Análisis de Left 4 Dead (Xbox 360, PC)
Larga ha sido la espera
Left 4 Dead comenzó a fraguarse hace ya más de tres años, a mediados de 2005, por la desarrolladora Turtle Rock Studios, grupo de programación bien conocido en el mundillo por sus colaboraciones en sagas como Counter Strike, por resaltar la más conocida.
A principios de 2008, se anunció que Valve compraba a dicho estudio, y que el juego se retrasaría unos meses.
Cuando el año está a punto de terminar, llega la explosión en forma de hordas infectadas que se mueren por abalanzarse sobre nosotros, a PC y X-BOX 360.
La invasión del año
Ya desde la introducción se dibuja a grandes rasgos el planteamiento general del juego, con un vídeo que nos muestra a los cuatro protagonistas de la historia luchando por escapar de sus enemigos. Nos ha gustado mucho por su gran calidad y ritmo trepidante.
Y lo visto en dicha secuencia introductoria no es más que una pequeña muestra de lo que nos espera. Cuatro personas luchan desesperadamente por escapar de las zonas infectadas por la pandemia vírica, que ha convertido al resto de ciudadanos en una jauría sedienta de sangre.
A través de la perspectiva subjetiva de este shooter, debemos pelear duro y correr para salvar el pellejo: un planteamiento tan sencillo como adictivo.
A este último reducto de humanos se les conoce como Los Supervivientes, y su periplo nos recuerda, indefectiblemente, a películas del género como por ejemplo 28 semanas después, en las que la amenaza puede atacarnos a gran velocidad y con cierta inteligencia; por contra a lo visto en títulos como los primeros Resident Evil.
El grupo superviviente es escaso pero muy dispar. Así tenemos a Zoey, una joven y hermosa estudiante amante de las películas de terror; Bill, el maduro militar con experiencia de combate en Vietnam; Francis, el motorista de color tatuado; y Louis, el elegante programador de una importante compañía informática. Todos juntos han de aunar esfuerzos si quieren contarlo.
La unión hace la fuerza
Left 4 Dead ha sido concebido como un título en el que el término cooperativo nunca había tenido tanta fuerza. Sea cual sea el modo de juego elegido, ayudar y ser consecuente con el resto de compañeros es vital para salvar el cuello. Quid pro quo, hoy por ti y mañana por mí. Si, por el contrario, decidimos ir a nuestro aire tenemos un alto porcentaje de probabilidad de acabar tirados tan solos como muertos.
El juego permite partidas en grupos de cuatro jugadores para el modo normal de campaña, o hasta ocho si elegimos la modalidad Enfrentamiento, de la cual os hablaremos en detalle más adelante.
Podemos elegir entre jugar nosotros solos –sin conectarnos a servidor alguno–, y que el resto del grupo lo formen jugadores controlados por la IA del juego –muy buena por cierto–; o pasar directamente a la que es la esencia misma de Left 4 Dead: conectándonos con tres amigos más para tratar de sobrevivir por todos los medios posibles. Si no se llena el cupo de jugadores humanos, la IA se encargará también de controlar al equipo restante. Lo bueno es que el sistema nos permite conectarnos a una partida, aunque ésta ya esté empezada, siempre que haya algún hueco libre en la misma.
A lo largo del análisis haremos hincapié en las facetas y elementos que contiene el juego a favor de la cooperación con el resto de jugadores.
Dados por muertos
Entremos ya de lleno en el modo principal de juego. Hayamos elegido jugar solos con la única compañía de la IA del juego, o vayamos acompañados de otros tres amigos de carne y hueso, empieza aquí una de las experiencias más intensas que hemos visto en un videojuego este año.
La versión de consola permite jugar en cooperativo a través de Internet usando un modo a pantalla partida, para que de ese modo dos personas puedan intervenir al unísono desde un mismo sistema.
Se conoce que la versión de PC también cuenta con esta característica, aunque al parecer no de forma oficial; con lo que nos tememos que habrá que acudir a la consola de comandos para habilitarla.
Esta modalidad rezuma un aire cinematográfico inconfundible, detalle totalmente patente desde la pantalla de carga, adornada con una imagen en forma de póster de película, que nos muestra la información de la campaña que vamos a jugar, y de los jugadores que van a formar parte de la misma. Es, sin duda, una de las claras muestras del mimo por el detalle que han tenido en la elaboración del juego.
Left 4 Dead cuenta con un total de 4 campañas, compuesta cada una por 5 niveles, lo que nos da un total de 20 mapas que podremos jugar en cualquier orden. No es necesario hacer las campañas en un orden preestablecido, ya que la concepción de cada una es como una pequeña película de terror y suspense con su propio póster promocional –como ya hemos dicho, durante la pantalla de carga–, y sus créditos finales al terminarla, donde aparecerán las estadísticas para saber quiénes han sido los mejores del equipo en varias categorías: como por ejemplo los que menos daño han recibido, los más certeros en su puntería, los que más han matado a un determinado infectado y un largo etcétera. Cada campaña tiene una duración más que respetable de entre aproximadamente una hora y media o algo más de dos horas. Además, podremos elegir entre cuatro niveles de dificultad a la hora de afrontar cada una de las campañas, siendo su modo normal un reto más que serio.
Confiemos en que, con el tiempo, se vayan añadiendo nuevos niveles al conjunto, ya sea a través de actualizaciones oficiales, o del incansable trabajo y dedicación de la comunidad modder en PC.
Una vez cargada la partida, comenzamos en un refugio donde podemos equiparnos de entre una selección de armas básicas, medicina y munición. Dichos refugios son –por regla general– el punto donde igualmente terminan los niveles; aunque habrá excepciones en las que se nos evacúe desde por ejemplo un helicóptero o avión.
Tenemos a nuestra disposición una serie de armas y objetos que nos ayudarán en nuestro periplo por salvar la vida. El arma básica de todo superviviente –siendo además la única que pueda usar al ser abatido–, es la pistola M1911. Tiene munición ilimitada y, si conseguimos encontrar a su pareja, podemos desenfundarlas las dos al mismo tiempo para infringir una mayor cantidad de daño. Eso sí, a pesar de contar con balas infinitas, hay que recargarla cuando el cargador se vacíe.
Sólo podremos portar, además de la mencionada pistola, otra arma de munición finita. Debido a esta limitación será inteligente por nuestra parte si sabemos racionalizar las balas con cabeza, o nos veremos en un serio apuro. En este grupo encontramos la mítica ametralladora Uzi, el rifle de asalto M16A3, la escopeta recortada convencional, la escopeta automática de rápida repetición Benelli M4 Super 90 y un rifle de francotirador ideal para las largas distancias.
Iremos encontrando repartidos por los niveles puntos en los que se nos dará munición para poder reponerla. Suele ser en zonas en las que la cantidad de hordas enemigas que nos asedien son alarmantemente elevadas.
En puntos estratégicos de algunos niveles, hallaremos unos puestos con ametralladora tipo minigun de munición infinita, que serán de gran utilidad para eliminar toda amenaza que se ponga a tiro.
Del lado armamentístico también encontraremos en los niveles una pequeña variedad de explosivos: cócteles molotov y una bomba denominada Casera, que incorpora una luz intermitente que una vez lanzada, y antes de hacer explosión, atrae a todos los infectados cercanos a ella como polillas hacia la luz. Sólo podremos llevar una de estas bombas y únicamente de un tipo en nuestro inventario.
Otra forma de hacer volar por los aires a nuestros enemigos es haciendo uso de pequeñas bombonas de propano y garrafas de gasolina. Las podremos colocar estratégicamente para luego reventarlas al aproximarse a ellas la horda enfurecida de infectados.
El último elemento de ayuda en nuestro inventario, pero no menos importante, es la medicina. Habrá de dos tipos: unos botiquines grandes de primeros auxilios que nos ayudan a recuperar hasta un 80% de la salud, y unas píldoras analgésicas que serán útiles únicamente en casos desesperados, ya que tras curar hasta un 50% de vida, ésta empezará a decrecer lentamente hasta volver al estado en el que estábamos antes de tomarlas.
Estos dos remedios médicos pueden ser usados con nosotros mismos o, si somos lo suficientemente humanitarios, con el resto de nuestros compañeros.
Todos los supervivientes portan una linterna. Fácilmente se podría caer en el error de pensar en la misma como un accesorio irrisorio, pero cobra una especial importancia cuando su haz se convierte en la única luz que tenemos para guiarnos al adentrarnos por oscuros pasajes en edificios o exteriores.
Un detalle que nos ha llamado poderosamente la atención es la representación de los jugadores que no tenemos directamente a la vista. Podremos localizarlos gracias a unas aureolas de colores que serán visibles aun a través de obstáculos opacos como paredes o puertas. Gracias a este sistema será sencillo encontrar al grupo o a un jugador en concreto que pueda necesitar de nuestro auxilio.
Otro detalle interesante que ayuda al elemento de cooperación es en este caso sonoro y no visual. Cuando cualquiera del grupo encuentre algo de utilidad para todos como armas, munición, bombas o botiquines; alertará inmediatamente a los demás de viva voz. Así, cada uno puede ir registrando en distintos rincones –siempre procurando no alejarse mucho entre sí–, y se completa el trabajo de exploración de forma más rápida y efectiva.
Como os comentamos anteriormente, la cooperación con el resto del equipo –en esta faceta ayuda mucho la posibilidad de comunicación a través de micrófono–, será imprescindible para salir airosos de las situaciones más peliagudas. Hay momentos en los que somos derribados por un infectado, y será preciso que un compañero venga en nuestro auxilio para levantarnos y poder seguir luchando.
Debemos tener cuidado de no ser derribados muy a menudo, ya que podría suponer un peligro para nuestra vida. Si tras acabar con nuestros huesos en el suelo dos veces, no atendemos nuestras heridas con medicina, experimentaremos una visión distorsionada de nuestro alrededor en blanco y negro. Si volvemos a ser abatidos, significará nuestra muerte. Pero, al morir no siempre habrá que esperar hasta el siguiente refugio para volver a jugar. Existen puntos repartidos por los niveles en los que podremos ser revividos para volver a unirnos a nuestros compañeros y continuar la batalla por la supervivencia.
Nos encanta el planteamiento visceral del juego en el que no se han andado con chiquitas para representar la crudeza de las situaciones. Volarle la cabeza a un infectado no será únicamente efectivo y espectacular, sino que se verá recompensando en las estadísticas del juego. Además, no se trata de sadismo por amor al arte, sino que cumple un cometido clave para una correcta ambientación, siendo ésta uno de los principales pilares del título.
Los otros
¿Por qué no conviene alejarse demasiado del resto del grupo? Pues porque el único peligro no son las hordas de infectados ordinarios. Hay unos pocos a los que la exposición al virus –una especie de versión mutada de la rabia–, les ha conferido un aspecto y habilidades horribles. Son menos numerosos pero su sola presencia es motivo de alarma para todo el grupo. Una vez que un miembro los avista, alerta al resto para que estén atentos. También podemos detectar su presencia gracias a los mensajes de texto de la zona inferior de la pantalla o por el método más escalofriante, por el ruido que hacen. Y es que cada uno de ellos cuenta con su propio y característico sonido que los diferencia del resto.
Vamos a echar un vistazo rápido a este elenco de joyas. Empezamos con el Boomer, un infectado de aspecto obeso y cuerpo deformado con múltiples protuberancias, cuyo ataque más peligroso es el vómito de su desagradable bilis color verdoso. Ya sea por contacto de ésta o de su sangre si revienta muy cerca nuestro, al quedar impregnados de tan agradables sustancias, pasaremos a ser un fuertísimo reclamo para el resto de infectados de a pie que se abalanzarán como locos contra nosotros, al tiempo que nuestra visión queda enturbiada de color verde durante unos agónicos segundos. Son fácilmente reconocibles por el sonido de regurgitación que los precede.
Por otro lado está el Smoker, cuyo apéndice más desarrollado es sin duda su lengua. Puede extenderla hasta 15 metros para atrapar a un miembro de los supervivientes infringiéndole un gran daño, especialmente si logra dejarlo colgado durante varios segundos. Una vez eliminado, deja tras de sí una densa niebla de humo –de ahí su nombre–, que provoca que los jugadores cercanos comiencen a toser repetidamente, y no puedan usar comandos de voz durante ese tiempo. Si escuchamos constantes carraspeos, más vale que nos pongamos en guardia, pues significa que uno de estos seres está al acecho.
Una serie de turbadores rugidos felinos nos ponen en guardia ante la más que probable presencia de un Hunter, cuyo ataque más mortífero nos deja tumbados e indefensos hasta que otro compañero lo abata y nos ayude a levantarnos.
El siguiente en nuestra lista es el temido –y con razón– Tank, cuyo nombre ya viene a darnos una pista acerca de su tamaño y características. Es el más fuerte y grande de todos los infectados y a pesar de ser algo lento en sus movimientos, sus contundentes manotazos y la capacidad de arrojarnos elementos de gran tamaño como pedruscos o incluso coches, lo convierten en un enemigo temible. Afortunadamente no será tan numeroso como el resto, pero si percibimos un temblor semejante al de un terremoto, más nos vale ponernos a cubierto.
Hemos dejado para el final a nuestro infectado favorito; o deberíamos decir mejor infectada. Resulta inconfundible saber cuando estamos cerca de una Witch, ya que sus lamentos y la música que los acompañan, nos pondrán en seguida sobre aviso. Su cercanía es el único momento durante todo el juego en el que más nos vale apagar las linternas para no asustarla. Una vez localizada, podemos optar por dos estrategias: o bien sincronizarnos con el resto del equipo para freírla a tiros, o bien ignorarla y seguir nuestro camino. Si no la molestamos, ella no nos creará problemas. Ahora bien, si se asusta por obra y gracia de alguno de nuestros compañeros, saltará encima de él y empezará a propinarle fuertes golpes. No debemos confiarnos por su aspecto delgaducho y abatido; si se la molesta, puede ser un enemigo veloz y complicado de eliminar.
El modo Enfrentamiento
Además de la campaña, podemos acceder a otro modo muy divertido llamado Enfrentamiento; eso sí sólo se podrá jugar a través de Internet. La propuesta aquí es la siguiente: dos bandos luchan por obtener la mayor puntuación posible, los supervivientes y los infectados. Un total de ocho jugadores –cuatro por equipo– lucharán por ser los vencedores y se intercambiarán automáticamente de bando al finalizar cada ronda.
Sin duda el gran aliciente aquí es el de poder jugar como un infectado. Pero, como es lógico, no encarnaremos a un simple y frágil viandante; sino que el juego nos asignará aleatoriamente a uno de los especiales que ya hemos visto, con la excepción de la Witch que no estará disponible. Así podremos encarnar a un Smoker con su peligrosa lengua, a un Boomer y sus flatulencias, a un Hunter con su rápido ataque e incluso, en ocasiones, se nos permitirá controlar durante unos pocos segundos a un Tank, sembrando el caos y el terror con sus fuertes golpes y lanzando objetos de gran tamaño a los acongojados humanos. Eso sí, como Tank tendremos un medidor de frustración, lo que significa que si pasados unos segundos no hemos sido capaces de alcanzar a ningún enemigo, perderemos el control sobre el mismo, pasando el relevo a otro compañero de equipo.
Repartidos por algunas zonas hay unos puntos que pueden aprovechar los infectados para escalar por paredes y verjas, permitiéndoles alcanzar puntos más elevados desde los que acechar a los supervivientes. En otros podremos servirnos de nuestra fuerza bruta para atravesar tabiques y entrar en habitaciones desde las cuales preparar una emboscada.
Logros y estadísticas
Antes os decíamos que al finalizar cada campaña, se nos ofrecía información relativa a nuestra actuación en la misma y es que en Left 4 Dead, las estadísticas son importantes. Como buen juego de X-BOX 360 que se precie, incluye varios logros que representan un divertido reto a completar. La versión de PC también incluye exactamente los mismos –un total de 51–, que abarcarán como siempre toda clase de desafíos, como por ejemplo matar a un Tank antes de que lastime a nadie, acumular hasta un total de 101 infectados incendiados, etc.
Una experiencia nueva cada vez
Uno de los grandísimos aciertos por parte de los programadores, ha sido la inclusión del llamado sistema Director. Gracias al mismo, múltiples elementos como la colocación de enemigos y armas son aleatorios.
Además, el comportamiento de la IA también varía en cada partida, aumentando la sensación de realismo a la experiencia que nos propone Valve.
Esto proporciona un dinamismo que mejora notablemente la rejugabilidad del título, ya que por mucho que repitamos un mismo nivel, no siempre vamos a encontrar aquel enemigo o explosivo donde pensábamos que estaría.
Conectados a nuestros amigos
Left 4 Dead incluye múltiples modos para acceder a las partidas online, poniendo especial atención a mantenernos puntualmente informados de cuándo están nuestros amigos conectados. Tanto a través del sistema de amigos de X-BOX Live en la consola de Microsoft, o del Steam en PC, ya desde el menú principal podemos acceder a una lista que nos permite entrar en partidas –siempre que haya hueco libre– que en ese momento estén disputando nuestros amigos. También se nos da la posibilidad de acceder al resto de partidas gracias a un intuitivo menú en el que viene todo agrupado, evitando confusiones y haciéndose muy sencillo de utilizar desde la primera partida.
Apartado técnico
No sólo de gráficos se alimenta un título de calidad en los tiempos que corren. Para muchos, Left 4 Dead ha resultado una decepción por un apartado gráfico que consideran obsoleto. Pero en Vandal siempre nos gusta mirar más allá. Hay que tener muy presente que el motor que sustenta la última obra de Valve continúa siendo el Source –usado en Half-Life 2 y sus episodios, entre otros–, y que por tanto ya tiene bastantes años a sus espaldas. Sin embargo, y con el paso del tiempo, ha ido incorporando una serie de mejoras y actualizaciones que están presentes en Left 4 Dead.
Es cierto que no tiene unas texturas ni carga poligonal de órdago, pero resulta un detalle sin importancia en comparación con todas las bondades que ofrece. Nos pone en pantalla y de forma simultánea una cantidad ingente de enemigos sin que el rendimiento se vea penalizado por eso.
Los escenarios son variados y ricos en detalles, desde el interior de un apartamento en ruinas, pasando por un aeropuerto masacrado o las zonas rurales en las afueras del núcleo urbano.
Tiene una iluminación notable; no hay más que ver los momentos en los que la penumbra se cierne sobre nosotros y la socorrida linterna surge en nuestra ayuda, proyectando inquietantes sombras a nuestro alrededor que más de una vez nos pondrán los pelos de punta.
No podíamos dejar de comentar uno de los mejores aportes técnicos de todo el título: las apabullantes animaciones de los personajes, especialmente de los infectados. Ver a una multitud incontrolada corriendo hacia nosotros, escalando a posiciones más elevadas para atraparnos, huyendo desesperados pastos de las llamas y, sobretodo, cayendo hacia atrás como resultado de la física aplicada a la animación cuando son alcanzados por nuestras balas, no tiene precio.
Lo mejor del motor Source, sin ánimo de descubrir la pólvora a estas alturas, es que es una delicia en cuanto a optimización. No es necesario disponer de una máquina de última generación para poder disfrutar de un buen acabado técnico y una tasa de fotogramas estable.
La inteligencia artificial es otro de los puntos fuertes del título de Valve. Si bien es cierto, sobretodo en los modos más sencillos de dificultad, nos encontramos en ocasiones con infectados no muy dados a cazarnos, habrá otros momentos en los que más nos vale rezar todo lo que sepamos. Hemos visto detalles que nos han llamado poderosamente la atención, como por ejemplo cuando cerramos la puerta de una habitación; y al poco, llegan varios enemigos a la misma. Incluso cuando no sepan abrirla, empezarán a destrozar la hoja en un desesperado intento por hacerse paso.
También sabrán coordinar sus ataques, apareciendo numerosos grupos de infectados por varios flancos al mismo tiempo, con la clara intención de provocar el caos entre nosotros y que nos dispersemos para que seamos más vulnerables.
La música y el sonido juegan un papel clave en la ambientación de todo el conjunto. Van cogidos de la mano pues se complementan en cada momento, aportando distintos matices de ritmo; ya sea para expresar el caos de los momentos de mayor acción, o para ponernos de punta hasta el vello de la nuca con escenas que parecen sacadas de la peor de las pesadillas imaginables.
Como dijimos anteriormente, cada uno de los infectados especiales tiene su propio y característico sonido, y si hay un momento que nos encandila especialmente en el apartado que nos toca, es cuando nos encontramos con una Witch. La música se torna tenebrosa, con el sutil coro de voz femenina como principal instrumento y, a lo lejos, en alguna parte, oímos el llanto inconsolable de la, en apariencia indefensa y derrotada, Witch. En una palabra: sublime.
El juego ha sido totalmente traducido y doblado a nuestro idioma, desde el vídeo de introducción hasta las voces de los protagonistas. El doblaje nos ha parecido excelente, por encima de la media de hecho, y sobretodo comparándolo con otros títulos de Valve distribuidos en nuestro país.
Valoración final
Ha sido uno de esos juegos que la comunidad de jugadores ardía en deseos por comprobar si las expectativas se cumplirían, si tanto retraso valdría finalmente la pena o no. Bajo nuestro punto de vista, la espera ha valido totalmente la pena. Nunca podremos saber cómo habría quedado el juego final si hubiese visto la luz cuando estaba previsto inicialmente, y antes de que Valve absorbiese a Turtle Rock, pero nos gusta pensar que el tiempo y dedicación extras han dado sus frutos.
Como puntos negativos que le podamos achacar tenemos que quizá nos habría gustado ver más misiones disponibles en el modo campaña, si bien es cierto las que incluye cubren un buen número de horas, y son altamente rejugables por todos los motivos ya comentados. Pero lo que más nos habría gustado, es que permitiese partidas en cooperativo con más de 4 jugadores.
Además, a día de hoy al menos, vemos una cantidad bastante limitada de servidores dedicados. Esperemos que su número vaya en aumento a medida que crezca la demanda, porque resulta complicado hospedar una partida con cuatro jugadores humanos en un servidor local, dadas las limitaciones de ancho de banda de subida presentes en la mayoría de conexiones en nuestro país.
De resto nos parece un título excelente, que ofrece una experiencia cinemática que es intensa con una elevada dosis de acción y suspense. Resaltando especialmente la sobresaliente ambientación, tanto visual como sonora.
Nunca antes matar zombies –o infectados como en este caso– había resultado tan divertido y frenético. Nunca a un grupo al que habían dado por muerto, había presentado tanta guerra, y como reza el póster de la pantalla de carga de la campaña Alta médica: "Curan la infección… Con jarabe de plomo".