Análisis Shin chan: Nevado en Carbónpolis, unas estupendas vacaciones familiares con los Nohara (PC, Switch)
Shin chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita – de 2021 -2022 en España- fue uno de esos juegos que consigue llamar la atención incluso fuera del círculo que generalmente se interesaría por un juego basado en Crayon Shin-chan, el conocido manga y anime creado por Yoshito Usui. Las claves que presentaba era esa experiencia tan japonesa de juegos tranquilos ambientados en verano, un entorno rural y la vida despreocupada de un niño y su imaginación. Da igual la edad que tengas, seguro que has vivido unas vacaciones muy parecidas a las de la familia Nohara.
Esta buena recepción en críticas y ventas tenía que materializarse en algún tipo de secuela, y Shin-chan: Shiro and the Coal Town o Shin chan: Nevado en Carbónpolis es ese proyecto: una nueva historia con otra disculpa para llevar a los Nohara a una aldea repleta de actividades con la naturaleza, oportunidades para conocer a personajes peculiares y quizás algún misterio más fantasioso que se señala en el título del juego...
¡Culito, culito!
Si has jugado a su predecesor u otro tipo de juego similar heredero de Boku No Natsuyasumi, ya conocerás el núcleo de su gameplay. Al margen de la parte más narrativa, que nos habla de cómo Shinnosuke viaja hasta a Akita por el trabajo de su padre, tenemos toda una serie de actividades y misiones con temática estival: pesca, caza de insectos, coleccionismo de plantas y un poco de agricultura, todo debidamente registrado en álbumes que nos servirán para guardar estos recuerdos. Por supuesto, encontraremos característico humor de la licencia -con gags de calidad variada- y la malsana obsesión del niño por los culos, y no necesitarás ser un fan de Shin-chan para disfrutar del juego; basta con conocer un poco por encima la personalidad de los personajes principales.
Esta parte de se complementa con Carbónpolis, una misteriosa ciudad anclada en los tiempos de la era Showa con su propia ambientación o entretenimientos.
Inventos, ayuda en un restaurante, montones de minerales en cada esquina… Ambos tienen población con problemas y muchas veces la solución está en explorar ambas zonas porque el tipo de recursos son distintos, lo que irá abriendo más cada mapa. De ti depende decidir en qué vas a pasar más tiempo cada día.
Las mecánicas son muy sencillas, para bien o para mal. En general las críticas de Mi verano con el profesor son válidas para Nevado en Carbónpolis, y es que no afrontaremos una excesiva profundidad en estas tareas, así que no esperes por ejemplo un completo simulador de granjas integrado en la aventura, ni una pesca más complicada que pulsar un botón cuando el pez pica. Hay RPGs con estos mismos minijuegos pero mucho más profundos en ejecución, y por supuesto, las misiones de Nevado en Carbónpolis son lo que popularmente se califican de misiones de recadero: conseguir una cantidad de objetos, entregar o hablar con tal personaje, etc.
No obstante, hay que admitir que tiene su encanto y sentido para una historia protagonizada por el joven Shinnosuke. Esto es precisamente lo que se busca en esa etiqueta de cozy games o juegos relajantes, donde se evita el desafío o el estrés. Recuerda, ¡son tus vacaciones! Incluso si en Carbónpolis la trama se pone un poco más seria que en Akita, no hay presión para resolver los problemas, y el paso del tiempo sólo afecta a la actividad de los personajes o el tipo de fauna; no existe un calendario que avance inexorablemente al final del verano.
Sí es cierto que hay un divertido minijuego un poco más profundo que el resto de propuestas: las carreras en vagonetas, que proporcionan más recursos e incluyen un sistema de personalización, distintos vehículos, piezas para editar y circuitos variados. Creemos que estos juegos de Shin-chan tienen un gran potencial si en futuras aventuras se dan más alternativas de este tipo; un tercer título con el mismo bucle jugable de misiones podría saber a poco.
Tan precioso como el anterior juego
Visualmente, no se le pueden poner muchas pegas. Vuelve a utilizar la técnica, muy popular en los 90, de fondos fijos, pero en lugar de gráficos prerrenderizados hablamos de ilustraciones que perfectamente podrían pertenecer al anime o una película de Shin-chan, más los personajes 3D con sombreado cel-shading. Sin duda es más asequible de desarrollar que un mundo completamente tridimensional al estilo Ni no Kuni y el resultado es igual de espectacular, acompañado de música tranquila y por supuesto, voces en varios idiomas asiáticos entre los que se incluye el japonés.
Como ya sucedió en Mi verano con el profesor, aparecerá alguna frustración con las perspectivas en actividades que requieren un poco de precisión, y más en concreto en la caza de bichos, lo que nos hará dar palos de ciego hasta atrapar una mariposa o un escarabajo, pero al no ser un juego de acción esto nunca llega a molestar demasiado.
Conclusiones
Shin chan: Nevado en Carbónpolis encantará a quien disfrutó de Shin chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita – y busque una experiencia muy similar, e incluso algo mejor. Carbónpolis pone el contrapunto perfecto a la vida más tradicional en Akita, y aunque en el fondo no haremos nada muy diferente en una u otra localización, este es uno de los géneros que no se puede medir únicamente por el aspecto de la jugabilidad: es la experiencia en su conjunto y la imprescindible dosis de nostalgia a una época que no volverá.
Hemos realizado este análisis en PC gracias a un código proporcionado por Jesús Fabre.