Aunque sobre el papel pueda parecer formulaico, Towers of Agashba ofrece un vistazo único al prolífico género de la supervivencia sandbox con crafteo y juego cooperativo. La excusa que busca para propiciar esa experiencia es la de ponernos a los mandos de una joven aprendiz de arquitecto que, como ocurre en la vida real, acaba haciéndolo todo mientras su supuesto maestro vigila sin mover un dedo y llevándose toda la gloria.
Argumentalente, Towers of Agashba apuesta por la reconstrucción como eje de la propuesta: nuestro pueblo vuelve a una isla de la que fueron expulsados tiempo atrás, así que ahora toca reconquistar los espacios que ya habitaban ayudando de paso a traer de vuelta múltiples ecosistemas que se han marchitado fruto de una corrupción que reseca todo a su paso.
Un sandbox de gestión doble: aldeas y ciudades frente a bosques místicos
De esta manera, la estructura y el loop de juego se permiten una bifurcación muy interesante: Towers of Agashba no va sólo de crear aldeas y gestionarlas, sino que a su alrededor hay que devolverle la vida a bosques míticos que desaparecieron por culpa de la injerencia humana.
En cada uno de ellos hay una serie de criaturas a las que iremos conociendo y apuntando en una enciclopedia que nos ayudará a descubrir sus rutinas y preferencias alimenticias.
Mientras tratamos de recomponer las ciudades, construyendo edificios tanto decorativos como de producción con un sistema considerablemente bien llevado (y con una sorprendente variedad de diseños, también debemos cuidar de los bosques y de las criaturas que viven en ellos, ganando armonía con la isla para poder ir mejorando nuestra relación con la naturaleza.
Por supuesto, Towers of Agashba no se libra de los sistemas clásicos de este género: hay que fabricar mediante un sistema de crafteo que requiere talar árboles, pescar peces y matar animales. ¿Cómo cuadra eso con la supuesta relación armónica con la naturaleza? El juego lo justifica no sólo a nivel argumental, sino también a través de mecánicas que nos animan a mantener el equilibrio en el ecosistema: si talamos un árbol, podemos usar una semilla para plantar otro, por ejemplo.
Narrativa sorprendente con una singular dirección artística
Y todo esto está envuelto en una narrativa que nos ha sorprendido por el peculiar carisma que tiene, nada común en el género. Towers of Agashba tiene personajes con una marcada personalidad, diálogos simpáticos y bien escritos, criaturas no humanas que ocupan una parte fundamental de la historia y casi parecen sacadas de una película de animación… Normalmente los juegos de supervivencia disponen un mundo plano en el que la narrativa emergente de los usuarios conduce la experiencia principal, pero nos ha alegrado ver que este proyecto intercala una aventura muy sólida entre crafteo y crafteo, dándole forma a un mundo interesante, vivo e intrigante.
También en lo que respecta a su apartado audiovisual hemos notado eso, con una dirección artística que, a pesar de mezclar muchas ideas dentro de una estética tribal algo abstracta y manida, deja momentos verdaderamente impresionantes con paisajes únicos que apetece explorar. Quizás echa más para atrás el diseño tanto de los personajes humanos como de las criaturas, algo desgarbados en ambos casos, pero es una dirección artística a la que cuesta poco acostumbrarse.
Todo lo que Towers of Agashba puede mejorar en su acceso anticipado
Por supuesto, dejamos a un lado los problemas técnicos del juego que no son pocos: Towers of Agashba está en acceso anticipado tanto en PS5 como en PC, por lo que vamos a encontrarnos con fallos aquí y allá que poco a poco se irán corrigiendo (hemos podido verlo en esta primera semana jugando, con varios parches publicados en la versión de consola que han corregido errores). Quien entre aquí, como en cualquier otro videojuego con desarrollo en abierto, debe saber que se va a encontrar asperezas, inconsistencias y menús poco cómodos de utilizar.
Lo que sí nos parece algo más necesario señalar como aspecto a corregir casi con urgencia es su sistema de combate, que por plano y simple resulta frustrante. El personaje realiza unos movimientos extraños cuyo tempo no cuadra bien entre animación y acción, y eso puede llegar a dar igual en otros momentos (como al obtener materiales), pero es muy incómodo cuando toca combatir contra enemigos. Towers of Agashba tiene que mejorar ese apartado si quiere seguir ofreciendo la acción dentro de su ya de por sí amplio abanico de sistemas jugables.
Conclusiones
El estudio Dreamlit ha publicado una primera versión de Towers of Agashba muy interesante de probar, aunque todavía es complicado adentrarse en ella con toda la profundidad que requiere, principalmente por las estrecheces técnicas que presenta. Tiene buenas bases y mucho potencial por la variedad que presenta tanto en su ciclo jugable como en lo que respecta a su dirección artística, algo que ya le vale para conseguir, como mínimo, distinguirse dentro de la enorme oferta de juegos de supervivencia que existe a día de hoy. Desde este magnífico punto de partida pueden salir muchas cosas buenas, algo que iremos descubriendo a medida que avance su acceso anticipado, que tiene contenido previsto al menos hasta 2026.
Hemos realizado estas impresiones gracias a un código proporcionado por Evolve PR.