréis intuir, esto le da un valor rejugable enorme y si queremos verlo todo vamos a necesitar un mínimo tres vueltas distintas, ya que con una sola partida no podremos profundizar en muchos de los héroes y villanos de la función. Ahora bien, tampoco esperéis un guion deslumbrante ni nada especialmente original, ya que la trama cae en todos los clichés y convenciones habituales del género, aunque funciona muy bien a la hora de justificar nuestras idas y venidas y le da un sabor muy clásico a la narrativa que nos ha hecho retroceder 25 años de golpe, planteándonos una sucesión de eventos muy acelerada que nunca se toma demasiado en serio a sí misma y que siempre está al servicio de la jugabilidad.
Modernizando un clásico
Entrando ya en lo puramente jugable, tenemos un juego que ofrece una experiencia muy similar y cercana a la del original, llevándonos a recorrer un mundo grande y repleto de ciudades y mazmorras que explorar mientras nos pegamos con infinidad de criaturas, subimos de nivel, mejoramos nuestro equipo y aprendemos nuevas habilidades y hechizos. Las zonas que recorreremos son exactamente las mismas e incluso se ha respetado el diseño de niveles que tenían a grandes rasgos, manteniendo la colocación de enemigos y tesoros ocultos.
Eso sí, en Square Enix no se han querido conformar con ofrecernos exactamente el mismo juego y han ido un paso más allá, modernizando sus bases jugables sin traicionar por ello su esencia o estructura. De este modo, nos encontramos con que la antigua cámara cenital da paso ahora a una en tercera persona que podemos mover libremente y que se suele situar detrás de nuestro personaje, mejorando considerablemente la sensación de inmersión y la escala de los escenarios que visitamos.
Gracias a esto, moverse ahora por sus diferentes localizaciones es algo mucho más placentero y dinámico, así como explorar hasta el último de sus rincones en busca de secretos. A esto también ayuda la inclusión de la posibilidad de saltar, lo que ha permitido darle algo más de verticalidad a los entornos e incluso crear algunas secciones de plataformas muy ligeras, pero que ayudan a la hora de darle cierta variedad a su desarrollo.
Como podréis suponer, el sistema de combate también ha recibido una buena cantidad de ajustes y cambios que lo hacen más ágil, satisfactorio y actual. La premisa es muy parecida a la del original: batallas en tiempo real, golpes básicos que nos permiten rellenar un medidor de energía con el que desatar nuestras técnicas de clase y un sistema de menús en forma de rueda con los que podremos pausar la acción para escoger el hechizo u objeto que queramos usar.
Sin embargo, esta vez contamos con dos botones de ataque (flojo y fuerte), podemos esquivar, realizar combos aéreos y crear accesos rápidos para los ítems y habilidades que usemos con más frecuencia. De igual modo, el tiempo ya no se detiene cuando un rival realiza una técnica o cuando uno de nuestros personajes lanza un conjuro, por lo que la acción es continua y nos obliga a estar constantemente en movimiento esquivando los ataques que nos telegrafíen en el suelo o intentando interrumpir a los rivales mientras cargan sus ofensivas más temibles. Otra consecuencia de todo esto es que ya no tendremos que sufrir las erráticas cajas de colisiones del original ni las probabilidades de acierto al atacar, de forma que todos los impactos que consigamos sobre los rivales contarán como buenos.
En líneas generales, combatir es una experiencia que, sin ser especialmente profunda, entretiene y engancha con suma facilidad, impidiendo que nos aburramos en las más de 20 horas que nos pasaremos dando vueltas de un lado para otro liquidando a todo lo que se cruce en nuestro camino. Además, las batallas contra sus numerosos jefes finales se han rediseñado por completo y resultan enormemente variadas y divertidas, suponiendo, sin duda alguna, los mejores momentos de toda la aventura.
Eso sí, hay varios "peros" destacables que empañan un poco el conjunto, empezando por la cámara y sus múltiples problemas para seguir la acción incluso cuando fijamos a los rivales, algo que se vuelve especialmente molesto en los escenarios más estrechos o cuando luchamos contra criaturas de gran tamaño. Por otra parte, tampoco nos ha gustado demasiado el gran bajón que ha sufrido su nivel de dificultad, convirtiendo lo que antes era un reto muy estimulante en poco más que un paseo incluso en Difícil, donde no hemos llegado a morir ni una sola vez y apenas hemos tenido que esforzarnos ante la abundancia de objetos curativos.
Continuando con los errores, decir que los aliados controlados por la IA dejan mucho que desear, aunque siendo justos, se comportan mejor que en cualquier otro título de la saga y no tendremos que estar tan pendientes de ellos como antes. Otro fallo heredado del original radica en la descompensación que hay entre los diferentes héroes, ya que no todos son igual de divertidos ni satisfactorios de controlar, y algunos de ellos tardan mucho en arrancar y en desbloquear habilidades que nos permitan ir más allá de los combos básicos, por lo que no habría estado de más que se hubiese retocado todo esto un poco más. Finalmente, se ha perdido la oportunidad de ampliar el limitado bestiario del título en el que se basa, así que preparaos para ver los mismos enemigos una y otra vez, pero con diferentes colores y afinidades elementales. No son fallos que nos vayan a impedir disfrutar de este remake, pero sí que restan e impiden que los enfrentamientos sean una experiencia redonda, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos hablando de un juego en el que estaremos combatiendo casi a cada paso que demos.
Lo que sí que nos ha gustado es el sistema de progresión de personajes, gracias al cual ganaremos una serie de puntos que podremos distribuir entre nuestras estadísticas principales para así aprender todo tipo de hechizos y habilidades pasivas. Estas últimas tenemos que equiparlas y, tal y como podréis suponer, el espacio que tendremos para ellas es limitado, invitándonos a experimentar con diferentes configuraciones hasta encontrar una que se adapte a nuestra forma de jugar. De igual modo, regresa el sistema de clases del original, permitiéndonos cambiar a diversas profesiones avanzadas al cumplir los requisitos para ellos. Eso sí, no os penséis que con esto podréis cambiar por completo el rol de vuestros personajes, ya que las clases a las que pueden acceder solo son versiones mejoradas de las básicas.
Otro aspecto que se ha mejorado muchísimo es la interfaz y el diseño de menús. Mientras que navegar por ellos era algo muy engorroso en el original, confuso y con muy poca información útil, en el remake son todo lo contrario: claros, concisos, bonitos, bien diseñados y con todos los datos que necesitamos para optimizar cómodamente a nuestros personajes. Quizá la parte que más nos ha fallado en este sentido sea el hecho de que el juego siempre nos marque en el mapa y minimapa nuestro próximo destino, cargándose gran parte de la sensación de aventura que busca transmitir, ya que siempre sabremos dónde está la salida en una mazmorra y el camino a seguir, quitándole así mucho peso a la exploración. Por desgracia, no es algo que podamos desactivar y lo máximo que podríamos hacer sería ocultar el minimapa, una alternativa que dista de ser la ideal.
Pequeñas, pero interesantes novedades
Eso sí, no os penséis que por ser un remake tan fiel no incluye novedades. No son demasiadas, pero sí que se agradecen. Por ejemplo, se han escondido 50 cactolillos a lo largo y ancho de todo el mundo, un nuevo tipo de coleccionable que nos servirá para desbloquear todo tipo de ventajas, como descuentos en las tiendas o la probabilidad de obtener experiencia extra tras cada batalla. Sin embargo, lo más interesante lo tenemos en su nuevo epílogo, un capítulo inédito del que no nos dejan hablar demasiado, pero del que podéis esperar entre tres y cinco horas de juego adicional para hacer frente a una nueva amenaza. No es ninguna maravilla y abusa demasiado del reciclado de elementos del juego principal, pero gracias a él podremos dar un cierre más satisfactorio a las historias de cada personaje y desbloquear las nuevas y poderosas Clases 4, las más devastadoras de toda la aventura. Por último, al terminarlo desbloquearemos el modo Nuevo Juego+ para poder importar algunas cosas de nuestra partida previa a la siguiente, haciendo así más cómodas y ágiles nuestras rejugadas.
Un bonito mundo
A nivel gráfico se trata de un remake que se nota que cuenta con un presupuesto medio y lejos de otros proyectos más ambiciosos, con unos modelados que no pasan de lo simplemente correcto, unas texturas muy normalitas, efectos que se limitan a cumplir y unas animaciones que no se van a llevar ningún premio. Eso sí, en lo artístico se ha hecho un trabajo estupendo para dotar de mucha belleza a su mundo y escenarios, algo a lo que también ayuda el buen uso que se ha hecho de los colores y la reutilización de los fantásticos diseños del original. Además, en PS4 Pro, la versión a la que hemos tenido acceso, rinde muy bien. En este sentido, nuestra mayor queja reside en sus secuencias de vídeo: indignas de esta generación, mal dirigidas, con unas animaciones terribles y con unos personajes que difícilmente podrían ser más inexpresivos.
Por último, comentar que se ha reutilizado la misma banda sonora de la versión de Super Famicom, permitiéndonos escoger entre nuevas remezclas o la original sin cambios, lo que es una gran noticia, ya que hablamos de unas composiciones geniales que ambientan a la perfección nuestro viaje. Sobre los nuevos remixes, en líneas generales nos han gustado y saben mantener ese tono tan característico de los JRPG clásicos, aunque se nota que no todas las canciones han recibido el mismo mimo y tratamiento. Por su parte, los efectos son de calidad y el doblaje nos permite escoger entre inglés y japonés (este último muy superior al primero) con textos magníficamente traducidos al español.
Conclusiones
Quizá no resulte un título tan especial ni ambicioso como lo fue su versión original hace 25 años, pero Trials of Mana es un remake más que decente con el que podremos revivir desde una nueva perspectiva una aventura con mucho encanto y con un delicioso aroma al JRPG más clásico y tradicional. Ha sabido modernizarse sin traicionar su esencia, y si bien esto ha traído consigo nuevos errores y problemas, no quita que siga siendo un viaje plenamente disfrutable, repleto de grandes momentos y muy recomendable.
Hemos realizado este análisis jugando en PS4 Pro gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Koch Media.