Las fiestas navideñas españolas suelen incluir un "postre final", que se suele servir la mañana del 6 de enero, tras la noche de reyes. Dejando atrás platos típicos calientes, sin duda el postre estrella no es el este año carísimo turrón, sino el roscón de reyes. Un producto que, si lo compras en La Bañeza, puede esconder 10.000 euros.
La Bañeza, la ciudad leonesa con el roscón de 10.000 euros
El roscón de reyes es un postre que se sirve principalmente en Francia, pero también se disfruta en otros países como Bélgica, Portugal o incluso México y otros países hispanoablantes. Sin necesidad de caer en los postres megalujosos de la desastrosa cena de Airbus, plantea algo relativamente sencillo. En términos generales, tenemos un bollo en forma de aro que se corta en horizontal, rellenando el hueco con una amplia variedad de sabores. La parte superior se suele decorar con fruta escarchada de colores, pero lo mejor está en el relleno.
En ese relleno, que va desde la nata montada hasta cremas de chocolate, se esconden pequeños regalos, generalmente relacionados con los Reyes Magos y una haba reseca. Al que le toque el haba paga el roscón... pero es que en La Bañeza esconden dinero y puedes encontrar 10.000 euros.
Se trata de una costumbre que comenzó en 2009, con una cantidad de 500 euros y que ya ha llegado a los 10.000. La Confitería Conrado, que presume de haber puesto el roscón en el mapa a nivel internacional (explican que venden roscones todo el año y algunos se llegan a enviar a China), hace cada año este sorteo, que ahora es básicamente una lotería.
La idea tras postre con ese dulce económico añadido es que cualquier roscón (tanto simples como rellenos) llevan una tarjeta o cartón con un número y ese mismo número se introduce en un bombo o urna. Antes era un cheque, pero al ser necesario cumplir con la legislación vigente al respecto, ahora se hace de esta manera, procediendo más adelante a sacar un número al azar y ante notario, que es agraciado con los 10.000 euros. Si el ganador no aparece, el dinero se dona a una ONG.
Confitería Conrado lleva en pie casi dos siglos y por si os interesa, acepta pedidos online. Quién sabe si vuestro año no puede empezar con un buen pellizco extra en el bolsillo.
