Criterion salta a la fama
Hasta el momento, Criterion Games no era una compañía demasiado conocida en el mundo de los videojuegos. El nombre Criterion se asociaba y se sigue asociando a la herramienta middleware utilizada por muchos desarrolladores, llamada Renderware, que Criterion ha estado desarrollando y distribuyendo durante unos años. Criterion Games es el departamento de juegos de esta compañía dominadora del hardware, y su historial como creadores de juegos se reduce a algunos juegos de segunda fila como Trickstyle, Redline Racer o Suzuki Alstare Racing. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, y como ya hemos contado en los avances de BurnOut y este Airblade que hoy nos ocupa, Criterion Games ha pasado por bastantes cambios internos que han terminado con el desarrollo de estos dos títulos anteriormente citados, que han levantado (y no en vano) bastante expectación. Airblade ha sido desarrollado en apenas un año, y ha sido producido como si fuese un título propio por Sony Computer Entertainment Europe.
Airblade podría definirse como una mezcla entre Tony Hawk’s Pro Skater y Jet Set Radio, aunque eso de definir los juegos como mezclas nunca se algo exacto. En Airblade iremos sobre una tabla de skate flotante (llamada Airblade precisamente) que utiliza una sorprendente tecnología que le permite, además de flotar, saltar muy alto y hacer todo tipo de piruetas, con un fuerte poder destructivo. Por ello Airblade parece a primera vista un juego de monopatín, puesto que toma la mecánica de los juegos de este tipo, pero las semejanzas con esta clase de juegos terminan pronto, por dos motivos evidentes: El primero, que la tabla voladora estilo Regreso al Futuro 2 se comporta de manera diferente a un skate; y el segundo, que como Airblade se centra en un modo historia, las misiones de un nivel consisten en una serie de objetivos más o menos coherentes que deben ser cumplidos en un mismo intento. Además, la forma de llegar a completar esos objetivos requiere elementos dignos de un juego de plataformas.
La clásica lucha contra la corporación
La historia del juego es un mero pretexto para poner en escena el Airblade, pero aún así está narrada con escenas cinemáticas, y con las voces dobladas al castellano. Un chico llamado Oscar, que trabajaba en la GCP (una inmensa corporación que engloba todo tipo de empresas), ha dejado la compañía y se ha llevado “de recuerdo” un increíble y sofisticado prototipo de tabla voladora llamado Airblade, que había construido con una tecnología de la compañía que utilizando campos gravitacionales producía una fuente ilimitada de energía. Como toda corporación megacapitalista y fascistoide que se precie, la GCP manda a sus matones para hacerse con el prototipo e impedir que esta tecnología se haga pública, lo cual haría disminuir “un poquito de nada” los beneficios en sus inversiones petrolíferas. Los matones secuestran a Oscar, el científico inventor del Airblade, pero no logran conseguir la tabla, que queda en manos de Ethan, un gran aficionado al skate, y Kat, la chicahacker de turno (el estereotipo de grupo de amigos “El guapo, el fuerte, el empollón, la guapa pero tonta y la rebelde pero sensible” se está sustituyendo paulatinamente por este). Ethan, con la ayuda de Kat, tendrá que rescatar a Oscar, que se encuentra preso en la sede de la GCP. Para cumplir con su misión tendrá la ayuda del increíble Airblade, y se enfrentará a la poderosa corporación, que es tan malvada que tiene hasta un ejército privado. Lástima que no veamos nunca al magnate de turno con el gatito en brazos.
Modos de juego adicionales
Además del modo historia, en el que recorreremos seis fases con varios objetivos, siempre luchando contra el crono, hay un aluvión de modos de juego adicionales para uno y varios jugadores. Junto con el modo historia tenemos el clásico modo “Ataque de puntos”, en el que podremos demostrar nuestra pericia en los niveles que hayamos superado, y el modo entrenamiento. En el modo multijugador, tenemos todo tipo de competiciones entre varias personas que amenizarán más de una tarde a una pandilla de amiguetes.
Sistema de juego espectacular
El sistema de juego de Airblade es parecido al de los otros juegos de deportes extremos, pero con ciertas diferencias y la inclusión de una barra de turbo que se llenará con las acrobacias y se usará para ir más rápido y saltar más alto. Nuestro airblade se moverá sólo, y nosotros sólo tendremos que modificar la dirección. Podremos saltar, y elevarnos más en el aire (y mantenernos durante algún tiempo) utilizando el turbo, simplemente con mantener pulsado el botón de salto. Hay tres tipos básicos de piruetas, los mismos que en los juegos de deportes extremos: Los giros de la tabla, los de agarrar la tabla o los grinds o deslizamientos de la tabla sobre superficies. Los giros no sólo se podrán realizar durante los saltos, sino también “en tierra”, pues nuestra tabla está suspendida a unos 30 cm del suelo. Además de agarrar la tabla podremos agarrarnos a las barras, ya sean verticales u horizontales, y giraremos alrededor de ellas; esto se utilizará sobre todo para llegar a sitios inaccesibles, y el juego requerirá que combinemos este tipo de acciones con las de deslizar para completar los objetivos. Finalmente, la habilidad de grindar o deslizarse sobre superficies tiene un poder destructivo, y será como acabaremos con vehículos y otras estructuras.
Todos estos movimientos combinados entre sí y utilizando el escenario como aliado pueden dar unos resultados espectaculares, que el juego se encargará de recompensar. El desarrollo de los niveles en el modo historia, que podría decirse que es “el epicentro” del juego, combina lucha contra el crono y ciertos elementos de juegos de plataformas. Tendremos un tiempo limitado para completar todos los objetivos del nivel, y este tiempo sólo se verá ampliado en diez segundos cada vez que completemos un subobjetivo. Los objetivos podrán irse completando en el orden que deseemos, salvo excepciones, pero el juego (o mejor dicho, el personaje que nos ayude) nos lo irá diciendo por defecto en un orden, cosa que es recomendable al principio pero no cuando conozcamos más los niveles, ya que si no tendremos que estar todo el rato de un lado para el otro. El primer objetivo de cada nivel suele ser sencillo, como acabar con los guardias de la GCP, pero los siguientes ya tendrán algo más de “miga”, y requerirán una coordinación de movimientos importante en ocasiones, ya que a lo mejor tendremos que cumplir todos los subobjetivos (por ejemplo, balancearnos en cuatro barras horizontales) en un determinado lugar, al que será difícil acceder de nuevo. Al final de cada nivel tendremos que salir de él, pero eso es algo que nunca será fácil. Desde el primer nivel hasta el último ese suele ser el reto de la fase en cuestión, y es verdaderamente imprescindible superarlo, aunque si usamos los elementos del escenario que Criterion ha colocado tan amable y matemáticamente, no será un gran problema.
Gráficamente espectacular
Airblade es impresionante a nivel gráfico, como se puede esperar de una compañía como Criterion, que es, en primer lugar, propiedad de Canon, y en segundo lugar, proveedor de herramientas middleware (esas que ayudan a no tener que conocer mejor el hardware). Gracias a esta maestría de Criterion con el hardware, Airblade luce unos enormes y detallados escenarios, con un modelado complejo, unos efectos muy buenos, y corre a 60 fps constantes. Los personajes poseen una muy buena animación, al igual que las otras personas que pueblan los niveles. Gran diseño de los escenarios (se nota que el Lead Artist es licenciado en arquitectura) y una fluidez que muchos otros juegos querrían tener.
El estilo “rock-hop”
La música de Airblade ha sido definida por sus propios creadores como “Rock-Hop”, una mezcla de ambos estilos musicales que encaja perfectamente con el look futurista y la acción frenética del juego, y que acaba creando un muy buen resultado. El sonido FX no destaca especialmente pero cumple perfectamente con su función de recrear los sonidos del Airblade, las explosiones y los golpes con los secuaces de la GCP. En cuanto a las voces, están dobladas al castellano bastante bien, aunque no abundarán durante el juego. Un problema que de vez en cuando sucede es que se oyen un poco tarde (por ejemplo, cuando pasamos por delante de un peatón y nos grita, la voz sonará cuando ya hayamos puesto bastante tierra de por medio).
Buen control, algunos problemas
Como ya pasaba en Dave Mirra, en Airblade la jugabilidad tiene un pequeño fallo, y es que al tener una caida en ciertos sitios, reapareceremos en un sitio donde nos volveremos a caer, y así sucesivamente. ¿Qué significa esto? Reiniciar y perder lo que hubiésemos hecho en el nivel. La curva de aprendizaje es bastante escarpada, y más que una curva son unos escalones al haber sólo seis niveles. Los dos primeros son asequibles, el tercero ya tiene un poco más de dificultad, en el cuarto el tiempo se nos quedará muy corto y en el quinto y sexto tendremos que tener mucha práctica para lograr superarlos. En el quinto nos volveremos locos más de una y más de dos veces, pues si nos caemos al vacío perderemos y tendremos que comenzar de nuevo. El control es intuitivo, y no nos costará habituarnos a él considerando sus semejanzas con los juegos de deportes extremos (todos hemos jugado, al menos, a uno). El sistema de turbo funciona muy bien, y le añade profundidad a un sistema de juego que de lo contrario habría resultado monótono, pese a que la tabla es voladora. En definitiva, una jugabilidad endiablada, llena de acción y muy bien pensada, aunque tiene ciertos fallos.
Un buen juego, pero demasiado corto
Tras haber leído este largo análisis pensaréis qué Airblade es un juegazo, con unos gráficos fantásticos, una dinámica divertida y una jugabilidad que mezcla cierta innovación en el género con espectacularidad. Sin embargo, este juego de Criterion tiene su talón de Aquiles: es demasiado corto. Son sólo seis niveles en el modo historia, que se hacen largos por la escarpada curva de aprendizaje pero, después de todo, no hay más que seis. Luego están algunos extras que se pueden desbloquear que alargan un poco más la vida del juego, pero nada más. Solo quedará el modo multijugador para divertirse con los amigos, batir nuestros propios records en el modo Ataque de Puntos y conseguir la máxima graduación en los niveles. En definitiva: Un gran juego, técnicamente impecable y muy jugable, pero demasiado corto. Aún así, es bastante recomendable.
