No se puede decir que la estrategia esté en un mal momento, pero sí hay un tipo de juegos de estrategia que lleva años en horas bajas: los RTS del estilo de Starcraft, Warcraft III o Command & Conquer. Blizzard y otros estudios que revolucionaron los cibercafés durante los primeros 2000 se han olvidado del género. Un estilo de juego que parecía haber sucumbido ante MOBA como League of Legends y Dota 2. Pero hay intentos para traerlo de vuelta. Frost Giant Studios, formado por veteranos de Blizzard, estrenará el 13 de agosto Stormgate, que bebe de manera muy directa del mencionado Starcraft.
La propuesta de Battle Aces es diferente. Mucho. No solo respecto a ese juego de ciencia ficción, sino en comparación con cualquier RTS que hayamos jugado. Es un multijugador gratuito que quiere apelar a los aficionados al género huérfanos de más estrategia en tiempo real, pero también a quienes solo han jugado a MOBA e incluso a los que siempre les ha abrumado acercarse a estos juegos. El equipo de Uncapped Games, comandado por el exdirector del multijugador de Starcraft II, ha destilado el género hasta quedarse con sus pilares fundacionales. A partir de ahí han construido un RTS para PC dinámico, intenso y rapidísimo que, tras jugarlo durante una hora en el Summer Game Fest - Play Days, nos demostró que es muy adictivo y que puede ser un pelotazo, aunque también habrá veteranos que lo puedan considerar demasiado simple.
Accesible y automatizado
Las dos claves del juego son, por un lado, que se centra totalmente en el combate y en la táctica, antes y durante las partidas, que pueden durar 10 minutos como máximo; y por otro lado, un diseño de interfaz y de control tan ágil y accesible que contribuyen aún más a que cualquiera, sin importar su experiencia, pueda disfrutar de esta propuesta tras completar un breve tutorial muy bien diseñado.
Comencemos desarrollando el primer punto. Esa destilación del género de la que hablábamos supone la eliminación casi total de la fase inicial de las partidas multijugador de un RTS, esos momentos más pausados en los que creamos unidades recolectoras para que vayan a minar o talar.
En los pequeños mapas simétricos de Battle Aces (en nuestra sesión solo había disponible uno, muy sencillo y abierto) comenzamos ya con una base construida. A las bases están ligados robotitos estáticos que generan automáticamente los dos recursos que necesitamos para construir las unidades: materia y energía. Esas reservas también se utilizan para construir más bases (hasta dos más en el escenario que jugamos), que se fabrican automáticamente en los puntos del escenario predeterminados y que también tienen sus propios bichitos mecánicos para generar materiales. El objetivo de cada partida es destruir la primera base del rival, o de los rivales: hay un modo 2 contra 2 que no pudimos probar.
Todas las unidades que construimos salen de nuestra base principal. También aquí hay una simplificación extrema respecto a lo habitual en el género. Antes de empezar la partida elegimos ocho unidades que podremos construir, varias de ellas solo disponibles cuando hagamos mejoras de investigación a la base. La sencillez también está en los controles: pulsando una tecla cambiamos entre los accesos directos de las habilidades de las unidades y los de la construcción. Generar nuevos robots es tan sencillo como aporrear una y otra vez la tecla. Con una combinación de teclas podemos seleccionar a todas nuestras máquinas a la vez, pero también podemos seleccionar varias concretas y separarlas con el cursor del ratón. No hay macros, ni nada complejo de recordar, ni que exija manejar el teclado como si fueras un pianista.
Con toda esta simplificación, lo que queda en Battle Aces es la acción y la táctica, la diversión directa y por momentos frenética. Alcanzar la victoria requiere estrategizar en dos niveles. Dentro de la partida, conlleva estar pendientes de nuestros recursos, revisar con frecuencia las unidades que puede crear el oponente en cada momento (algo que se ve rápidamente con una pulsación de botón), fabricar el tipo y la cantidad de robots adecuada para la estrategia que queramos seguir, explorar el escenario con asiduidad para disipar la niebla de guerra e identificar por dónde andan las unidades rivales, y por supuesto, comandar con cabeza nuestras tropas para mermar el ejército del otro jugador, destruir sus bases complementarias para disminuir sus recursos, y finalmente asaltar su base central para derrotarlo. Todo ello en menos de 10 minutos.
Unidades variadas y con sinergias para crear pequeños ejércitos
Pero también hay mucha estrategia antes de la partida, ya que tenemos que componer ese equipo de ocho unidades pensando en las sinergias que se producen entre ellas, en las tácticas con las que nos sintamos más cómodos, en los distintos estilos de juego que puedan tener los oponentes y cómo contrarrestarlos, y por supuesto, en el coste en recursos de cada robot. Hay máquinas más veloces y débiles y otras más lentas y robustas, las hay por tierra y aire, unas cuerpo a cuerpo y otras capaces de hacer daño desde muy lejos, algunas que se abalanzan corriendo para implosionar y varias que requieren fijarse al suelo para disparar potentes cañonazos.
Además, muchas de ellas tienen habilidades activas curiosas que requieren dominar el juego para sacarles todo el partido. Con todo esto, a pesar de esa simplificación o destilación de los conceptos básicos del RTS, la ópera prima de Uncapped Games promete ofrecer mucha profundidad: ya en estas primeras partidas trasteamos con estrategias alternativas como crear ejércitos de muchísimas unidades débiles para abrumar al contrario, o utilizar varios grupos de unidades no muy potentes que podían teletransportarse cuando se lo ordenábamos para así distraer a los robots rivales, o asaltar las bases enemigas con una armada capaz de saltar por encima de las tropas que las defienden.
La variedad y profundidad de Battle Aces está, por tanto, en la diversidad de sus unidades. En el lanzamiento habrá más de 50, una cifra que está por ver si es suficiente. Lo que no tenemos claro si nos convence es el sistema de progresión y un sistema de monetización que los desarrolladores admiten que todavía no está cerrado. Aquí no hay pases de temporada ni, de momento, microntransacciones cosméticas. Al jugar obtendremos una divisa que se puede utilizar para desbloquear nuevas unidades, pero esa moneda también se puede comprar con dinero real. Dependiendo de cómo funcione el matchmaking, esto puede rozar el pay to win, pero se podría solucionar, por ejemplo, emparejando solo a jugadores que tengan las mismas unidades desbloqueadas.
Lo que sí nos ha convencido mucho, además de las dinámicas de juego, es un estilo artístico que es mucho más agradable mientras juegas y te fijas en los detalles que en el tráiler que mostraron durante la conferencia del Summer Game Fest. Apuesta por un tono colorido donde se mezcla el gris del metal de los robots y de las construcciones con colores más chillones de los escenarios, de las explosiones y de otros efectos. Pero sobre todo destaca por las animaciones de las unidades, que son legibles a la vez que tienen, en algunas máquinas, cierto toquecito gracioso.
Habrá beta cerrada a finales de junio
Si lo que os hemos contado os resulta atractivo, estáis de enhorabuena. Vais a poder probarlo, con un poquito de suerte, muy pronto. El 25 de junio comienza una beta cerrada a la que os podéis apuntar desde la web oficial, y así comprobar de primera mano por qué Battle Aces, con sus partidas breves e intensas y sus controles accesibles, puede convencer tanto a los que echan de menos ir al cíber para jugar con sus amigos a Warcraft 3 como a los que lo más parecido que han vivido son los enfrentamientos en la Grieta del Invocador.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a una versión preliminar en el Summer Game Fest - Play Days.