El desarrollo del juego llamado ahora Runner Heroes: The curse of Night and Day está siendo muy largo y con numerosos cambios. Algunos miembros de Ikigai Play, el estudio desarrollador, participaron en un proyecto de runner llamado Two Dimensions como parte de los másteres en desarrollo de videojuegos de U-tad (y consiguió el premio al mejor proyecto universitario en el festival Fun&Serious 2015, en Bilbao. Tras dejar la universidad decidieron iniciar el desarrollo de un juego similar llamado Night and Day en el que los dos personajes protagonistas corrían uno junto al otro pero siempre separados, uno en un mundo diario y el otro en uno nocturno.
Ikigai fue añadiendo elementos de rol y creando una historia que sirviese para vertebrar el juego y darle profundidad, al tiempo que enriquecía los cinco mundos de juego e iba mejorando y diversificando los niveles del juego. Llegó incluso a estar entre los finalistas de los premios PlayStation 2016. Las últimas noticias oficiales (que procedían del editor Badland Games, bajo cuyo paraguas ya no está) que tuvimos del proyecto era que ya no se trataba de un juego de móviles sino que saldría en consola en 2019.
Hace unos días supimos más del juego y lo vimos nuevamente en acción ya que se trata del primer proyecto de PlayZen, una empresa que ha nacido para buscar financiación y establecer la viabilidad económica de los juegos de pequeños estudios como Ikigai, formado por ocho personas fijas además de varios colaboradores externos.
Dos tipos de control en juego cooperativo
Diego Vargas, director de Ikigai, informó de que el juego cambia de nombre y se convierte en una serie llamada Runner Heroes, cuyo primer capítulo contará la historia de Lyssa y Colwyn, en el que ella está atrapada en la noche eterna y él en el día abrasador. Hay dos tipos de control en cooperativo; en uno de ellos cada jugador controla por completo a un personaje y en el otro un jugador controla el que los personajes se separen un poco más o no y el otro el salto, y luego cada jugador controla el impulso fuerte de uno de los personajes, lo que obliga a estar más coordinado que nunca, ya que ambos personajes deben superar el nivel para pasar al siguiente.
La última vez que probamos el juego era ya bastante parecido, pero con una dificultad bastante elevada en los niveles, algo que ahora -nos dijo Vargas- se ha puesto más accesible a todo tipo de jugadores, ya que Ikigai apunta al jugador casual como público potencial. También se han añadido más puntos de control.
Los niveles de los cinco mundos del juego no son procedimentales. Antes bien, están muy trabajados y hasta tienen varios caminos para llegar al final a fin de favorecer la jugabilidad. La duración de cada fase está entre un minuto y medio y dos los más sencillos, pero los más complejos pueden llevar hasta media hora. Como juego RPG que es, se pueden utilizar magias de inspiración clásica.
La cámara está pensada para darle un tono épico
Vargas explicó que la cámara se ha diseñado para cada fase teniendo siempre la intención de dar "un tono épico". Para contar la historia habrá diálogos y escenas de vídeo tradicionales, con un aire muy occidental. La intención de Ikigai, expuso Vargas, es que se a un juego divertido para jugarlo y entretenido para verlo: "Es un juego que te mira a los ojos, te desafía, un cuento de un príncipe, una princesa y una maldición por romper".
Runner Heroes es un runner, pero la jugabilidad es muy variada y Lyssa y Colwyn tendrán que coordinarse no solo en superar obstáculos mientras corren; sino también mientras van cayendo por un hueco, están montados en unos vagones de metro o van buceando, con unos controles y mecánicas ligeramente diferentes en cada ocasión.
Ikigai ha contado con el servicio de asesoramiento financiero y de plan de negocio de PlayZen, pero esta empresa no ha intervenido prácticamente en el apartado creativo. El estudio está actualmente puliendo el juego, que saldrá este año en PS4, PC (Steam y Epic Store), Xbox One y Switch.
Hemos escrito estas impresiones tras acudir a una presentación organizada por PlayZen.
