Análisis de Men of War (PC)
El alud de propuestas bélicas que últimamente inundan el mercado del videojuego hace casi imposible conocer y, en mayor magnitud, probar dichas novedades para evaluar la que más se adapta a nuestros gustos. En este caso analizamos Men of War, donde nos pondremos al mando de un batallón en diferentes etapas de la Gran Guerra en los que iremos cambiando también de bando. Esta tipología de juego es semejante al gran Commandos, conocido por todo el público por su innovación hace seis años. Muchos fueron los que quisieron hacerle sombra al niño mimado de Pyro Studios pero no pudieron ni tan siquiera hacer sombra al conocido grupo encabezado por Butcher, también conocido como boina verde. Desde el año 1998 hasta hoy, Eidos lanzó tres ediciones de Commandos con esta modalidad y en 2006 se aventuró con la primera persona, con lo que el juego perdió el estilo que el mismo había acuñado para sumergirse en un mercado ya de por si copado de este tipo de juego.
Ahora, once años después del lanzamiento del popular título, llega a nuestras manos Men of War.
Las innovaciones que permite la tecnología del momento y la imaginación con la que el estudio ha contado para crear este nuevo título bélico promete muchas horas de diversión y una multiplicidad de acciones a disposición del jugador que harán del juego un producto versátil e interesante desde muchos puntos de vista.
Un ataque muy real
Men of War no nos dará opción a titubear. Iniciaremos nuestra andadura al frente de un pelotón en medio de una batalla ya empezada. En el inicio del juego, donde comandaremos un pequeño grupo del ejército soviético, nos tendremos que ocupar de un blindado alemán con el que padeceremos los primeros estragos del juego. Lo primero que hará el jugador: atacar en tropel a todo aquel que nos crucemos, con lo que nos llevaremos el primer chasco del juego tras caer como moscas a los cuatro segundos.
La idea de MOW es combinar la estrategia con la acción táctica con lo que el movimiento que hagamos en el campo de batalla será tan crucial como el ataque final. El que el enemigo no sea muy intrusivo, al menos en los primeros compases del juego, nos dejará tiempo para colocar a nuestros efectivos, cinco al principio, a lo largo y ancho del mapa y así poder efectuar un ataque sin consecuencias directas para el número y integridad de nuestra escuadra. La posesión de diferentes especialistas como infantería, ametralladores o un oficial nos permitirán distribuirlos según sea su especialidad para cada "trabajo".
Por otra parte, cabe destacar que la disposición de diferentes elementos desde el principio del juego nos permitirá disfrutar de las armas y los elementos perdidos por los soldados enemigos caídos en combate y así mejorar los accesorios de nuestros hombres. La posibilidad de rebuscar entre los petates de las víctimas da un punto de realismo que obedece a las historias que en ocasiones podremos oír de un veterano de guerra, el aprovechamiento de las armas y munición enemiga era una práctica muy frecuente en las contiendas pre y post segunda guerra mundial.
Hablando de realismo, no podemos obviar el gran trabajo que los desarrolladores del juego han hecho en cuanto al campo de batalla. La posibilidad de destrucción de gran parte de los elementos presentes es una de las grandes bazas contra las que cualquier estudio tendrá que luchar si quiere hacer sombra a Men of War. El hecho de conducir un tanque y arrollar muros, paredes y arboles entre muchos otros a parte de colgar trincheras y atropellar soldados da al juego el toque de realismo total que echamos de menos en muchos títulos que cojean en este flanco.
Un campo de batalla digno de la guerra más real
La recreación de los espacios de combate, como destacábamos anteriormente, es un flanco donde Best Way ha apostado fuerte y ha conseguido soluciones realmente espectaculares. El movimiento del soldado o pelotón por el territorio permitirá al jugador apostar a sus hombres en casi cualquier lugar ya sea de pie o cuerpo a tierra. En caso de encontrar algún elemento donde queramos situar a nuestros soldados bastará con mover hacia allí el cursor y el mismo juego nos realizará un modelado virtual de la colocación de los efectivos. Rocas, árboles, casas en ruinas, acorazados y demás attrezzo nos servirán para escondernos para realizar un ataque sorpresa sobre el enemigo. En estas situaciones será muy útil la independencia de cada hombre para atacar y moverse por el escenario.
El hecho de enviar a un zapador a atacar a un pelotón de infantería permitirá al resto de hombres ocupar el resto de flancos y cubrir la huída de estos para acabar con ellos. La cobertura de estos y el alcance de las armas será uno de los puntos importantes a tener en cuenta para poder eliminar al rival y a la vez permitirnos buscar una cobertura rápida en caso de emboscada.
Otro de los puntos interesantes del juego es el uso de los diferentes carros de combate y vehículos. El aprovechamiento de estos y la total interacción –cabe la posibilidad hasta de repararlos– hacen que el realismo vuelva a destacar en un juego en el que a cada segundo saltan cascos en el aire o cuando un soldado muere el suelo se llena de sangre.
Por otra parte, los rastros de nuestro paso quedarán impresos perfectamente en todos los rincones debido a que tanto los impactos como las marcas de la oruga de nuestros tanques dejan huella en el suelo. Son pequeños detalles que en muchos casos no se tienen en cuenta pero que se agradecen una vez se encuentran dentro del juego. El simple hecho de que un convoy arrolle una valla o un árbol y éste caiga dejando una nube de polvo da un toque muy realista a un título que plantará cara a los estudios destacados en esta tipología de juego.
Pero no solo destacaremos los gráficos y las opciones. El parque móvil de Men of War es otro de los puntos fuertes del juego. Desde las típicas motos Zündapp KS 750 y BMW R 75 con sidecar a los tanques alemanes pasando por todo tipo de camiones cisterna, transportes de soldados, vehículos de defensa y todo tipo de carros de combate y piezas de artillería ligera harán presencia en el juego. La posibilidad de interactuar con ellos es muy sorprendente ya que podremos engancharlos entre ellos o utilizar los del enemigo si conseguimos que lo abandonen.
La reparación del vehículo es otro de los puntos donde la coordinación de la unidad será destacable ya que dependerá del grupo la cobertura sobre el compañero que baje del acorazado para repararlo. Incluso la reparación será de lo más fidedigna ya que depende del ataque sufrido se le averiará el motor, la oruga o el cañón… de la misma manera, cuando apuntemos a los enemigos podremos seleccionar el punto de impacto para así dañar una parte u otra. Así, nos cabrá la posibilidad de reutilizar el vehículo o por el contrario disparar a un lugar completo, con lo que los camiones cisterna que transportan combustible se convertirán en uno de nuestros mejores aliados: un disparo al depósito y una gran explosión se ocupará del resto de enemigos. De la misma manera, un ataque combinado de los enemigos sobre nuestro vehículo puede terminar de un golpe con toda nuestra unidad al completo.
A lo largo de las diferentes misiones, el dominio de cada vehículo será crucial para intentar ganar las posiciones enemigas. La estructura de la misión se dividirá en diferentes puntos de control que tendremos que superar para avanzar, desde la eliminación de un puesto enemigo hasta interceptar un convoy de carga rival pasando por la invasión de ciudades, todo es susceptible de ser atacado por nuestra pequeña unidad. Este será uno de los cuños del juego, el ataque bélico mediante pequeños grupos reducidos de soldados de diferente índole.
Las unidades de las que hablamos harán el juego mucho más interesante. Destaca la libertad por encima de otras cosas ya que podremos realizar nuestros ataques combinando el "salvajismo" entrando a muerte contra los objetivos o poco a poco, enviando a soldados individualmente para que neutralicen los puestos de control enemigo mediante granadas o el tiroteo desde el punto más favorable para no ser vistos. Las dos modalidades tendrán cabida en este juego en el que el objetivo principal es llegar a buen puerto con la mayoría de unidades vivas ya que en ocasiones, por muchas veces que recarguemos la partida, será muy difícil, por no decir imposible, avanzar con uno o dos soldados a través de las líneas enemigas.
La versatilidad aparece con la posibilidad de combinar ataques con carros armados y soldados a pie moviendo pequeñas armas de artillería, el intercambio entre estos de algunos materiales servirá para que más de una vez, podamos salvar la vida del compañero. En ocasiones también se ha optado por una visión en tercera persona donde dirigiremos totalmente al soldado, lo que al final presentará la dificultad de colocar al soldado tal como lo hacemos en el juego, con el modo de vista espectro que nos sitúa automáticamente al individuo.
El juego online: una opción, mil y una posibilidades
Uno de los aspectos que más se valoran desde el punto de vista del jugador es la opción online. La posibilidad de alargar el juego más allá de las tres campañas y hacerlo con compañeros reales hace que Men of War gane más enteros entre los juegos de guerra. Las misiones como las de recuperar las banderas o defender un territorio pondrán a prueba al jugador que en breve podría gozar también de algunas expansiones mediante parches ampliando la posibilidad de elegir ejército. De momento, nos tendremos que conformar con aliados, alemanes y soviéticos y el armamento y vehículos correspondientes.
La evaluación global del juego es que impresiona una vez jugado. El conjunto de opciones convierten a Men of War en un título a tener en cuenta y la calidad gráfica y el trabajo de fotografía y reproducción tanto de modelos como de escenario es muy loable. El trabajo técnico supera con creces muchos productos existentes y la realidad de algunas acciones hacen que el jugador se sienta como un soldado en la guerra. Algo destacable es la autonomía entre unidades y la libertad con la que se puede manejar a cada individuo por separado además de la gran variedad de acciones con las que ejecutar cada una de las 19 misiones de las que podremos disfrutar durante todo el título.
Punto y aparte necesita la posibilidad de destrucción del juego. El derrumbar todo a nuestro paso es el sueño de cualquier jugador que antes haya batallado en hazañas bélicas. El cese de las paredes frente a los acorazados que conducimos cual láminas de papel harán pasar muy buenos ratos a los más brutos a los mandos de los panzer y otros modelos de carro.
Para acabar, cabe mencionar la música, bien escogida y los efectos de sonido entre los que destacan los gritos, en el idioma nativo del ejército, que se oyen durante la batalla. Un punto negativo del juego sería la inteligencia artificial, que en algunos momentos del juego brilla por su ausencia aunque en general el juego mantiene un buen ritmo y enseguida es capaz de enganchar al jugador.