Análisis Borderlands 3, la secuela que esperábamos (PS4, PS5, Xbox Series X/S, Switch, Xbox One, PC)
Se ha hecho de rogar, pero por fin tenemos a Borderlands 3 entre nosotros, un juego con el que Gearbox se ha propuesto ir un paso más allá para ofrecernos la aventura más ambiciosa y grande que jamás ha salido del estudio, mejorando y ampliando lo visto en entregas anteriores hasta límites insospechados, una tarea nada sencilla si tenemos en cuenta que su segunda parte fue uno de los mejores títulos de la pasada generación.
Videoanálisis
Por suerte para todos, el equipo de desarrollo ha vuelto a estar a la altura de las enormes expectativas generadas y el resultado final difícilmente podría haber sido mejor, ofreciéndonos una gigantesca y divertidísima odisea repleta de acción, caos, humor, grandes personajes y armas.
Muchas armas.
Los buscacámaras contra los Hijos de Pandora
Esta vez la historia nos llevará a buscar la Gran Cámara a la vez que nos enfrentamos a los Hijos de Pandora, una secta religiosa que ha conseguido unificar a todos los clanes de bandidos de este planeta para actuar de forma conjunta y organizada bajo el liderazgo de los gemelos Calypso, dos sirenas que no nos pondrán las cosas nada fáciles y que actúan como los nuevos villanos de la función.
Sin caer en spoilers, decir que la historia nos ha resultado de lo más entretenida, con sorprendentes e inesperados giros de guion y unos personajes muy bien escritos y desarrollados que nos regalarán diálogos realmente buenos, ingeniosos y mordaces que no dudan en hacer uso del humor más negro para sacarnos múltiples carcajadas.
La narrativa es puro Borderlands, y eso es algo que se nota tanto en la trama principal como en las misiones secundarias, planteándonos situaciones muy surrealistas y locas que nos harán avanzar solo para ver qué es lo siguiente que se les ha ocurrido a los guionistas, contextualizando así de una manera fantástica todos nuestros tiroteos.
El placer de disparar
En lo jugable nos encontramos ante una secuela que no busca revolucionar la serie, sino ampliar y mejorar su fórmula en todos los sentidos posibles. Así pues, volvemos a disfrutar de un juego de acción en primera persona con un fuerte componente rolero en el que tendremos que cumplir infinidad de misiones, subir de nivel, equipar a nuestros personajes y explorar un mundo donde hay bastantes cosas para hacer.
Si habéis jugado a sus anteriores entregas, os vais a sentir como en casa desde el primer minuto, ya que no hay grandes novedades como tal que cambien nuestra forma de jugar habitual. Eso sí, no os penséis que estamos ante un Borderlands 2.5, ya que todo se ha mejorado y pulido tantísimo que siempre tendremos la sensación de estar ante un título completamente nuevo que realmente merece el 3 de su nombre.
Para empezar, el gunplay es infinitas veces superior al de sus predecesores, consiguiendo que disparar con nuestras armas sea tremendamente satisfactorio y divertido, algo que tiene muchísimo mérito si tenemos en cuenta que estamos hablando de un juego con un arsenal abrumador.
En las más de 50 horas que hemos jugado no nos hemos encontrado dos armas que sean ni parecidas. Quizás compartiesen algunas características, pero la forma de usarlas y sacarles partido siempre variaba, consiguiendo que nunca nos aburriésemos de apretar el gatillo y combatir, ya que no hemos parado de renovar nuestro equipo.
Además, todas ellas son divertidísimas, con efectos y propiedades que no han dejado de sorprendernos por su originalidad y que aportan mucha vidilla a los enfrentamientos, convirtiendo cada batalla en todo un festival de sangre, dolor, caos y locura brutalmente adictivo.
De hecho, también se han mejorado enormemente las físicas de los enemigos y sus reacciones ante nuestros impactos, un detalle que consigue que sintamos de una forma más creíble la potencia de nuestros disparos. Es algo difícil de explicar, pero ahora son mucho más que simples esponjas de balas y sus animaciones a la hora de retorcerse de dolor según dónde impactemos y con qué arma están muy logradas y resultan increíblemente satisfactorias. Además, si os gusta el gore vais a disfrutar como niños con los desmembramientos tan bestias que se pueden llegar a hacer, algo que ya es marca de la casa.
Hablando de enemigos, aquí tenemos que destacar la enorme variedad de rivales que hay, ya que no pararemos de encontrarnos con nuevos tipos de adversarios que nos obligarán a adaptarnos a sus rutinas, peculiaridades y debilidades para abatirlos, lo que también ayuda a mantener los enfrentamientos siempre frescos y divertidos.
Por supuesto, el plato fuerte lo tenemos en sus jefes, los mejores de toda la saga y con muchísima diferencia. No queremos entrar en detalles para no destriparos nada, pero os podemos asegurar que hay bastantes y que son una auténtica pasada, tanto por su diseño como por sus mecánicas, ofreciéndonos unos combates espectaculares, largos, con múltiples fases y muy intensos. Lo mejor de todo es que son variadísimos, haciendo de cada una de estas batallas algo único y diferente. Sin duda, de lo mejor del juego.
Los mayores cabronazos de la galaxia
Otra de las grandes mejoras de esta tercera entrega la tenemos en sus cuatro nuevos personajes jugables. Como suele ser habitual, cada uno de ellos cuenta con una serie de habilidades y características únicas que definen su estilo de juego, aunque se nota que en Gearbox se han esforzado muchísimo en hacer que estas diferencias sean todavía más grandes que antes.
Tanto es así que ahora cada clase podrá optar por tres habilidades distintas (a excepción de Moze, la artillera, cuyo progreso se basa en hacerle modificaciones a su mecha), las cuales, a su vez, son personalizables con diversos modificadores que, una vez desbloqueados en los respectivos árboles de talentos, podremos intercambiar siempre que queramos.
¿Esto qué significa? Que ahora dispondremos de una personalización mucho mayor que invita a la experimentación y que, al final, consigue que nuestro personaje sea muy distinto al de otros jugadores que hayan seleccionado nuestra misma clase. Y todo ello por no hablar de lo divertidas que son todas de controlar, con técnicas y artilugios muy sorprendentes y originales que nos permitirán matar con muchísimo estilo.
Más allá de Pandora
Continuando con las novedades de esta entrega, decir que ahora la aventura no se desarrolla únicamente en Pandora y nos llevará a explorar también otros planetas, todos ellos con su propia fauna y ecosistema, garantizando así una diversidad de escenarios nunca antes vista en la serie, por no hablar de lo grandes que son sus mapas y de la gigantesca escala de la que hacen gala.
La buena noticia es que no solo estamos hablando de un mundo de mayor tamaño, ya que el diseño de todos ellos es fantástico, resultando tan laberínticos e intricados como cabría esperar, obligándonos a tirar constantemente de mapa para orientarnos y a explorar y dar vueltas para encontrar la manera de llegar a muchos sitios.
De hecho, gracias a que ahora nuestros personajes pueden escalar salientes y bordes, se ha potenciado mucho la verticalidad de los mismos, algo a lo que se le saca mucho partido tanto en los combates como en ciertas secciones plataformeras, así como a la hora de esconder secretos.
El arte de diseñar misiones
Evidentemente, gran parte de lo que os hemos comentado hasta ahora caería en saco roto sin un buen diseño de misiones, algo en lo que Borderlands 3 vuelve a sobresalir. Y no nos referimos únicamente a las obligatorias de la trama principal, donde los tiroteos se suceden con gran maestría, sino también a las secundarias, tan interesantes y atractivas como cabría esperar.
Todas ellas tienen historias muy elaboradas y alocadas, los objetivos a cumplir suelen salirse de lo habitual y las recompensas que nos ofrecen merecen mucho la pena, por lo que os recomendamos que os toméis la aventura con calma y las vayáis haciendo poco a poco, ya que nos permitirán profundizar bastante más en este universo y son realmente divertidas de completar.
Un desafío largo y bien equilibrado
En total, llegar hasta el final de la aventura es una tarea que nos llevará entre 30 y 35 horas si vamos al grano y únicamente nos centramos en hacer las misiones obligatorias, una cifra que se puede duplicar fácilmente si pretendemos hacerlo todo. Y esto es sin hablar de sus contenidos de endgame, donde se suma una segunda vuelta de mayor dificultad para conseguir mejor equipo, la posibilidad de añadir modificadores a la partida con el Modo Caos, unas arenas de combate muy exigentes, etcétera.
Aquí os alegrará saber que la dificultad está genialmente equilibrada, independientemente de si jugamos solos o en cooperativo con otros jugadores. Esto es muy importante, ya que la serie siempre ha tenido problemas a la hora de encontrar ese equilibrio para el jugador en solitario, algo que por fin se ha alcanzado.
De hecho, en nuestro caso nos hemos pasado la totalidad de la aventura jugando solos y nunca hemos sentido que hubiesen más enemigos de los que podíamos controlar o que necesitáramos ayuda para tumbar a los jefes, manteniendo siempre unas cantidades de daño lógicas y coherentes que nos han evitado caer en las frustraciones de otras entregas. Si teníamos problemas, solía ser consecuencia de ir mal equipados que de un mal equilibrio.
De forma similar, la experiencia que conseguiremos también se ha medido cuidadosamente y es perfectamente posible centrarse en la historia principal y mantener el nivel necesario para progresar en ella sin tener que recurrir a "farmeos" o a la realización de misiones secundarias, permitiéndonos de esta manera marcar nuestro propio ritmo en todo momento.
Puro Borderlands
Gráficamente se mantiene la línea estética habitual de la serie con ese estilo de cómic tan particular por el que siempre se ha caracterizado. Aunque debido a esto podría parecer que no se han hecho grandes avances respecto a su segunda parte, lo cierto es que a nivel técnico es un título muchísimo más potente, algo que se nota rápidamente en las texturas, la iluminación, la complejidad de los modelados de los personajes, el tamaño y detalle de los escenarios y las fantásticas animaciones que veremos en todo momento. Y todo ello aderezado por un diseño artístico sobresaliente.
El sonido tampoco se queda atrás, con una banda sonora muy variada y capaz de ambientar a la perfección todo lo que vemos en pantalla, adaptando acertadamente su estilo a las misiones y a la temática de cada planeta, aunque rara vez reclama el protagonismo. Mención especial a lo bien escogidos que están los temas licenciados tanto del vídeo de introducción como de los créditos finales.
Los efectos siguen esta misma línea, siendo de muchísima calidad y variados como ellos solos, aunque, probablemente, lo mejor de todo sea su doblaje al español, simplemente impecable. No solo se recuperan a los mismos actores para los personajes que ya conocemos, sino que las voces de los secundarios apenas se repiten y todas las interpretaciones son tan buenas que muchas veces conseguirán sacarnos más de una carcajada por la actuación en sí misma que por el propio chiste que nos cuenten.
Conclusiones
Borderlands 3 es justo lo que esperábamos de él. Un más y mejor de manual que pule y eleva la saga a un nuevo nivel, potenciando las virtudes de sus dos primeras entregas y solucionando los pocos defectos que tenían. Así pues, tenemos unos tiroteos magníficos, un diseño de misiones excelente, un arsenal inmenso y muy jugoso, un mundo enorme y variado, personajes con muchísimo carisma, una aventura divertidísima y bien equilibrada tanto en solitario como en compañía, una cantidad de contenidos para tenernos entretenidos durante decenas de horas y un apartado audiovisual de lujo.
Quizá se le podría haber pedido que arriesgase un poco más, pero lo cierto es que la fórmula sigue funcionando de maravilla y resulta tan divertida como siempre, por lo que pocas pegas le podemos poner a un título que nos lo ha hecho pasar tan bien. Si te gusta la saga, no te lo pienses y lánzate a por él. Difícilmente te decepcionará.
Hemos realizado este análisis gracias una versión de prensa para PC que nos ha facilitado 2K Games.