Verano de Dragon Ball: Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda

Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda: Continuamos nuestro repaso de los juegos basados en la obra de Akira Toriyama.
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Verano de Dragon Ball

Dragon Ball FighterZ fue uno de los grandes anuncios del pasado E3, y tras su calurosa acogida en Vandal queremos celebrarlo con el Verano de Dragon Ball, un repasado de los juegos más importantes basado en el manga de Akira Toriyama, que realizaremos del 1 de julio al 31 de agosto.

Hoy os hablamos de un nuevo juego, y estos son los títulos de los que os hemos hablado hasta el momento:

Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda (2002)

Conocido internacionalmente como Dragon Ball Z: Legendary Super Warriors Hoy vamos a hablaros de la que fue, sin ninguna duda, una de las mayores sorpresas que nos han dejado los videojuegos de Dragon Ball a lo largo de los años. 2002 fue un gran año para la serie, ya que se retomó el desarrollo de títulos basados en la misma, lo que acabó resultando en el lanzamiento de títulos como el primer Dragon Ball Z: Budokai para PS2 o el pobre Dragon Ball Z: The Legacy of Goku para GBA.
Pero lo que por aquel entonces no nos podíamos imaginar es que el mejor título de aquel año fuese uno para Game Boy Color, consola que ya estaba dando sus últimos coletazos de vida y que solo contaba con una potencia de 8 bits, por lo que su estreno pasó injustamente desapercibido. Sí, hablamos ni más ni menos que de Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda. Para empezar, decir que estamos ante un juego de rol centrado en los combates uno contra uno (como si fuese un título de lucha) por turnos y cartas. De este modo tendríamos que recorrer toda la historia de Dragon Ball Z desde la llegada de los saiyans hasta la derrota de Bu, lo que daba pie a más de 30 capítulos distintos que seguían fielmente la historia del manga y el anime. Los turnos se dividían en ataque y defensa, de modo que en los primeros nos tocaba escoger un naipe que nos permitiera pasar a la ofensiva, ya sea realizando un combo o una técnica especial, mientras que en el segundo tipo de turnos las cartas que nos tocaba utilizar eran las que nos ayudaran a reducir daño.
Verano de Dragon Ball: Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda Imagen 2
Evidentemente había muchísimos tipos de cartas distintas (más de 125), por lo que no todo eran ataques y bloqueos, ya que había también naipes y objetos de apoyo con efectos muy específicos. Para darle algo más de profundidad, también podíamos escoger movernos por el escenario para ganar ventajas estratégicas. Otro detalle que le sentó bastante bien es el hecho de incluir pequeños QTE a la hora de poner en práctica nuestras acciones, algo que le daba más dinamismo al intercambio de turnos y los hacía más interactivos. Todo esto daba como resultado un título con una jugabilidad divertidísima y sorprendentemente profunda que sabía captar con mucho acierto la esencia de la serie a pesar de las limitaciones de la consola. No en vano, la fidelidad era tal que en determinados combates podíamos llegar a cambiar la historia de la serie dependiendo de lo que hiciésemos durante su desarrollo, obligándonos a probar todas las posibilidades si queríamos acabar desbloqueando a todos los personajes jugables, lo que le daba un valor rejugable muy alto a la aventura y nos invitaba a darle una segunda vuelta. Hablando de luchadores, traía consigo la friolera de 48 combatientes (contando transformaciones), todos ellos muy bien recreados tanto en atributos como en posibilidades jugables. Lo mejor es que tras completar la historia por primera vez podíamos rejugar cualquier nivel con el luchador que quisiéramos (de los que ya tuviésemos, claro), permitiéndonos experimentar con todo tipo de posibilidades para las batallas más míticas de la serie.
Verano de Dragon Ball: Dragon Ball Z: Guerreros de Leyenda Imagen 3
Gráficamente tampoco estaba nada mal, siempre y cuando tengamos cuenta que se trata de un título de GBC, ya que durante la selección de órdenes los sprites de los personajes eran demasiado básicos, aunque cuando les tocaba actuar se mostraban con muchísimo más detalle, siendo todos ellos perfectamente reconocibles. Además, las animaciones y los efectos de las técnicas estaban muy logrados. Mención especial también a su genial y pegadiza banda sonora, que si bien era algo escasa, nos dejó algunos temas que costaba sacarse de la cabeza. Sin duda, toda una sorpresa para su época y uno de los títulos más divertidos y cuidados que ha tenido Dragon Ball hasta la fecha, por lo que si tenéis la oportunidad de probarlo algún día, ni os lo penséis.
Carlos Leiva
Redactor

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