Destiny 2: La forma final pondrá fin a una historia que se ha desarrollado a lo largo de diez años; quizá no como prometieron cuando Destiny se lanzó en 2014, y probablemente con más altibajos de los que le gustaría a los jugadores y a la propia Bungie, pero una década, al fin y al cabo, en la que hemos vivido momentos inolvidables tanto en la historia como en los retos que hemos superado junto a nuestras escuadras.
Esa trama de la Luz y la Oscuridad comenzará a concluir el 4 de junio, cuando se publicará la expansión, y tendrá su cierre a lo largo de los tres episodios, que sustituyen el modelo de temporadas, que se publicarán a lo largo del año. Este 9 de abril el estudio de Seattle desarrolló en un adelanto las muchas novedades jugables que verán los Guardianes en una ampliación que promete refrescar el looter shooter: nuevos enemigos, poderes inéditos y más versatilidad para transformar nuestro personaje en una máquina de aniquilación.
No dedicaron mucho tiempo a la historia porque tras los varios tráileres publicados no hace falta decir mucho más. La forma final contará el mayor desafío al que los Guardianes jamás se hayan enfrentado, a la vez que les recordará los hitos de este largo conflicto. Por fin habrá que plantar al Testigo, la entidad que ha manejado los hilos de todos los acontecimientos ocurridos. Tras el final de la floja expansión Eclipse, lo seguimos nada más y nada menos que hasta el interior del Viajero, ese orbe misterioso que, siempre presidiendo los cielos visibles desde la Última Ciudad, nos otorga nuestro poder.
Enemigos terroríficos en un mundo onírico
Así, la campaña, que de nuevo se podrá jugar en la intensa dificultad Leyenda, transcurrirá en el Débil Corazón del Viajero, un entorno vibrante, onírico y psicodélico donde conviven la vegetación abundante, las edificaciones majestuosas y los espacios inquietantes. Un lugar donde el tiempo y el espacio no funcionan normalmente, lo que justifica la vuelta de personajes clave como Cayde-6. Una historia, en definitiva, que tiene la intención de ser tan épica como emotiva o nostálgica.
En ese nuevo destino habrá que enfrentarse a un arquetipo de enemigo totalmente nuevo, algo que le hacía buena falta a Destiny: aunque hayan incluido variantes, llevamos demasiados años combatiendo a los mismos. El ejército del Testigo son los Horrores, uno de los cuales, el Torturador, ya vimos en la expansión del año pasado. Prometen ofrecer combates con otro sabor porque sus capacidades se diferencian mucho de las que tienen los adversarios conocidos: hay bichos voladores con pistolas que pueden desactivar nuestras habilidades, soldados robustos que lanzan espíritus explosivos al fallecer, otros que nos arrastran por el campo de batalla…
Es fácil pensar en combinaciones de estos horrores que nos pueden poner las cosas muy complicadas, pero tampoco hace falta imaginar demasiado: en el gameplay que han mostrado se han visto varios minijefes que luchan al unísono con estos nuevos monstruos, lo que nos ha hecho recordar algunos de los enfrentamientos inolvidables de la siempre recomendable campaña de La Reina Bruja.
Más poder y versatilidad que nunca
Estos enemigos inéditos no es lo único que Bungie se guardaba bajo la manga, ni mucho menos. También enseñaron las nuevas posibilidades que tendremos para enfrentarnos a ellos. Además de las tres súper para cada una de las clases desveladas anteriormente, tendremos una nueva subclase personalizable llamada Prismática que casa con el argumento de la expansión: combina a la vez el poder de la Luz y de la Oscuridad, lo que permitirá mezclar efectos alocados.
En esta subclase hay dos indicadores en pantalla que se rellenan conforme hacemos daño de Luz y de Oscuridad. Una vez rellenado podemos activar la Trascendencia, un estado que nos permite utilizar una granada con dos tipos de poder diferentes para cada clase (estasis y vacío para el Hechicero, atadura y arco para el Titán, y solar y estasis para el Cazador). Esto, junto a la posibilidad de utilizar multiplicadores de daño de distintos poderes, permite muchísimas combinaciones para aniquilar a los enemigos, e incita a experimentar con la configuración del personaje a través de nuevos fragmentos.
Pero no se quedará la cosa en ser un supersoldado capaz de empuñar simultáneamente distintos tipos de poderes. En La forma final se añadirán objetos de clase excepcionales (capas de cazador, distintivos de titán y bandas de hechicero) que tienen dos ventajas aleatorias. Pero esas perks no son nuevas, sino de equipo excepcional ya existente en el juego, incluso perteneciente a otras clases. Las combinaciones posibles son enormísimas, y en conjunción con todo lo anterior, nos hacen pensar que ya pueden ser fuertes las huestes del Testigo para que no las borremos del mapa de un plumazo.
El comienzo de una nueva era para "Destiny 2 y más allá"
El nuevo destino luce genial, el añadido de un arquetipo de enemigo promete refrescar las sensaciones que ofrecen los combates, los enfrentamientos contra minijefes que se han visto se anticipan intensos, y las posibilidades casi infinitas para personalizar los poderes del Guardián anticipan que podremos experimentar mucho con nuestras builds. Nos falta mucho por ver, claro, como la actividad central de la expansión, la incursión donde combatiremos al Testigo, ese nuevo sistema de episodios que sustituye las temporadas, y por supuesto, el desarrollo de una campaña para las que las expectativas están muy altas tras el retraso en la fecha de lanzamiento y el mal sabor de boca que nos dejó Eclipse.
Aunque, a pesar de su título, La forma final no será el final, ni mucho menos. Ya lo adelantó el director creativo ejecutivo de Destiny, Luke Smith, en la presentación emitida este martes: será el fin de una era, pero el comienzo de otra para "Destiny 2 y más allá". A qué se refieren con ese "más allá", el tiempo lo dirá.
En la luz quiere que volvamos a Destiny
Pero antes de todo esto, hay con lo que estar entretenidos: este 9 de abril se ha estrenado En la luz, un contenido gratuito para todos los jugadores que sirve a la vez como recompensa por haber alargado más allá de lo planeado inicialmente la Temporada de los Deseos, como conexión con la expansión y para traer de vuelta a los Guardianes que han dejado de explorar la estrellas.
Disponible hasta el 3 de junio, se trata de un contenido que, de primeras, da la bienvenida a los jugadores nuevos y veteranos que llevan un tiempo sin jugar regalando equipo acorde al nivel de poder actual. La experiencia tiene dos pilares ahora mismo. Por un lado, Acometida, un modo cooperativo para tres jugadores donde hay que enfrentarse a oleadas de enemigos. En nuestras primeras partidas hemos comprobado de primera mano que es intensísimo y que tiene cierta estrategia, pues hay que administrar recursos compartidos con los otros jugadores para construir torretas, minas y otras defensas.
Por otro lado, igual que La forma final mira al futuro y al pasado de Destiny, con En la luz se traen de vuelta armas populares rediseñadas que, en su día, costaban mucho tiempo y esfuerzo conseguir (sí, te miramos a ti, La Reclusa). Pero esos recuerdos no se quedan en un guiño. El shooter de Bungie, más allá de las incursiones y las mazmorras, ha destacado también por algunas de sus misiones excepcionales, varias de ellas escondidas y descubiertas por la comunidad.
Dos de las más míticas, El susurro (ya disponible) y Hora cero (14 de mayo), vuelven rediseñadas y con nuevas recompensas. A todo ello hay que sumar el 30 de abril El Panteón, un boss rush en el que habrá que combatir a los jefes de las raids. Por si fuera poco, se han acordado del PvP: el 7 de mayo añadirán tres mapas nuevos. Parece una disculpa más que aceptable por el retraso de la expansión.