Mortal Kombat: Shaolin Monks marcó la infancia de muchos y todavía no tiene remake

El Mortal Kombat más singular de la franquicia, desarrollado por Midway Games y a cargo de Ed Boon, es una de las entregas que recordamos con más cariño y ha quedado algo olvidado.
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Mortal Kombat: Shaolin Monks arrancaba con una espectacular cinemática en la que los soldados de Raiden (Johnny Cage, Sonia Blade, Liu Kang) se partían la cara con los peligrosos combatientes de Shang Tsung (Scorpion, el príncipe Goro, Kano, Baraka) haciendo uso de sus mejores habilidades. En pleno 2005, en la era de PlayStation 2 y la primera Xbox, ver eso en movimiento era una maravilla. Aunque fuera solo un vídeo muy breve sacado de lo que vendría siendo el juego real, las sensaciones que transmitía eran alucinantes. Ver a nuestros personajes favoritos de Mortal Kombat en acción, y juntos como en una película, era una introducción ideal para la obra que venía para cambiar las reglas y dar un golpe sobre la mesa. Shaolin Monks rompía con ese formato habitual de 1vs1 de Mortal Kombat llevando a los jugadores a una aventura de acción abierta.

Mortal Kombat: Shaolin Monks permitía controlar hasta cuatro luchadores en un modo historia digno de recordar

Midway Games y Ed Boon, máximo responsable de Mortal Kombat, dieron en la tecla adecuada al plantear esta aventura repleta de enemigos, escenarios memorables y el gore y brutalidad clásicos de la saga. Como Liu Kang o Kung Lao (posteriormente podíamos desbloquear a Sub-Zero y Scorpion) nuestra misión era sencilla: detener a Shang Tsung para que no pudiera conquistar el reino de la Tierra. Solo que en vez de hacerlo directamente a través del habitual torneo a muerte más peligroso del universo, el Mortal Kombat, teníamos que ir reuniendo pistas explorando diferentes reinos hasta dar con el villano y acabar así con todos sus secuaces, desde Baraka hasta Scorpion, pasando por Reptile, Kano o el mismísimo Shao Kahn, por supuesto, un rival muy duro de roer que nos hizo temblar a los mandos.

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La particular gracia de Mortal Kombat: Shaolin Monks era que podíamos sumergirnos a nuestro antojo en el basto mundo ideado por el equipo de Ed Boon. Ya no era solo poder disfrutar de excelentes combos, sino de poder perdernos yendo de un reino a otro atravesando atmosferas totalmente de terror (el nivel de Reptile era tremendo) y enfrentándonos a un sinfín de enemigos, cada cual con sus características. Podíamos emplear las habilidades de Liu Kang de múltiples maneras y de forma consecutiva. Además, Shaolin Monks conseguía que, como jugadores, nos sintiéramos tremendamente poderosos. En la saga de Mortal Kombat los enfrentamientos suelen ser un tanto ajustados, y cualquiera puede darle la vuelta a la tortilla en un momento si consigue encadenar una buena ristra de puñetazos y habilidades. Pero en la entrega de 2005 eso no era así, porque podíamos con casi cualquiera sin necesidad de despeinarnos. Pero solo si dominábamos a nuestro personaje.

'Shaolin Monks' mantenía el mismo nivel de gore y brutalidad que otras entregas de 'Mortal Kombat'.
'Shaolin Monks' mantenía el mismo nivel de gore y brutalidad que otras entregas de 'Mortal Kombat'.

Eso no quiere decir, ojo, que no hubiera que andarse con cuidado, porque si se juntaban unos pocos enemigos y no teníamos controlados nuestros combos lo más probable es que volviéramos al punto de control envueltos en un ataúd con lacito. Pero pasados los dos primeros niveles, ya después de la defensa de la academia Wu Shi, bailábamos con los controles y podíamos concatenar los puñetazos que quisiéramos. Además, Shaolin Monks también permitía hacer uso de armas y de los escenarios poniendo trampas y zonas de peligro que podíamos aprovechar a nuestro favor para acabar con el máximo número de rivales en el menor tiempo posible. Pero como todo, eso es un arma de doble filo: un paso en falso y podíamos herirnos con, por ejemplo, las clásicas trampas de pinchos estilo Prince of Persia.

El juego en cooperativo por excelencia de la generación de PS2 y Xbox

Si cualquiera nos preguntase qué era lo mejor de Mortal Kombat: Shaolin Monks lo tendríamos clarísimo: el cooperativo. Jugar con un amigo en modo local era la descripción gráfica de diversión, por lo menos para los seguidores de la saga. Cada usuario controlaba a uno de los protagonistas, Liu Kang o Kung Lao en la primera vuelta del juego, ya en la segunda podíamos desbloquear también a Sub-Zero y a Scorpion. Estos dos últimos añadían un factor de espectacularidad bastante ejemplar, puesto que podíamos hacer uso de sus habilidades y poderes para avanzar en la aventura. Por supuesto, el guerrero de hielo era probablemente la mejor opción, dado que sus combos permitían hacer una grandísima cantidad de daño. En cualquier caso, la cooperación de Shaolin Monks era un no parar de machacar botones y acabar con tantos enemigos como pudiéramos, generando hasta piques entre los jugadores para ver con cuántos rivales acababa cada uno.

Mortal Kombat: Shaolin Monks

En cuanto a su calidad técnica, lo cierto es que no estábamos frente a ninguna joya de la corona, simplemente ante una entrega más dentro de la generación de PlayStation 2 y Xbox. Las cinemáticas sí hacían esfuerzos por ser lo más cinematográficas posibles, en lo que se refiere a posición de cámara, composición de planos y montaje, por lo que en cierto modo la obra de Ed Boon y Midway se las apañaba. Sus escenarios, eso sí, eran muy variados y cada uno permitía visitar zonas específicas cambiando el terreno: túneles oscuro y terroríficos, montañas soleadas, catacumbas... Mortal Kombat: Shaolin Monks era un espectáculo en ese sentido y poco había que reprocharle, porque se esforzaba constantemente para dar variedad a los jugadores y que la monotonía se redujera lo máximo posible. Si le sumamos los diferentes tipos de enemigos, ajustados cada cual a su zona pertinente, desde luego no teníamos tiempo para asentarnos demasiado, porque había que adaptarse al tipo de combate de cada monstruo en sus diferentes áreas.

¿Tendremos un remake o un remaster de Mortal Kombat: Shaolin Monks?

Hace aproximadamente dos años, Ed Boon realizó una encuesta a través de Twitter donde preguntaba a los seguidores de la saga qué remaster les gustaría ver en el futuro. La sorpresa del director creativo fue que la victoria se la terminó llevando Shaolin Monks y que, además, su propuesta se había convertido en uno de los temas más hablados de la red social, ahora propiedad de Elon Musk, en ese momento. La comunidad lleva pidiendo a gritos un remaster o un remake de esta entrega de aventuras desde hace tiempo, y no nos cabe ninguna duda de que con los recursos actuales veríamos un juego increíble.

La espectacularidad estaba presente en cada uno de los combates.
La espectacularidad estaba presente en cada uno de los combates.

Pero de momento parece que los esfuerzos de los responsables de Mortal Kombat siguen centrados en otras propuestas, como el futuro Mortal Kombat 1 de NetherRealm Studios, un juego que buscaría reescribir la saga. En cualquier caso, seguro que Ed Boon tomó buena nota de esa encuesta y puede que próximamente seamos testigos de alguna sorpresa, nosotros por lo menos cruzamos los dedos. La condición que le ponemos, eso sí, es que se mantenga ese espíritu cooperativo al precio que sea.

Xavi Mogrovejo

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Más sobre Mortal Kombat: Shaolin Monks

Mortal Kombat: Shaolin Monks es un videojuego de acción y aventura centrado en el combate, desarrollado por Midway Games y lanzado en 2005. A diferencia de los tradicionales juegos de lucha uno contra uno de la serie Mortal Kombat, Shaolin Monks se desvía hacia un formato de juego en tercera persona que explora más profundamente el universo Mortal Kombat a través de una experiencia de juego de aventuras. Está disponible para las consolas PlayStation 2 y Xbox.

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