Análisis de The Binding of Isaac: Rebirth (PC, Nintendo 3DS, Wii U, Xbox One, iPhone, PSVITA, PS4)
Lo independiente es muchas veces objeto de mofa, burla y/o desprecio simplemente porque la estética del juego está por detrás de las grandes producciones. Juegos como el que nos ocupan repelen a muchos usuarios, pero enamoran a otros muchos de los que se atreven a mirar tras su simplicidad. Más de tres años después, The Binding of Isaac se pone al día con una revisión de muchos de sus aspectos, aunque manteniendo esa jugabilidad que le dio renombre intacta.
El sacrificio de Isaac
Aunque la referencia religiosa es más que obvia, The Binding of Isaac: Rebirth toma la historia bíblica de Abraham y la lleva a una madre que, víctima de una prueba de fe similar, encierra a su hijo para posteriormente intentar arrebatarle la vida como sacrificio.
El pobre Isaac tendrá que usar los pocos recursos que tiene a mano para defenderse de su encierro en el sótano, donde los peligros que aguardan son mayores que los que habría imaginado.
A la hora de pasar a la acción, es difícil encajar The Binding of Isaac: Rebirth en un género. Sería como una mezcla de twin-stick shooter con aventuras basadas en la exploración de mazmorras, que llega incluso a recordar a muchos de los The Legend of Zelda de perspectiva cenital, aunque mucho más simplificado. La idea es progresar derrotando a todo tipo de criaturas a través de salas generadas al azar, algo que nos obligará a estar siempre muy atentos, contemplando cada posibilidad para salir airosos del combate.
Ya en serio, decidme qué tiene este juego
The Binding of Isaac: Rebirth es uno de esos juegos cuyo encanto es difícil de explicar. Lo primero, quizás es su mecánica clásica, arcade, en la que es fácil morir y tener que empezar desde cero. También se diferencia de los clásicos en que, al estar generado aleatoriamente, cada partida es diferente, lo que nos anima a ver "qué nos toca esta vez". Esto no es tan anecdótico como pueda parecer, sino clave para la experiencia.
En cada partida tenemos multitud de objetos y enemigos, y dado lo imprevisible de la experiencia, nunca sabremos con qué vamos a encontrarnos ni cómo. Es decir, tendremos que estar listos para aprovechar el potenciador de turno con el enemigo que nos toque. Esto es algo que nos pone a prueba constantemente, que hace que nuestra habilidad a los mandos sea clave, e incluso deja la puerta abierta a la importancia del azar. Obviamente, esto es algo que no a todo el mundo gustará. Nosotros recomendamos darle una oportunidad cuanto menos si lo tenéis en PlayStation Plus, y desde luego, probarlo antes de lanzarse a comprarlo.
El renacimiento
The Binding of Isaac: Rebirth mantiene su esencia intacta en lo jugable, y sencillamente se amplía con multitud de nuevos contenidos y una revisión visual que comentaremos más adelante. A todo el contenido original y al de su expansión, incluida en este "renacer", hay que sumarle más de 150 nuevos objetos, tres nuevos personajes jugables –cada uno con características propias–, un nuevo capítulo final y una veintena de jefes, junto a mejoras en el rendimiento comparado con la versión original.
La verdad es que salvo que seáis increíblemente fans del original, la experiencia es muy parecida, pero si sois de esos que invirtieron horas y horas en The Binding of Isaac y aún os quedasteis con ganas de más, The Binding of Isaac: Rebirth es una opción muy a tener en cuenta.
Aspectos audiovisuales
The Binding of Isaac: Rebirth también se da un lavado de cara gráfico. Ahora, en lugar de su motor y estética Flash da un "salto" a los 16 bits, con una apariencia propia de estas máquinas. En general el diseño es bastante similar, aunque podemos apreciar los píxeles que, dicho sea de paso, podemos suavizar con una opción incluida en el juego, y que tiene un efecto similar al de algunas revisiones de juegos clásicos.
Algo que tampoco satisfará a muchos jugadores es que su estilo artístico puede considerarse fácilmente de mal gusto, ya que muchas veces los enemigos son abominaciones, criaturas llorando sangre, o excrementos gigantescos. Creemos que todo puede tomarse con humor, pero también sabemos que este tipo de propuestas no son del gusto de todos.
El juego nos llega en inglés, aunque prácticamente no hay texto más allá de los menús, y apenas algunas secuencias narradas. De todos modos, como buen juego de mecánica clásica, no necesitaremos prácticamente ninguna comprensión del idioma para poder disfrutarlo.
Imprescindible para unos, a obviar para otros
The Binding of Isaac: Rebirth es un juego único, para bien y para mal. A unos, su énfasis en lo escatológico y lo desagradable les parecerá razón suficiente para obviar el juego, mientras que otros se lo tomarán con humor y se quedarán con su jugabilidad sencilla, directa y adictiva. Nosotros recomendamos, cuanto menos, probarlo, y más si sois subscriptores de PlayStation Plus y lo tenéis disponible sin coste adicional.
Un juego como éste no se hace un nombre sin ninguna razón, y aunque sea difícil de explicar, si las mecánicas te atrapan, estás perdido. The Binding of Isaac: Rebirth es complicado en normal y muy desafiante en difícil, y los nuevos contenidos no hacen otra cosa que expandir todavía más esa imprevisibilidad del original. Si ya lo conoces, es turno de valorar si las novedades son suficientes; si no, es el mejor momento para conocerlo.