Análisis Microsoft Flight Simulator, el poder de las nubes (Xbox Series X/S)
Microsoft está decidida a crear un ecosistema en el que sus juegos están disponibles para todo el mundo independientemente de la plataforma. Ya lleva una generación en el que sus «exclusivos» de consola ya no son tal, y salen a la vez en PC e, incluso en algunos casos, algo más tarde en otras consolas. Ahora empezamos a ver un movimiento a la inversa, en el que juegos tradicionalmente diseñados como exclusivos de PC llegan a las consolas Xbox. Tras el lanzamiento de Gears Tactics, ahora es el turno de Microsoft Flight Simulator.
La ventanilla tiene que estar abierta para el despegue
Microsoft Flight Simulator, como su título indica, es un simulador de vuelo que debutó hace algunos meses en ordenadores, y que ahora llega a Xbox Series X y S con una adaptación fantástica.
Como os podéis imaginar, es un juego orientado a quienes buscan una experiencia realista, a quienes disfrutan con emular las sensaciones de pilotar un avión, y es algo para lo que la versión de PC, más personalizable, compatible con la realidad virtual y con una mayor variedad de joysticks, puede ser la elección prioritaria. Pero ¿y los que sólo quieren disfrutar de la experiencia de volar?
Hoy nos vamos a centrar en la experiencia en Xbox Series X y S y, más concretamente, en la experiencia para quienes simplemente buscan adentrarse por primera vez en este tipo de simuladores. Al fin y al cabo, la comunidad de PC y los fans más acérrimos de esta saga ya saben lo que tiene que ofrecer esta entrega, y creemos que es más interesante centrarnos en ese nuevo público que, además, gracias a Game Pass, tiene Microsoft Flight Simulator más a la mano que nunca antes.
Lo primero que queremos dejar claro es que Microsoft Flight Simulator puede ser en consola tan exigente como queramos, pero es un juego que cuenta con multitud de ayudas para hacer que los vuelos sean mucho más accesibles. Nunca va a llegar a ser arcade como tal, pero sí que es fácil volar con apenas tres o cuatro botones, y con constantes ayudas en pantalla para saber lo que tenemos que hacer. Además, contamos con un completísimo tutorial con el que podemos aprender a volar como profesionales, descubriendo la enorme cantidad de elementos que podemos –y necesitamos– controlar y ajustar en cada vuelo, así como la no menor cantidad de factores que los condicionarán.
Por favor, cierre la bandeja hasta que estemos en el aire
Para quienes no estén familiarizados con Microsoft Flight Simulator, una pregunta es lógica: ¿de qué va esto? ¿Hay objetivos? ¿Hay «juego»? Bueno, el «juego», en realidad, es precisamente aprender a volar y llegar a nuestro destino con éxito. Como decimos, hay multitud de ayudas que facilitan esto, por lo que despegar en el punto A, volar y aterrizar en el punto B puede ser una tarea bastante sencilla. Esto no quita que aun así sea tremendamente disfrutable, y que pueda ser muy pacífica y relajante.
De todos modos, tenemos una serie de desafíos, pruebas de aterrizaje bajo ciertas condiciones o vuelos de «supervivencia» en los que llegar al objetivo con los elementos en nuestra contra. Estos son, quizás, esos modos más «ludificados», por llamarlos de alguna manera; modos en los que hay un objetivo y nuestra habilidad es la principal herramienta para superarlos. Aparte, tenemos un modo descubrimiento en el que podemos hacer tours por diferentes enclaves del mundo y descubrirlos desde los cielos. Por supuesto, podemos elegir cualquier punto del planeta y volar libremente a donde queramos.
Y es que ahí está la clave de Microsoft Flight Simulator. Tenemos el mundo a nuestra disposición. Podemos ir a cualquier parte de la Tierra con nuestro avión y estará ahí recreado en tres dimensiones. Sí, no todas las ciudades tienen el mismo nivel de detalle, pero Microsoft y Asobo están trabajando continuamente para sacar actualizaciones gratuitas que incluyen nuevas zonas revisadas y mejoradas. Estas aparecen como descargas gratuitas en la tienda interna del juego, y requieren, en el momento de escribir este análisis, algo más de 28 Gb si queremos tenerlas todas. Por suerte, podemos descargarla independientemente si sólo queremos una zona en concreto.
¿El cinturón?
La hazaña de recrear el mundo entero sería algo menos impresionante si no se hubiese hecho con semejante apartado audiovisual. Microsoft Flight Simulator es, sin duda alguna, uno de los juegos más impresionantes desde un punto técnico, y todavía lo es más en Xbox Series X, donde se mueve prácticamente igual que en PC en Ultra. Aun funcionando a 1440p y a 30 imágenes por segundo, el resultado es fantástico, ya que siendo un juego tan pausado la reconstrucción de imagen no deja una imagen que parece 4K, y la tasa de imágenes es más que suficiente. Hay algunos tironcillos puntuales en las áreas más densas, pero personalmente nunca nos han parecido un problema.
También vamos a encontrar errores, pero en la titánica tarea de recrear el mundo entero es normal que no se haya podido revisar manualmente todas y cada una de las coordenadas. Si es fácil encontrar problemas en un juego tradicional con escenarios hechos a manos, imaginaos en un juego que usa nuestro planeta como escenario.
El mayor problema que hemos encontrado ha sido la transición a los controles. Es un juego que, claramente, necesita, más botones de los que tiene un mando, y interactuar con los menús mientras volamos –o incluso en los menús normales del juego– puede hacerse bastante torpe. Como con todo, te acabas acostumbrando, pero creemos que había margen de mejora en la adaptación y que el equipo podría haber sido un poco más ambicioso en este aspecto.
Cabin crew, prepare for landing
Creemos que es importante aplaudirle a Microsoft por traer un juego como Microsoft Flight Simulator a consolas (y a la nube), permitiendo que llegue a un nuevo público en el que, quién sabe, pueden encontrarse algunos de los futuros mayores seguidores de la saga. Se trata de un juego muy profundo y complejo para quienes disfruten de la simulación de vuelo, pero también lo suficientemente accesible para que todo el mundo pueda probarlo y, al menos, disfrutar de esa sensación de surcar los cielos. Es uno de esos juegos que si es para ti lo sabes desde antes de su lanzamiento; si, al menos, te llama la atención, asegúrate de probarlo con Game Pass. Es posible que te lleves una gratísima sorpresa.
Hemos realizado este análisis en Xbox Series X descargando el juego con una suscripción a Game Pass.