Con los videojuegos hemos salvado el mundo, nos hemos convertido en estrellas del rock, hemos reventado las cabezas de miles de demonios, hemos conseguido marcar goles tras jugadas auténticamente tensas y hemos puesto a imperios bajo nuestros pies tras urdir estrategias planificadas con pelos y señales. Pero a veces tan solo queremos desconectar, dejar de lado los problemas y ver un bonito paisaje, tener una conversación (digital) agradable o pasear por entornos tranquilos que nos transporten a lugares idílicos.
Por suerte, los videojuegos también ofrecen todo eso. Cada vez más acudimos al ocio interactivo como quien vuelve a la sitcom que ha visto cientos de veces para desconectar o quien se teletransporta a aquel verano en la playa poniéndose ese disco de rock indie tranquilito.
En este artículo vamos a recopilar algunos de esos títulos que nos permiten evadirnos y que nos mandan a los mundos de yupi, ya sea por su ambientación o porque su mecánica de juego sea realmente relajante.
A Short Hike
En A Shork Hike el objetivo es llegar a la cima de una montaña, pero se trata de un juego que transmite amabilidad y buenas sensaciones cuando uno se lo toma como un senderismo. En los caminos de su bello mundo pixelado nos encontraremos a otros animales antropomórficos a los que ayudar o con los que charlar; descubriremos desvíos que nos llevarán a lagos en los que pescar o a acantilados desde los que saltar para volar; y entornos en los que buscar alguno de los tesoros que se esconden en la isla. Un título cortito, pero que desde la primera nota musical de la banda sonora a los controles del vuelo del protagonista transmite buen rollo.
Abzû
La obra de Giant Squid está claramente inspirada por Journey, pero se centra aún más, si cabe, en ser una experiencia relajante. Como aquel, se trata de un viaje, aunque en este caso a través de un océano repleto de color, de especies marinas de todo tipo que reaccionan a nuestra presencia y de una iluminación que nos embelesa frente a la pantalla. Tan solo controlar al submarinista, hacer algunas piruetas y acercarnos a los bancos de peces transmite una sensación de tranquilidad casi única en este medio.
Alto's Adventure
Uno de los juegos más galardonados del App Store de iOS sigue siendo uno de los más relajantes y bonitos de la plataforma. Alto's Adventure, del estudio canadiense Snowman, se trata de un endless runner de snowboarding que lleva a los jugadores a través de parajes idílicos: montañas nevadas, bosques ancestrales y ruinas repletas de precipicios. El estilo visual minimalista, la estupenda banda sonora y el control sencillo, pero versátil, dan forma a uno de esos videojuegos perfectos para tumbarse en la cama y desconectar la mente. Además, también está disponible su secuela: Alto’s Odyssey. Ambos juegos están incluidos en The Alto Collection, disponible para PC, Nintendo Switch, PS4 y Xbox One.
Assemble with Care
El nuevo juego de ustwo games (Monument Valley) para Apple Arcade (próximamente en PC) nos pone a reparar doce objetos de tecnología retro como videoconsolas antiguas, cámaras de fotos y reproductores de vinilo. La experiencia de desmontarlos y sustituir sus piezas se transforma en sencillos y relajantes puzles. Conforme vamos solucionándolos descubrimos las historias personales de los clientes que han llevado esos ítems a nuestra tienda, y conociendo las emotivas relaciones tan rotas como los objetos que reparamos.
Animal Crossing: New Horizons
El simulador social de Nintendo nos lleva con Animal Crossing: New Horizons a una isla de colores agradables cada vez más poblada con animalitos adorables con los que charlar tranquilamente. Podemos decorar nuestra casa y el pueblo, pescar, cazar insectos, buscar fósiles e incluso irnos a explorar otras islas donde encontrar frutas exóticas. La música amena ambienta a la perfección un entorno en el que nos podemos relajar tan solo paseando por una playa buscando conchas o estableciendo un campamento para sentarnos cerca de una fogata. Una experiencia tranquila y rural disfrutable en cualquiera de sus entregas para Nintendo 3DS, Wii, Nintendo DS y GameCube, siempre y cuando consigamos quitarnos de la cabeza que tenemos que pagar la hipoteca.
Donut County
Este juego de físicas y puzles es perfecto para desconectar durante el par de horas que dura a la vez que nos hará soltar alguna carcajada. Su propuesta es tan sencilla como ridícula: encarnamos a BK, un mapache que a distancia controla un agujero gigante. El objetivo es ir tragándonos elementos del escenario con ese agujero, y conforme más cosas absorbamos, más grande se irá haciendo: pasaremos de atrapar sillas a coches y hasta edificios.
Everything
Everything es uno de los videojuegos comerciales más extraños que podéis encontrar en las tiendas digitales, y a la vez uno de los más relajantes, humorísticos y profundos. Como su título indica, en esta obra de David O’Really controlaremos de todo: de animales a organismos microscópicos, de árboles a galaxias, de bancos de peces a helados. No hay una manera errónea de jugar, y la narración del filósofo inglés Alan Watts ofrece una ambiental reflexión sobre el planeta, el universo, las cosas y la vida.
Flow
Cualquiera de los videojuegos de thatgamecompany (Journey, Sky) podría estar en esta lista, pero Flow es el que nos parece más adecuado para nuestro objetivo. Se trata de un título minimalista y microscópico en que controlamos a un organismo oceánico mientras vamos alimentándonos de plancton, todo ello con una música relajante y un apartado visual estimulante, pero sin artificios innecesarios. Una experiencia perfecta para dejarnos llevar durante un par de horas. Flower, el segundo juego de thatgamecompany, también es tan precioso como relajante.
Lonely Mountains: Downhill
Hacer deporte también puede ser muy relajante y el mejor ejemplo de ello es Lonely Mountains: Downhill, una de las sorpresas de 2019 que consiste en descender montañas en bicicleta. Un juego con un control exquisito y sobre todo una ambientación tanto sonora como visual muy cálida, escuchando tan solo los sonidos de las ruedas de nuestra bicicleta sobre la tierra y de la naturaleza, en unos paisajes preciosos.
Mountain
David O’Really es un artista de la animación experimental que ha tenido su original y profunda obra expuesta en museos de todo el mundo. La primera aproximación de O’Really a la industria del videojuego era tan o más disruptiva como sus cortos de animación Mountain es un videojuego, pero uno en el que la acción del jugador es observar y rotar una montaña que va creciendo, cambiando y recibiendo visitas de objetos inesperados. La propuesta es tan extraña como relajante, una ventana a una naturaleza digital incomprensible.
Mutazione
En esta lista hemos puesto pocos juegos narrativos porque los títulos que siguen una trama en la mayoría de las ocasiones tienen elementos, ya sea en su historia o en sus mecánicas, que antagonizan la relajación. Mutazione no se salva del todo de eso, pero su argumento de telenovela mágica y los sistemas de juego basados en la creación relativamente libre de jardines mutantes nos parecen una experiencia digna de aparecer aquí.
Nintendo Labo
Sí, ya sabemos que Nintendo Labo no es un videojuego como tal, pero pocas experiencias tan relajantes se nos ocurren como el proceso de montaje de los juguetes de cartón de Switch. La casa, la caña de pescar, el piano y otros tantos objetos se construyen, de manera sencilla siempre y cuando se sigan las instrucciones, de una manera casi mágica conforme vamos haciendo pliegues al cartón, enlazando gomas elásticas y colocando pegatinas que sirven como sensor para el Joy-Con.
Ooblets
Ooblets es una mezcla de Harvest Moon, Animal Crossing y Pokémon cubierta por elementos adorables, colores pastel, conversaciones cómicas y una historia ligera y absurda. Los jugadores deben hacerse cargo de un huerto en Badgetown para ganarse la vida, aunque la gestión es menos exigente que en otros títulos del género. Las charlas con los personajes, que expresan con humor sus aspiraciones e inquietudes, parecen sacadas de Twitter. Y en el centro de todo esto están los ooblets que dan nombre al juego: criaturas que coleccionar y con las que participar en batallas de baile con cartas.
Proteus
El primer adjetivo que se nos viene a la cabeza al pensar en Proteus es relajante. Y también innovador, al menos en su momento. Se trata de un título contemplativo donde los jugadores exploran una isla generada proceduralmente compuesta con un estilo visual tridimensional, pero de pocos bits, con los que se muestran auroras boreales, lloviznas tranquilas y paseos al lado de criaturas. La música, tan preciosa como inmersiva, es distinta cada vez, adaptándose al entorno que se crea en cada partida.
Townscaper
Los juegos de construcción de ciudades suelen venir ligados a la gestión económica y social. Sin embargo, hay algo intrínsecamente satisfactorio en dar vida a una urbe a golpe de clic (o de botón, o de dedo). Townscaper nace de esa misma idea, presentando un título que entra dentro de la categoría del juego-juguete. Aquí no hay objetivos, puntos ni historias. Todo lo que necesitamos es nuestra creatividad y las sencillas herramientas que pone a nuestra disposición para dar forma a ciudades sobre el agua. Eligiendo entre un puñado de parámetros y confirmando las acciones con pulsaciones muy satisfactorias (por cómo reaccionan el entorno y el sonido), levantamos villas preciosas, aleatorias e imposibles. Podéis probar una demo en el navegador.
Y muchos más
Hacer una lista de los juegos más relajantes es complicado no porque falten precisamente, sino porque lo que a un jugador le puede causar una tranquila y placentera sensación a otros les puede alterar. Hay quien usa Tetris Effect para descansar tras una larga jornada laboral porque sus colores y sonidos, o el modo Relax, le calman. Otros entran en su particular estado zen explorando el naturalista mundo abierto de The Witcher 3, el espacio infinito de No Man's Sky o la galaxia minimalista de Outer Wilds. Algunos desconectan la mente matando alienígenas en Destiny 2 o surcando los cielos con el complejo Flight Simulator. Incluso hay quienes encuentran tranquilidad en los complejos puzles de Minimetro y The Witness. Y vosotros, ¿qué juegos utilizáis para entrar en vuestro particular estado zen?
