No todos los protagonistas son fornidos personajes regidos por ideales altruistas, y Styx está ahí para demostrarlo. Nació en Of Orcs and Men y su personalidad era tan intensa que no tardó en obtener un juego propio, Styx: Master of Shadows. En unas semanas sale a la venta la continuación, Styx: Shards of Darkness, que promete profundizar en los aspectos positivos del anterior y ofrecer más posibilidades al jugador.
En la parte de juego que hemos probado el goblin había recibido el encargo de robar unos cofres que contienen la paga de los guardias, que se convierten en el obstáculo que debe evitar el protagonistas. Styx confía en tener éxito gracias a sus habilidades para el sigilo, las plataformas y el ingenio, ya que físicamente es muy débil y lo más normal es que acabe muerto cuando lo descubren.
La habilidad de crear un clon ha evolucionado y es más potente
El personaje debe avanzar entre las sombras, ocultándose dentro de barriles y armarios cuando se acerca alguien, y tiene unas cuantas habilidades -la mayoría ya conocidas por el jugador ya familiarizado con Styx- como la de crear un clon (una versión deformada del goblin) que le sirve para investigar un área sin arriesgarse o para desviar la atención. Mientras el clon existe, con el botón X intercambias el control entre él y el Styx real. Para utilizar esta u otra habilidad Styx gasta ámbar, que se muestra en una barra situada bajo la de vida.
Vas perfeccionando esta habilidad y otras a lo largo del juego para que el clon sea más potente y te permita reaparecer donde está el clon si mueres o puedas lanzar clones a lo lejos (para después reaparecer allí como si se tratara de teletransporte). En PS4, que es la versión que hemos jugado, esto se consigue con el botón X, mientras que con el círculo se destruye la copia creada.
Styx utiliza la oscuridad y su reducido tamaño para llegar hasta su presa y acabar con ella, y luego puede esconderla o dejarla donde está. Pero cuando se mueve no sólo debe tener cuidado con la luz; el enemigo también le detectará si corre o si mueve algún objeto .
Un control algo complicado, pero necesario para tener tantas opciones
Todas las opciones que tiene el juego hacen que el control sea algo complicado, pero compensa entenderlo cuando te das cuenta de que tener tantas posibilidades el protagonista se percibe como un ser muy real.
Lo entiendes cuando entras en una habitación, te escondes tras una pared, envías un clon para comprobar la rutina de movimientos de un guardia, apagas una antorcha con un puñado de arena para poder avanzar entre las sombras y acabas con el enemigo, sales por la ventana y trepas por una cuerda para balancearte hasta llegar a una plataforma y seguir tu camino.
Cyanide ha realizado un juego con muchas posibilidades y entiende que a algunos jugadores les resultará más fácil que a otros para lo que ha incluido opciones que pueden ayudar, como los cuatro niveles de dificultad, el utilísimo guardado rápido pulsando la cruceta o la visión ámbar, otra de las habilidades del Goblin que se activa pulsando R3 y que muestra los objetos con los que puede interactuar y los enemigos. Aunque no pudimos probarlo, habrá un sistema de crafteo para fabricar trampas, bombas o agujas envenenadas
Un protagonista con humor ácido e implacable
Pero aunque el sigilo está desarrollado con acierto y grandes posibilidades para el jugador, el juego no sería el mismo sin la personalidad del protagonista. Styx es descarado y hace gala de un humor chusco y socarrón. Si muere no dudará en regañarte de mil maneras diferentes de manera hasta cruel y se burla de todo y de todos con bastante mala leche. Mata sin piedad a cualquier rival y prosigue su camino como si nada. Es un personaje carismático y constituye uno de los alicientes del juego.
La ciudad que vimos en la demo, Thoben, es la de los ladrones y tenía unos escenarios bastante verticales, de forma que puedes trepar con la agilidad de Styx y deslizarte por una cuerda para llegar a otra casa lejana. El estudio promete que habrá ambientaciones muy diferentes y verticales, tanto en la ciudad de los elfos como en minas o fortalezas.
El aspecto del juego cuenta con la solvencia del motor Unreal Engine 4 que hace que el juego tenga unos gráficos bastante mejores que los del primer juego protagonizado por el goblin. La inteligencia de los enemigos no parece demasiado potente, y tienen una fijación extraña por mirar hacia el horizonte mientras permanecen de pie cerca del borde de plataformas casi sin protección. A veces uno de ellos puede sospechar algo y aparece un punto amarillo sobre su cabeza, o rojo si ya hay una alerta sobre la presencia de Styx.
Un juego en el que el sigilo es el movimiento natural del personaje
Styx: Shards of Darkness tampoco da la sensación de que vaya a ser una gran innovación respecto al juego anterior, pero sí ha ampliado las posibilidades del personaje de forma que da una buena sensación al jugarlo. El sigilo se percibe como algo totalmente natural en el personaje, lo que hace que sea gratificante moverse siempre evitando el enemigo y el humor ácido y socarrón da un toque que lo hace diferente a otros juegos de sigilo. Cyanide (autor de Le Tour de France, Blood Bowl y el próximo Call of Cthulhu) analizó lo que gustó a los jugadores del primer título y les ha dado más de lo mismo, lo que no está nada mal. Llegará el 14 de marzo a Xbox One, PS4 y PC.
Estas impresiones se han escrito después de un viaje organizado por Focus Interactive a París para el evento What's Next: Focus en el que probamos una demo del juego.
