Análisis de Crysis 3 (PC)

La modificación de armas se mantiene exactamente igual, permitiéndonos cambiar sus accesorios prácticamente al vuelo y sin necesidad de pausar la acción para entrar en molestos menús cada vez que queramos poner o quitar un silenciador o mira. Hablando de armas, la novedad más destacada y publicitada en este aspecto la encontramos en la presencia del arco, y tenemos que decir que nos ha encantado, aunque una vez le pillemos el truco puede acabar por convertirse en una herramienta realmente abusiva que nos facilite demasiado la vida.
Esto se debe principalmente a dos factores. Por un lado no nos sacará del modo camuflaje, por lo que podremos matar perfectamente a nuestras presas desde la distancia y sin que nos vean. Por el otro, tendremos la posibilidad de recoger las flechas que disparemos para no quedarnos sin munición. Si encima a todo esto le sumamos diversos tipos de proyectiles como explosivos o eléctricos para cargarnos de un plumazo a los enemigos que se encuentren andando en zonas llenas de agua, os podéis hacer una idea de lo tremendamente eficaz que puede llegar a ser esta arma. Eso sí, la sensación de superioridad que nos transmite es impagable, haciendo que realmente nos sintamos como auténticos cazadores en un entorno en el que realmente todo el mundo quiere matarnos.
Uno de los objetivos de Crytek con esta tercera entrega era el de recuperar parte de la esencia de sus predecesores y combinar ambos estilos para contentar a los fans de ambas vertientes. Por ello, la acción vuelve a desarrollarse en Nueva York, aunque ahora ha sido totalmente invadida por la naturaleza, por lo que el término de "jungla urbana" nunca había tenido tanto sentido como ahora. Los escenarios son enormes, aunque se quedan lejos de la escala de los que pudimos ver en su primera parte, asemejándose más a lo visto en Crysis 2.

Por desgracia, el diseño de los mapas no es tan bueno como en este último y las situaciones y tiroteos que nos plantean no son tan brillantes, provocando que la acción sea más dispersa de lo que debería. A pesar de ello, tiene algunos momentos realmente destacables, como los enfrentamientos que tendremos contra los cazadores Ceph en la primera mitad. Estos se producen en zonas donde la hierba es altísima, mientras los alienígenas corren de un lado para otro acechándonos para saltar encima nuestra en cualquier momento, por lo que tendremos que seguir el movimiento de la vegetación para encontrarlos antes de que sea demasiado tarde.
Lo que sí se mantiene es la seña de identidad de la saga al permitirnos afrontar cada situación de muchas formas distintas. En nuestra mano queda ir a lo Rambo pegando tiros a diestro y siniestro o planificando como auténticos depredadores nuestros planes de ataque para acabar uno a uno con los blancos hostiles que nos salgan al paso de manera silenciosa y sin exponernos demasiado (os recomendamos esto último si vais a jugar en los niveles de dificultad más altos). Un detalle que destaca en este sentido es la mejora que ha recibido el visor, el cual ahora muestra muchísima más información en pantalla que antes, algo que se agradece bastante, ya que nos resultará tremendamente útil a la hora de planificar nuestras estrategias.

Al igual que en Crysis 2, existe un sistema de personalización del nanotraje, aunque bastante distinto de lo visto en aquel juego. Ahora tendremos la posibilidad de conseguir diversas mejoras usando unos módulos de desbloqueo que se encuentran repartidos por los escenarios, algo que nos animará a explorar un poco para poder obtenerlas todas. Eso sí, solo podremos tener cuatro equipadas a la vez, aunque nos dejarán guardar diferentes configuraciones para que podamos cambiar rápidamente de una a otra cuando queramos.

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