En un evento astronómico sin precedentes en las últimas ocho décadas, astrónomos anticipan que el sistema estelar T Coronae Borealis, ubicado a tres mil años luz de la Tierra, experimentará una explosión estelar que será claramente visible desde nuestro planeta entre febrero y septiembre de 2024. Este fenómeno, conocido como nova recurrente, se producirá en la constelación Corona Borealis, descubierta por el astrónomo irlandés John Birmingham en 1866. La última vez que T CrB se iluminó fue en 1946, y se espera que durante este evento, la estrella alcance una magnitud de +2, brillando tan intensamente como la Estrella Polaris.
Una enana blanca que se carga de energía
La Sociedad Española de Astronomía explica que una nova ocurre cuando una enana blanca, parte de un sistema binario de estrellas, acumula suficiente materia de su estrella compañera, típicamente una gigante roja, hasta que se desencadenan reacciones de fusión nuclear en su superficie.
Este proceso conduce a una explosión que aumenta dramáticamente el brillo de la estrella. T CrB, que es una de las cinco novas recurrentes conocidas en nuestra galaxia, ofrece una oportunidad única de observación, ya que estos eventos son raros y su brillo puede compararse al de importantes astros como la Estrella Polaris.
¿Cómo ver la explosión de la nova?
Basta con mirar hacia la constelación de Hércules y busca entre Vega y Arcturus un patrón distintivo de la Corona Borealis. Ahí busca los cúmulos globulares M13 y M92.
Los astrónomos prevén que el brillo de T CrB será visible a simple vista durante varios días en su punto máximo y por poco más de una semana con binoculares, antes de atenuarse nuevamente, lo que podría no ocurrir de nuevo hasta dentro de otros ochenta años. El fenómeno permitirá a los aficionados y profesionales de la astronomía ser testigos de un "renacimiento" estelar en la constelación de Corona Boreal, marcando un momento histórico en la observación celestial.
Además, la importancia de este evento se extiende más allá de su espectacularidad visual. La observación de novas recurrentes como T CrB proporciona información crucial para entender la dinámica y evolución de los sistemas binarios estelares, así como las condiciones necesarias para la fusión nuclear en enanas blancas. Estos datos son fundamentales para los modelos astrofísicos que buscan explicar la estructura y comportamiento del universo.