Es bien sabido que, para adaptar una historia tan enorme y llena de detalles como la de 'El Señor de los Anillos', Peter Jackson tuvo que cambiar partes del argumento de los libros en su épica trilogía de películas. Algunos hechos quedaron directamente fuera del metraje final (como el personaje de Tom Bombadil), mientras que otros recibieron cambios para que la narración fuese más coherente o espectacular con el medio audiovisual del cine.
Un detalle que quienes no han leído jamás los libros desconocen es el cambio que sufrió el momento más determinante de la trilogía cinematográfica, el instante en el que los protagonistas por fin destruyen el Anillo Único. Y es que Jackson modificó esta secuencia para cambiar la forma en la que Gollum cae al volcán del monte del Destino con el Anillo. ¿Sabes cómo se sucede realmente este crucial acontecimiento en la novela de Tolkien? Te lo contamos.
La caída de Gollum y el Anillo en Mordor es sutilmente diferente en los libros de Tolkien con respecto a las películas
Todos recordamos esta secuencia culminante de las películas (que podéis ver bajo estas líneas de nuevo). Después de un extenuante viaje cruzando la Tierra Media, nuestros hobbits protagonistas al fin alcanzan el monte del Destino en el que podrán destruir el Anillo Único. Sin embargo, la travesía y el peso del Anillo ha ido consumiendo poco a poco la noble voluntad de Frodo hasta llegar aquí. El hobbit, en un giro que pilla por sorpresa a Sam, en lugar de arrojar el Anillo al fuego decide quedárselo y ponérselo en el dedo.
Pero Gollum, que ansía recuperar su precioso tesoro, no va a permitirlo. De imprevisto, este deja inconsciente a Sam con una piedra y se abalanza sobre un invisible Frodo para arrancarle el dedo con el Anillo de un mordisco. Con el tesoro por fin de nuevo en sus manos, Gollum baila pletórico de felicidad, hasta que un rabioso Frodo se dispone a volver a forcejear con él. Y así, durante este tira y afloja, ambos hobbits tropiezan y caen por el precipicio hacia el abismo.
Ya sabemos lo que sigue a continuación en la gran pantalla. Gollum cae al fuego del volcán y perece, mientras que Frodo logra agarrarse en el último momento a la pared de rocas y es rescatado por Sam. Ahora bien, esto mismo que acabamos de explicar es una invención de las películas, puesto que en los libros Tolkien escribió otra cosa ligeramente diferente...
En la novela, Tolkien cuenta que después de arrancarle el dedo a Frodo, Gollum baila lleno de éxtasis hasta que tropieza él solo y cae con el Anillo al fuego abrasador, poniendo fin a su vida y también destruyendo involuntariamente el Anillo Único en el proceso. Tal vez una secuencia menos tensa narrativamente hablando que la planteada por Jackson en el celuloide, pero que tiene su por qué en el texto del británico y no es para nada un feliz accidente como se podría presuponer al explicarlo de esta manera.
En realidad, Gollum, aunque parece tropezar por su propia cuenta en los libros, está sucumbiendo al juramento que hizo con anterioridad en la historia. Durante el libro 4 de la saga, en 'Las dos torres', cientos de páginas antes del final de la aventura, Frodo le da una advertencia crucial a Gollum. Le explica que él hizo una promesa sobre el tesoro -servir al Amo y al tesoro-, por lo que está obligado a cumplirla y, en caso de no hacerlo, eso lo llevará a su perdición.
Finalmente, en la escena mencionada del libro 6, en 'El retorno del rey', justo antes de que Gollum le arranque el dedo a Frodo, el hobbit protagonista aprieta el Anillo bajo su camisa y maldice a Gollum. A través del poder que le confiere el Anillo, Frodo amenaza a Gollum remarcando que si se atreve a tocarlo será arrojado al fuego de la perdición.
Así, al final las palabras de Frodo se cumplen y el juramento de Gollum sobre el Anillo y el Amo se vuelve en su contra. Al hacer caso omiso de la advertencia y atacar a Frodo, Gollum encuentra su fatal destino. No tropieza torpemente, sino que de alguna manera la influencia del Anillo es el responsable de que caiga al fuego y, a su vez, podríamos decir que por esta causa el Anillo se autodestruye a sí mismo.
Desde luego, esta es una manera mucho más poética y literaria de narrar el crítico momento, en comparación con el emocionante e intenso desenlace que ofrece la película de Jackson, más acorde quizás a la épica visual que requería la cinta llegados a dicha altura. Sea como fuere, cada forma de abordar la destrucción del Anillo es impresionante y no se olvida fácilmente, lo que demuestra el poderío de esta legendaria y fantástica historia en ambos formatos artísticos.