Análisis Empire of the Ants, una variada y original aventura de estrategia en miniatura, aunque poco profunda (PC, PS5, Xbox Series X/S)
Puede que Empire of the Ants diste de ser un juego perfecto, pero hay que reconocerle su esfuerzo por ofrecernos algo nuevo, fresco y diferente. A fin de cuentas, estamos hablando de una aventura protagonizada por insectos de corte hiperrealista que se atreve a tocar un buen número de géneros distintos al mismo tiempo que nos permiten experimentar nuestro mundo desde una perspectiva muy distinta a la habitual, una premisa lo suficientemente curiosa y llamativa como para captar nuestra atención. ¿El resultado de esta apuesta tan arriesgada? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.
Una curiosa mezcla de géneros
Lo primero que debéis saber es que Empire of the Ants se basa en la aclamada saga literaria Las hormigas de Bernard Werber, sumergiéndonos de lleno en un mundo microscópico en el que encarnamos a 103.683, una hormiga guerrera que, bajo las órdenes de la reina de su colonia, debe cumplir todo tipo de misiones para proteger la Federación y conquistar nuevos territorios.
La historia como tal no es que sea la mejor que hayamos visto nunca y el hecho de que sus protagonistas sean insectos fotorrealistas dificulta un poco las cosas a la hora de narrarla con buenas secuencias de vídeo y hacernos conectar con sus personajes, pero se las apaña lo suficientemente bien como para plantear algunos misterios interesantes y sorprendernos con las complejidades sociales de las hormigas, especialmente si no conocemos la obra de Werber.
Conflictos bélicos, genocidios, armas de destrucción masiva, alianzas, traiciones, complots políticos… Todo estos y muchos más temas se dan cita durante la trama principal mientras observamos el mundo desde la perspectiva de uno de estos bichos, lo que nos ha parecido lo suficientemente atractivo y original como para querer avanzar para saber más.
En lo que respecta a su jugabilidad como tal, lo primero que destaca es el hecho de que, efectivamente, somos una hormiga, lo que implica ciertas peculiaridades en los controles, como el hecho de que básicamente podamos andar y trepar por casi cualquier superficie. Si bien intentan plasmar a estos insectos del modo más realista posible, se han tomado algunas licencias, como la gigantesca capacidad para saltar que tiene nuestra heroína, pequeños detalles que se entienden que son por el bien del propio juego.
El problema es que los controles como tal no nos han terminado de gustar y nunca hemos llegado a sentirnos del todo cómodos controlando a 103.683, especialmente cuando toca moverse por estructuras más o menos complejas o por los techos, lo que puede llevarnos a experimentar algunos momentos un tanto frustrantes en ciertas misiones.
Llegados a este punto probablemente os estéis preguntando qué tipo de juego es exactamente Empire of the Ants, una pregunta que no tiene una respuesta sencilla, ya que el título de Tower Five quiere ser muchas cosas a la vez. Probablemente, el género en el que mejor lo podamos encajar sea en el de la estrategia en tiempo real, aunque su campaña es muy variada y no duda también en incorporar un fuerte componente de exploración, plataformas y, en ciertas misiones, hasta sigilo.
Esto, por un lado, es muy positivo, ya que nos garantiza una aventura muy variada que siempre está experimentando y ofreciéndonos nuevos retos y objetivos para que nunca nos aburramos, aunque querer abarcar tanto también se cobra su precio. Como podréis suponer, aunque todo lo que hace lo hace "bien", no consigue destacar en nada, quedando todas sus mecánicas un tanto desaprovechadas y carentes de cualquier tipo de profundidad.
El caso más claro de esto lo tenemos en el componente estratégico del juego. En las misiones que implican batallar, controlamos únicamente a 103.683, con quien debemos explorar el mapa conquistando nidos y construyendo "salas" en ellos para generar recursos, mejoras y, por supuesto, tropas a las que podemos liderar marcándoles los objetivos que queremos que ataquen. Hasta podemos desbloquear "poderes" que podemos usar durante los encuentros para potenciar y curar a nuestros ejércitos.
Sin embargo, no tardamos en darnos cuenta de que hay un número escasísimo de unidades distintas, que casi todo se resuelve mediante un sencillo sistema al más puro estilo "piedra, papel, tijeras", que los mapas suelen ser muy pequeños y que el límite de tropas que podemos tener a la vez está demasiado limitado incluso tras ampliarlo. Todo esto hace que sea un buen juego para introducir a alguien en el género, pero si ya tenéis algo de experiencia en él la extremada sencillez de sus mecánicas os va a saber a poco, ya que no da demasiado margen para ser creativos con nuestras tácticas. Además, las acciones que queremos realizar suelen tomar demasiado tiempo y hay bastantes momentos en los que no podemos hacer demasiado más allá de esperar, lo que le confiere un ritmo a los encuentros que no nos ha parecido del todo bien medido.
A pesar de ello, las misiones son tan variadas que esta simpleza no ha llegado a impedir que nos entretengamos y pasemos un buen rato, ya que siempre nos han puesto en distintos tipos de situaciones que nos han obligado a plantear nuestras acciones de un modo diferente. A veces toca defendernos, otras son luchas por recursos, en ocasiones estamos en medio de dos facciones enemigas a las que tenemos que arrasar y en otras tantas las condiciones atmosféricas o las peculiaridades del terreno juegan un papel determinante en el desarrollo del conflicto.
De las misiones en las que no hay conflictos bélicos también podemos decir algo similar: mucha variedad, pero muy simples en lo mecánico, con el agravante de unos controles que no son todo lo finos que deberían. A pesar de ello, tiene su punto el intentar buscarnos la vida para llegar a los sitios al verlo todo desde la perspectiva de una hormiga, donde un simple charco puede parecernos todo un océano (y no, no sabemos nadar ni correr sobre el agua) y una telaraña una trampa mortal cuyos hilos debemos evitar.
En total, completar la historia principal es algo que nos ha llevado unas 10 horas, aunque si queréis hacer todas las misiones (no hace falta superarlas todas para llegar al final), encontrar todos los coleccionables y cumplir los objetivos adicionales de sus logros y trofeos, esta cifra se duplica con suma facilidad.
A todo esto debemos sumarle un multijugador competitivo online con batallas estratégicas al que, sinceramente, no le vemos mucho recorrido, ya que las limitaciones jugables de las que os hemos hablado siguen estando presentes e incluso se hacen más evidentes (ni siquiera hay diferentes facciones con características y unidades únicas), por lo que carece de la profundidad y variedad como para tenernos entretenidos más allá de unas pocas partidas. Además, tampoco hay mucho contenido, limitándolo todo a un uno contra uno o a un todos contra todos entre jugadores.
Un buen uso del Unreal Engine 5
Donde sí que no podemos poner muchas pegas es en su apartado gráfico, ya que estamos hablando de un título realmente bonito que hace un buen uso del Unreal Engine 5 para dar vida a un bosque detalladísimo y a unas criaturas recreadas con todo lujo de detalles. Los modelados, las texturas, los efectos y la iluminación están a un nivel bastante alto, algo que se ve reforzado por una dirección de arte muy inspirada, consiguiendo que sea un título que entre directamente por los ojos. Quizá las animaciones no sean tan buenas, pero cumplen de sobra.
El sonido por su parte nos deja una banda sonora orquestal muy evocadora que suele apostar por temas tranquilos y relajantes que se adaptan bien a su ambientación, aunque nos ha faltado algo más de variedad, con composiciones que se repiten demasiado y melodías muy parecidas entre sí. Los efectos también son buenos y ayudan a la inmersión, mientras que, por motivos obvios, no hay doblaje de ningún tipo. Eso sí, los textos están en perfecto español.
Conclusiones
Empire of the Ants es un juego diferente y con una premisa muy interesante que si bien consigue entretener y divertir, intenta abarcar tanto que se acaba quedando a medio gas y no logra sacarle el máximo partido a todo su potencial. Sus puntos fuertes radican en su originalidad, en la variedad de misiones de su campaña principal y en su precioso apartado audiovisual, así que si creéis que esto es suficiente y no os importa demasiado que no sea una obra especialmente profunda en lo jugable, aquí encontraréis una opción de compra que, como mínimo, os va a dar un soplo de aire fresco.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PC que nos ha facilitado Meridiem Games.