El bestiario del primer Dragon's Dogma no era escaso. Había que enfrentarse a enemigos humanoides de distinto tipo, criaturas fantásticas, animales salvajes peligrosos, seres mitológicos, dragones y otros monstruos, algunos de ellos enormes. Dragon's Dogma 2, que llegará el 22 de marzo a PC, PS5 y Xbox Series X/S, irá más allá, según hemos podido comprobar en nuestras primeras partidas y por la información facilitada por Capcom.
Pequeños pero poderosos
Ya cuando probamos el título en octubre en una demostración limitada a Vermund, el reino de los humanos, nos las vimos con los Trasgos, unos pequeños demonios armados, y los Grandes trasgos que habitualmente los acompañan: son enemigos comunes que encontramos por los caminos y que suelen aparecer en gran número, por lo que aunque no son precisamente inteligentes tampoco hay que subestimarlos.
También son comunes las harpías, criaturas voladoras que exigen utilizar magias y otras habilidades para bajarlas a terreno firme, o realizar combos aéreos que nos permitan subir a su nivel. En los bosques acechan los lobos, siempre en manadas que nos rodean fácilmente. Por su parte, los Limos son unos monstruos gelatinosos invulnerables a los ataques físicos, y a pesar de su lentitud, son capaces de perseguirnos sin descanso y atrapar en su interior a nuestro personaje o a uno de nuestros peones.
Los esqueletos son habituales durante la noche, cuando surgen adversarios que no están bajo la luz del sol, y por motivos obvios son más comunes en los cementerios. Nos las tuvimos que ver con un buen puñado de ellos, ágiles y capaces de arrasar nuestra barra de salud si no gastamos cuidado, que estaban acompañados por un Alma en pena, un minijefe con forma de sacerdote esquelético que no para de lanzar hechizos explosivos y magias que nos elevan por los aires.
Durante el tiempo que pasamos durante nuestra segunda sesión de prueba, más extensa, en Battahl, la árida nación de los férides, combatimos también contra los duendes de las montañas, unos trasgos más ágiles y con armas largas; y con los saurios, unas criaturas escamosas capaces de realizar magias.
Las grandes (y extrañas) criaturas
Dragon's Dogma se caracteriza en su combate, entre otros motivos, por sus grandes criaturas que se pueden escalar. Es el caso de los gólems que combatimos en Battahl, criaturas de piedra que son invulnerables excepto por algunos puntos indicados en su cuerpo, lo que obliga a esquivar sus golpes y lanzamientos de rocas para acercarnos y dañarlos.
Los cíclopes no son de los adversarios grandes más resistentes y poderosos, pero aun así protagonizan momentos geniales en los que tenemos que escalarlos para dañarles rápidamente pinchándoles el ojo, o bien esquivar sus garrotazos para dispararles flechas en él. Y los grifos, enormes criaturas aladas con cuerpo de león, nunca abandonan del todo su territorio, donde se pueden enfrentar por igual con otras bestias o con nosotros; sí, también podemos escalarlo, pero hay que tener cuidado si alzan el vuelo.
Aunque estos son los que hemos encontrado en nuestras dos sesiones de juego con Dragon's Dogma 2, Capcom ha confirmado de momento otros tantos: los dracos (dragones que prometen enfrentamientos intensos), los dullahan (caballeros espectrales que se transforman en una bruma negra), los minotauros, los resistentes lagartos de cascabel, los duendes silvestres (trasgos veloces que emboscan en los bosques), los no muertos, los grandes y veloces ogros, y las poderosísimas quimeras, una mezcla de león, cabra y serpiente que muere, hechiza y envenena.
También habrá jefes todavía más grandes, criaturas únicas que supondrán batallas descomunales, como es el caso de Talos, "un gigante de bronce legendario que ha surgido del mar y que puede cruzar valles fácilmente con su cuerpo colosal", presenta la compañía japonesa. Nos podremos enfrentar a él, y a otras muchas bestias, el próximo 22 de marzo.´
