Análisis Mutazione, un retiro espiritual para conocer la vida de un pueblo (PC, Switch, Xbox One, PS4, iPhone)
En estos meses en los que los lanzamientos de superproducciones se suceden a un ritmo vertiginoso y casi no da tiempo a respirar entre simulador deportivo y shooter espacial, Mutazione supone una especie de retiro espiritual en el que respirar hondo, alejarse del mundanal ruido durante unas pocas horas y relajarse del estrés. Sus creadores lo definen como una telenovela, y lo cierto es que parece una producción de Netflix o HBO convertida en videojuego; incluso está dividido en ocho episodios, como la mayoría de las temporadas de las series que se pueden ver mediante stream.
La historia comienza cuando la adolescente Kai llega a Mutazione, el pueblo en el que vive su abuelo y que está habitado por personajes muy peculiares y en él hay una flora y una fauna inusuales. Durante las cuatro o cinco horas que dura el juego iremos descubriendo con ella por qué Mutazione y sus habitantes actúan como lo hacen y las relaciones que hay entre ellos y Papu, el gigantesco árbol que domina toda la zona.
La conversación con otros habitantes es una de las claves
La mayor parte del juego estaremos conversando con los demás habitantes, investigando en los miedos de Kai y en los ajenos, intentando descubrir o intuir verdades ocultas.
No es una historia sorprendente, pero sí lo suficientemente interesante y que nos reserva algunas sorpresas.
El estudio tiene tal interés porque descubramos en la semana que dura el juego lo que tiene que ofrecernos cada personaje y por ello va al grano y no a hacernos dar vueltas innecesarias, de forma que el diario de misiones dice directamente cuál es el siguiente paso que debemos da. No importa si se trata de una sesión diferente de juego o nos hemos perdido en algún punto, en todo momento sabemos qué hay que hacer y con quién hay que hablar. Curiosamente, si nos encargan que encontremos a un personaje, no tardaremos en saber dónde encontrarlo porque bien pronto identificamos sus hábitos y sus gustos personales, y es que Mutazione logra que bien pronto nos interesemos por sus habitantes.
El pausado ritmo de Mutazione abarca todos los aspectos del juego; no es una experiencia para ir rápido, las conversaciones se recrean en el hecho de que son dos personas conversando y no se trata de hablar con otro personaje para conseguir la información necesaria para avanzar en la historia. Hay pausas, dudas, divagaciones, reflexiones… esto no quiere decir que se haga pesado, ni mucho menos, es simplemente que los personajes son interesantes y el diálogo es una manera de conocerlos. Mutazione es una comunidad reposada -que no aburrida- y esto se traslada rápido a la forma de jugarlo, es como ir de vacaciones al pueblo y sentir un ritmo diferente de vida.
Pero también da la sensación de que el estudio ha desperdiciado muchas posibilidades del juego. Hay una enciclopedia de la flora impresionante a la que no se le da uso. Todo el esfuerzo puesto en crear una historia desde la caída del meteorito que originó Mutazione queda en mera curiosidad, y también se antoja corto lo que narran, las historias están algo apresuradas o quedan a medio desarrollar como si hubiera sido pensado para ser algo más amplio pero algunas cosas hubieran quedado simplemente apuntadas, lo que acaba dejando un cierto regusto amargo.
Algo parecido sucede con las plantas, el diseño de los jardines es muy gratificante, pero no se percibe que sirva para gran cosa aparte de provocar una propensión a un estado de ánimo en los habitantes, pero el haber definido con tanto detalle los efectos de cada planta no tiene efectos a la hora de elegir una u otra.
Lo importante es el viaje, no el final
Mutazione propone un viaje al interior del pequeño pueblo del mismo nombre como si descendiésemos por un río en el que no se trata de seguir el cauce de la manera más eficiente y rápida posible para llegar a su desembocadura, sino de disfrutar del paisaje que hay por el camino y realizar paradas cuando surge algo destacado, pararse a disfrutar de un recodo o a tomar un café mientras anochece. Ser observador es en Mutazione tan importante como ser actor. No se hace aburrido recorrer varias veces los escenarios para presenciar una escena porque por el camino vamos recogiendo distintos tipos de semillas, que es otra de las actividades clave del juego.
Cada semilla tiene características diferentes y se plantan en los jardines que Kai debe crear y que son la parte más interactiva del juego. Algunas se pueden cultivar en el suelo, pero otras necesitan agua o son de pared, y en todas hay que tener en cuenta el espacio que necesitan para desarrollarse completamente. Hay especies que es obligatorio sembrar por las misiones que nos van encargando, pero podemos decidir libremente qué plantará Kai en la mayoría del terreno. Después hay que hacerlas crecer interpretando con un pequeño tambor la melodía adecuada para cada tipo de semilla. Como todo en Mutazione, los ratos de jardinería son pequeños momentos para el placer tranquilo, para disfrutar de la canción y dedicarse, literalmente, a ver cómo crecen las plantas.
Todo se ha hecho en el juego teniendo cuidado de que sea armonioso y forme un todo coherente. Mutazione es visualmente precioso, con un aspecto llamativo a base de colores saturados y una estilo muy peculiar. Algunos personajes tienen un diseño duro, casi agresivo, mientras que otros son estilizados y la protagonista ni tiene rostro, pero sus animaciones son muy características y hermosas. Destaca el uso del color en los personajes y escenarios, que logra que las plantas sean al mismo tiempo diferentes entre sí y creíbles en el entorno de fantasía que imagina el estudio. Los personajes también mantienen una paleta parecida que consigue que destaquen entre sí y a veces se mimeticen con el entorno.
Un bello espectáculo visual y sonoro
Hay que destacar también el uso de la cámara ya que, aunque algunos planos parecen forzados, se entiende que sea así para dar una buena visión de la zona en la que estamos y que, además, quede muy bonita, en ocasiones casi como si fuera un lienzo. Todo el sonido -no hay voces- mantiene ese aire íntimo, las melodías, más que narrar, intentan transmitir al jugador un estado de ánimo utilizando el poder evocador de la música. La traducción de los textos es muy buena en todas las situaciones.
Funciona mejor el envoltorio, el cómo se presentan las escenas, que el interior, lo que se cuenta en ellas, y resultan más interesantes la definición de los personajes que sus actos, tal vez porque se trata de un juego que es más descriptivo que narrativo. Aunque sí es cierto que esas pequeñas historias contribuyen a crear la sensación de que todo lo que sucede en el pequeño mundo de juego está interconectado y lo que Kai transmite con las plantas influye en los habitantes de Mutazione. Es una muestra de lo bien que refleja el juego cómo es vivir en un pueblo pequeño en el que todo el mundo está relacionado entre sí de una forma u otra y es difícil mantener un secreto.
El estudio ha conseguido crear un mundo que apetece visitar, en el que el jugador quiere tomar un café en el restaurante de Mori, se queda con las ganas de descubrir más sobre la historia de Manii y de seguir experimentando con los jardines. Como en las series de Netflix o HBO, nos quedamos con ganas de más.Es un juego desestresante y ameno que nos permite evadirnos y relajar mente y vista con unos paisajes hermosos y que solo nos pide dejarnos llevar para disfrutar del viaje.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código proporcionado por Dead Good Media.