La madrugada del lunes, Álava volvió a sacudirse. El epicentro se situó en la localidad de Iruña de Oka, y el seísmo, de magnitud 4, se convierte en el más intenso registrado en el País Vasco hasta la fecha, según confirma Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), a 20minutos.
España en riesgo: un terremoto como el de Álava podría producirse en cualquier punto de la Península, alertan expertos
Sin embargo, como recuerda Cabañas, la región ya había sentido terremotos más potentes en el pasado: en 1916 y 1929 se registraron movimientos de intensidad 5 en Villavezana y Salvatierra. Entonces no había estaciones sísmicas que midieran la magnitud exacta, pero los efectos sobre edificaciones y población dejaron constancia de su fuerza.
El temblor de este lunes se dejó sentir a las 00:10 horas. Los vecinos describen "dos golpes muy fuertes, como explosiones", que no causaron daños ni heridos, pero sí despertaron la alarma. Además de Iruña de Oka, se percibió en Vitoria-Gasteiz y en zonas cercanas de Burgos y La Rioja.
Revisando los archivos del IGN, el último gran seísmo en el País Vasco fue en 1965, en Azilu, con magnitud 3,8, lo que subraya la relativa infrecuencia de movimientos significativos en la región.
María Belén Benito, catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid y experta en riesgo sísmico, recuerda que pocas horas antes del temblor de Álava se registró otro en Fuengirola (Málaga), de magnitud 4,9, más profundo (75 km) y, por tanto, menos perceptible. "Aunque el de Fuengirola liberó 30 veces más energía que el de Iruña de Oka, su profundidad hizo que pasara más desapercibido. Este, con magnitud 4 y muy superficial, ha generado mucha agitación entre la población", apunta.
Para Cabañas, lo ocurrido en Álava es “sorprendente e infrecuente", pero aclara que "un terremoto de magnitud 4 puede producirse en cualquier punto de la Península, porque nuestra corteza terrestre está fracturada y acumula tensiones. La historia nos indica zonas más proclives, pero nada es descartable".
Benito coincide: "La corteza está suficientemente fracturada como para que se produzcan sismos de magnitud 4 o 5 en cualquier lugar. En Andalucía, incluso, pueden llegar a magnitudes de 6 o 7”. La especialista recuerda que la severidad de un terremoto depende de la longitud de la falla implicada. El riesgo más alto en España se concentra en las fallas béticas, donde históricamente se han registrado seísmos devastadores, como el de 1834 en Granada, con intensidad 9 y mil víctimas.
En las últimas horas, la actividad sísmica también ha aparecido en Murcia, Melilla y el Mar de Alborán. Aun así, los expertos subrayan que no hay evidencia de que los movimientos estén conectados entre sí. "La correlación entre terremotos alejados es complicada de establecer. Han sido seísmos moderados y, por ahora, parece más una coincidencia que un efecto en cadena. La actividad sísmica es impredecible y no sigue periodicidad", concluye Cabañas.
