Análisis de Grand Theft Auto 3 (PS2)
La mecánica de GTA era sencilla. Teníamos que meternos en el rol de un criminal, con todo lo malo que ello atesora. Ésto necesita un hilo argumental que rija los pasos necesarios para acabar el juego, y aquí no nos encontrábamos con una excepción. Nuestra "misión" verdaderamente consistía en atender las órdenes de distintos capos de la mafia y cumplir dichas encomiendas para ganar dinero. Pero claro, el tiempo límite brillaba por su ausencia, si no queriamos hacer lo que nos habían ordenado podíamos pasar a la acción por nuestra cuenta, y aquí es donde radica todo el jugo del dichoso título. Desde apropiarnos de una pistola y arrebatar a tiros a cualquier transeúnte, hasta robar un taxi y llevar al pasajero hacia un barranco despeñando el coche por él. En una palabra, libertad.
Poco tardaron las asociaciones de padres y demás detractores del videojuego en actuar. Y claro, cuanta más polémica genera un juego más vende (véase aquel pseudo-Mortal Kombat en 3D llamado Thrill Kill).
GTA logró pronto una merecida fama. Su capacidad para enganchar horas y horas delante de la pantalla haciendo barbaridades que por motivos obvios no podíamos realizar en la vida real era ante todo muy divertido.
Tras este aperitivo y sobre todo con la primera parte, DMA Design había logrado lo que quería. Por lo tanto, esta pequeña compañía escocesa se dejó absorver literalmente por Take Two/Rockstar Games para preparar una más que deseada segunda entrega.
Y llegó, con menos novedades de las que en principio se esperaban pero conservando todo el "feeling" de la primera parte. Gráficamente GTA 2 no incluía ningún avance que lograse sorprender, conservaba el mismo motor gráfico, ganando en solidez y en algo muy poco cuidado en GTA, el brusco scroll, que fue maquillado para regocijo del jugador, al que llevar un híbrido entre un Ferrari y un Viper huyendo de la policía ya no le iba a suponer el conducir a ciegas por el borde de la pantalla. La novedad más importante fue quizás la inclusión de las mafias, alternar trabajillos entre los Yakuza, los Zaibatsu y los Loonies, conllevando el riesgo de traicionarlos y demás gajes del oficio era toda una experiencia.
Este juego apareció para Psx, PC y Dreamcast, los dos primeros en 1999 y la versión para la consola de Sega a mediados del año 2000. A partir de aquí, Rockstar Games compró DMA y no se supo nada más de aquellos escoceses que revolucionaron por un tiempo el mercado. En el aire quedaba la posibilidad de una 3ª parte para alguna consola de nueva generación....
Pasaban los meses y esas imágenes cobraban movimiento. Los primeros videos auguraban una digna entrega. Esta vez parecía que les había salido bien, ahora faltaba esperar y esperar para ver en que quedaba el producto final.
Todo comienza cuando nuestro traicionado protagonista es herido por su novia a la salida de un banco que habían robado, a causa del disparo éste cae malherido, al no poder huir la policía logra detenerlo. Tras ser juzgado comienza su traslado a la cárcel junto a otros presos en un camión de la policía, pero de repente, ese camión es asaltado y derribado por una bomba. Nuestro protagonista y el compañero de fechorías salen ilesos...Ahí empieza todo el embrollo, de una manera algo absurda y típica, en fin, para salir del paso.
A partir de ahí ya eres libre, toda una odisea te espera, como en los anteriores GTA, o sigues al pie de la letra la misión (recomendable si quieres abrir todos los caminos para visitar nuevas zonas) o comienzas la andadura en solitario para hacer las diabluras que se te pasen por la cabeza. En GTA 3 el término de libertad se ha elevado a un punto inaudito, más que nada gracias a las 3D, y sobre todo a la física de las cosas representadas en el juego, tanto coches como personas, más la ayuda de una climatología real, todo en conjunto hacen que el juego se asemeje a la realidad mucho más que cualquier otro.
Si los transeúntes son increíbles, más lo es el elemento principal del juego, el tráfico. Tanto coches, furgonetas, taxis, coches de policía, camiones de bomberos, ambulancias...como lanchas, barcos de la policía y demás medios de transporte, están diseñados a la perfección. Para rizar el rizo, la física que se le ha dotado a cada tipo de vehículo lo hace jugablemente muy real y a la vez espectacular (los coches sufren daños reales impresionantes, incluso llegan a explotar).
El juego de cámaras no ha podido ser más acertado. La perspectiva por defecto sitúa la cámara en la espalda del prota, muy al estilo Tomb Rider o Shenmue, lo que la convierte en la más jugable de todas. Entre ellas, también existe una desde arriba que rememora los anteriores GTA, dos más en tercera persona desde distintos ángulos y una interior algo pobre.
¿Y qué tal todo esto en movimiento? Cumple a la perfección. Sólo se le puede achacar ese popping cuando vamos conduciendo el coche a gran velocidad o esa bajada de framerate al haber muchos elementos en pantalla. Personalmente y creo que para muchos de vosotros, la cantidad de detalles tan brutales que contiene el juego subsanan estos fallitos.
Los escenarios son otro punto importante en GTA 3. Edificios de todo tipo, rascacielos, un catálogo muy variopinto de tiendas, casinos, hamburgueserías, cines, incluso un cibercafé de 2 plantas...de nuevo todo diseñado a la perfección. Os preguntaréis si se puede interactuar con los escenarios, pero esta vez por falta de potencial, tiempo o cualquier otro motivo no se nos ha dado la oportunidad de entrar en dichas construcciones, ¿quizás se lo reservan para un futuro GTA 4? Sería apoteósico...
Para armonizar el bloque, GTA 3 se desarrolla en "tiempo real", es decir, tenemos reloj y el tiempo corre. Veremos como amanece y una espesa niebla que impide una buena visibilidad, veremos anochecer y como las luces de nuestro coche reflejan y se difuminan cuando vamos a gran velocidad. Como antes mencioné, la climatología también varía con el tiempo, puede llover cuando menos nos lo esperamos, tormentas increíbles que afectarán también al comportamiento del vehículo. Un grandísimo trabajo.
Pasamos a lo importante, el manejo del vehículo. Éste es igual o mejor que el del personaje, pudiendo acelerar pausadamente gracias al uso de la función analógica del Dual Shock 2 o salir quemando rueda muy al estilo Driver. A la hora de girar todo se comporta como en la realidad, aunque algo más exagerado, giros sin complicaciones y con una sensibilidad perfecta.
Llega el momento de echarnos a la carretera con todo aprendido y con ganas de acabar el juego. Pues bien, la variedad de misiones incluídas nos mantendrá pegados a la pantalla durante bastante tiempo. El frenetismo de algunas misiones (en total más de 70 sin contar las secundarias) es digno de mención. Nos encargarán tareas tan sencillas como recoger a la chica del capo de una mafia y llevarla a su casa, o cosas tan peligrosas como recoger a unos atracadores de un banco recién asaltado o matár a un pez gordo a base de infiltranos en su terreno.
El arsenal con el que contamos es bastante aceptable. Contamos con pistolas, metralletas, rifle francotirador, lanzallamas... todo esto lo conseguiremos de la manera mas sucia posible, robándoselas a un policía que yace en el suelo tras ser apaleado o a cualquier "inocente" vagabundo que camine tambaleándose por un callejón. También existen las tiendas de armas, que nos serán de gran ayuda para llenar las recámaras de nuestro armamento.