Análisis de The Sly Collection (PS3)
Los remakes en alta definición se están convirtiendo en algo frecuente en los últimos meses. God of War 3 vino acompañado de Collection, llevando los originales de PS2 a una resolución mayor, y en esta temporada navideña los usuarios de PS3 pueden disfrutar de una remasterización de los Prince of Persia además del juego que hoy nos ocupa, The Sly Collection, que recopila los tres juegos de Sly Cooper o Sly Racoon aparecidos en la consola PlayStation 2, y los reúne en un solo disco para PlayStation 3, con gráficos actualizados y soporte para imagen en tres dimensiones.
La saga Sly Cooper es una de las mejores que aparecieron en PlayStation 2, aunque quizás no haya tenido el renombre o el impacto de Jak & Daxter o Ratchet & Clank, las otras series fomentadas por Sony of América.
Independientemente de esto, eran y siguen siendo buenos juegos de acción y plataformas en los que manejamos a un hábil ladrón, Sly, con varias habilidades además de la agilidad que le confiere ser un mapache bípedo. Son obra de Sucker Punch, que en esta generación se han volcado con su saga Infamous (que, pese al cambio de tema, bebe mucho de lo visto en las aventuras de Sly).
El recopilatorio incluye los tres juegos de Sly Cooper lanzados en la primera mitad de la década, por lo que los que lo disfrutaron no encontrarán nada demasiado nuevo. En cambio, los que pasaron por alto la saga en su momento, que fueron unos cuantos, tienen una buena oportunidad de probar una gran experiencia plataformera, especialmente bienvenida en un momento en el que el género no cuenta con gran representación en la consola de Sony.
Lo bueno es que Sly Racoon, al igual que pasó con sus "primos" Jak y Ratchet, fue evolucionando entrega tras entrega. El primer juego era básicamente de plataformas, con algún detalle como el uso de ciertos ítems especiales, pero no se diferenciaba demasiado de los plataformas 3D de su época, salvo por su excepcional nivel de producción. En la segunda entrega, en cambio, los desarrolladores apostaron por escenarios más abiertos, siguiendo la tónica que imperaba en aquel momento en el mundo del videojuego, y se amplió el elenco de personajes. La tercera, lanzada tan solo un año después y con la actual generación a las puertas, mantuvo ciertos elementos de la segunda parte e introdujo más variedad.
De este modo nos encontramos con tres juegos muy diferentes entre sí, por lo que las alrededor de 30 horas de juego que incluye este recopilatorio son lo suficientemente variadas. La jugabilidad de los tres juegos tiene partes comunes y otras diferentes, pero lo suficientemente diversas entre sí, ahora y en su momento, para que cada uno tenga su propia personalidad.
El primero fue uno de los juegos más originales del año 2002 para PlayStation 2, pero no llegó a Europa rodeado de esa aureola (incluso se le cambio el nombre a Sly Racoon), que sí tuvo en Norteamérica. De aquella, la apuesta de Sony Europa por títulos propios hacía que no se le diese tanto bombo a la mayor parte de los realizados al otro lado del charco (siendo Jak y Ratcher algunas de las excepciones), algo que realmente cambió a partir de God of War (un juego que llegó varios meses tarde a Europa). El primer Sly era un juego de plataformas pero contaba con unos añadidos que lo hacían muy diferentes al resto de competidores. Nuestro mapache contaba con una serie de movimientos de sigilo, algo inusual en la época, que se combinaban con saltos y movimientos de ataque para superar una serie de niveles lineales, pero muy buen diseñados, y con no pocos secretos.
La segunda parte llegaría dos años después y ya con el estatus de juego importante. Sly en esta ocasión estaba acompañado de Murray y Bentley, aportando el primero fuerza bruta y el segundo uso de ítems, y en los diferentes niveles controlábamos a uno de los tres personajes, haciéndose el juego mucho más variado. Sly seguía contando con sus habilidades acrobáticas y de sigilo, mientras que Murray era un personaje de fuerza y combate, y Bentley contaba con armas y varios ítems especiales. Además de este extra de variedad, se enriquece la historia (incluyendo a una agente de policía que persigue a Sly) y se cambia a un diseño de mundo no lineal. Visitamos varias ciudades del mundo, compuestas por un área abierta, donde podemos hacer todo tipo de misiones secundarias, y varias misiones que van surgiendo y que utilizan otros mapeados y también, a veces, partes de esta zona abierta. Quizás la mejor entrega de las tres teniendo en cuenta el momento en el que se lanzó.
Finalmente, la tercera parte fue una entrega continuista respecto a la segunda, manteniendo los tres personajes pero acentuando más el estilo de cada uno de ellos. Así, las misiones de Bentley son más técnicas y cerebrales, abundando los minijuegos; las de Murray son más de combate que en el anterior juego, y las de Sly se mantienen más o menos igual, pero son ahora la gran mayoría, y las más variadas. Se le devuelve protagonismo a Sly, y se organiza mejor el sistema no lineal de misiones adoptado en la segunda parte. Fue en su momento un gran juego, pero sin el brillo del anterior.
Entonces, más allá de los originales, ¿qué aporta The Sly Collection? Aparte de tres grandes juegos por el precio de uno que son muy recomendables para los que no los hayan probado antes, los desarrolladores (un grupo llamado Sanzaru Games) han renovado el apartado gráfico del juego. Han traspasado a la alta definición todos sus gráficos, y algunos elementos se han rediseñado, como el modelado de los personajes. La remasterización es solo superficial, ya que a nivel jugable el título sigue siendo igual, e incluso tienen los mismos fallos que antes (eventuales problemas de cámara, por ejemplo). El título no se puede comparar gráficamente a ningún exponente actual de PS3, pero se han añadido ciertas partes que son en tres dimensiones, lo que no deja de ser un mero extra, pero es de agradecer. También se han añadido cuatro minijuegos que usan PlayStation Move que, de nuevo, son de agradecer pero no serán recordados.
El veredicto de The Sly Collection es muy claro. Los que tengan los originales no encontrarán nada lo suficientemente nuevo para incentivar su compra, salvo la gracia de volver a jugarlos otra vez, con un apartado gráfico actualizado y esos extras que hemos mencionado. En cambio, pese a que gráficamente no deje de parecer desfasado, puede ser una gran opción para los que no conozcan la saga. Son tres juegos de acción y plataformas divertidos y carismáticos, que conservan su gran calidad pese al paso de los años, en un momento en el que el género tiene pocas alternativas. Y ofrece un inusual número de horas de diversión para su asequible precio.