Análisis de Voodoo Vince: Remastered (Xbox One, PC)
No es el juego de plataformas más conocido del mundo, eso está claro. Pero a pesar de eso Voodoo Vince (2003) fue un entretenido y muy notable título de plataformas 3D que apareció de manera exclusiva en Xbox, una aventura que pasó un tanto desapercibida en su momento. De eso hace ya cerca de 15 años y, dado que el género ya no es lo que era en cuanto a popularidad se refiere, Beep Games ha querido llenar el hueco existente con la remasterización de esa misma producción.
Estamos ante una puesta al día que meramente mejora todo lo relacionado con los aspectos técnicos del título, nada más, por lo que aquellos que estén buscando la introducción de alguna novedad jugable importante pueden quedar algo decepcionados. A pesar de esto seguimos estando ante un juego realmente divertido, por lo que quienes se lo perdieron en su día, seguramente mostrarán bastante interés hacia esta obra destinada a Xbox One (versión que analizamos) y PC dado que además goza de un precio bastante reducido, menos de 15 euros.
Retos muy divertidos
El argumento que sostiene a la aventura no es que sea demasiado original, pero sirve para que el título arranque con cierta gracia. Unos polvos mágicos (polvos zombi) de gran poder son robados por los esbirros del malo correspondiente llamado Cosmo Enigmático, unos polvos que estaban en posesión de la experta en vudú Madame Charmaine. Sin embargo antes de que esto suceda y de manera accidental, parte de estos polvos caen sobre un muñeco de vudú… que se convierte en el protagonista principal.
Vudú Vince comienza su viaje justo a partir de entonces, un periplo en el que debe recorrer una especie de versión alternativa de la ciudad norteamericana de Nueva Orleans en la que tiene que rescatar a su "creadora" y, de paso, acabar con Cosmo. Y para ello deberá invertir unas ocho horas y superar una amplia cantidad de retos y desafíos de todo tipo, dando forma a una aventura bastante variada que además ha envejecido bastante bien dentro de lo que cabe.
Ante nosotros tenemos nada menos que 30 niveles de diversas características y tamaño muy variable que han sido agrupados en media docena de ambientes diferentes, desde un cementerio a un parque de atracciones tétrico de veras. Una ambientación muy apropiada para el desarrollo de la aventura.
La variedad de situaciones que propone el juego sólo es comparable a la amplísima cantidad de ingredientes que incluye. Tan pronto estamos dando saltos sin cesar para superar ciertas secciones de plataformas como, acto seguido, nos vemos envueltos en minijuegos tremendamente buenos (algunos a bordo de varios vehículos) o tenemos que combatir a una cantidad estimable de jefes finales. Y a todo esto se suma una fuerte presencia del componente exploración, siendo muy necesario investigar a conciencia los decorados para ir recogiendo distintos objetos.
Los puzles tampoco han sido descuidados y se ha planteado una buena cantidad de ellos que añaden todavía más variedad al asunto. Y para que no falte de nada, el sentido del humor que se ha impregnado sigue siendo tan fresco como lo fuera en su estreno en Xbox. Una aventura muy completa en todos los sentidos.
Se trata de una propuesta que es de todo menos repetitiva y reiterativa, ofreciendo además cierto grado de innovación en según qué aspectos, como por ejemplo la capacidad del protagonista de utilizar poderes especiales.
Podemos llegar a conseguir unas 30 de estas habilidades, que nos ayudan a eliminar a los rivales de las formas más curiosas que podáis imaginar. Transformarnos en motosierras y otras armas o incluso presenciar cómo somos acribillados a tiros por un coche repleto de gánsteres son algunos ejemplos de lo que podemos esperar de este juego en este sentido. Y dado que al ser un muñeco no puede ser destruido, los efectos adversos de cada matanza sólo afectan a los rivales. Eso sí, no es gratis el empleo de dichos poderes ya que es necesario disponer de una cantidad determinada de polvos de zombi para usarlos.
Sin embargo y a pesar de las virtudes que posee la aventura, también debemos citar algunas irregularidades. La principal es el seguimiento por parte de la cámara que, como ya sucedía con el título original, da problemas en según qué entornos, especialmente en los que son más angostos y pequeños.
También se deja notar la edad que tiene el juego en varios aspectos, como por ejemplo en el diseño de algunos niveles que, en los tiempos actuales, se muestran bastante anticuados y faltos de gracia alguna. Por fortuna no son muchos los que presentan este defecto, pero los hay.
Y para terminar y a pesar de que se trata de una remasterización, lo cierto es que técnicamente esperábamos más de este título. El original gozó de un gran apartado técnico para lo que estábamos acostumbrados en aquella época, pero en la actualidad todo se muestra demasiado poligonal, falto de detalle y muchos escenarios transmiten una sensación de estar muy vacíos. Eso sí, los 60 cuadros por segundo a los que transcurre la acción (como ya sucedía con el juego primigenio de Xbox) son muy estables, factor muy agradecido en este tipo de aventuras, especialmente cuando llega la hora de afrontar los retos plataformeros más difíciles.
El sonido sí que se ha comportado de manera más solvente a pesar del tiempo transcurrido. La banda sonora, sin ser sobresaliente, nos regala temas muy influidos por el estilo jazz y el gospel, efectos bastante diversos y un doblaje en inglés con subtítulos en español notable.
Plataformas nostálgicas interesantes
Dado que no fue un título muy popular en su época, muchos descubrirán por vez primera este juego de plataformas 3D con altas dosis de humor y puzles. Voodoo Vince: Remastered si bien no deslumbra desde el punto de vista técnico y jugable como lo hiciera en su día en la primera Xbox, sigue mostrando muy buenas maneras.
Hemos realizado este análisis en su versión de Xbox One con un código de descarga proporcionado por Beep Games.