Análisis de Hydro Thunder Hurricane XBLA (Xbox 360)
Hydro Thunder fue un divertido arcade de lanchas acuáticas desarrollado por Midway que apareció en los salones recreativos allá por el año 1999 y que unos meses después fue lanzado para Dreamcast, en unos tiempos en que este tipo de máquinas daban sus últimos coletazos en occidente, al año siguiente aparecían versiones para Nintendo 64 y PlayStation.
Este juego se puede considerar de una serie de títulos de velocidad que creó Midway junto a Offroad Thunder de ese mismo año, 4 Wheel Thunder del año 2000 y exclusivo de Dreamcast, y Arctic Thunder del 2001 ya para PlayStation 2 y Xbox, todos juegos arcade de velocidad bastante correctos en los que podíamos controlar desde buggys a motos de nieve.
Ahora llega a Xbox Live Arcade formando parte de la campaña Summer of Arcade y bajo el sello de Microsoft Game Studios una continuación de Hydro Thunder, que de todos estos juegos de la saga Thunder quizás sea el más recordado y el que mejor sabor de boca dejo, y que viene a cubrir un hueco el de las carreras arcade que no sean de coches que muchos venían reclamando no estaba bien cubierto en Xbox 360.
El juego consiste en disputar carreras contra otros quince participantes en ocho circuitos acuáticos distintos, que pueden parecer pocos aunque son muy variados en su temática y cuentan con distintos atajos, además de que en cada una de las vueltas irán ocurriendo distintos eventos que variarán el trazado por lo que nunca la primera vuelta será igual que la última. El control de las naves, que es la manera de nombrar en el juego a los vehículos ya que de lancha tienen poco, es bastante sencillo y pese a que contamos con un botón de frenar además del acelerador es raro que lo usemos en las primeras horas de juego ya que la base de la jugabilidad radica en el buen uso del turbo.
Recogeremos una bombonas por los escenarios que nos aumentarán la barra de turbo, este se activa con el botón A y su uso es muy frecuente ya que encontraremos multitud de estos ítems por el escenario por lo que si no nos estrellamos iremos enlazando la recogida de estos y casi nunca nos quedaremos dejaremos vacía la barra de turbo. En los giros y curvas más cerrados enseguida nos daremos cuenta que lo mejor para encararlos no es pulsar el freno sino que es soltar el acelerador y una vez esté orientada nuestra nave de manera correcta deberemos activar el turbo, por lo que estamos ante un juego frenético en el que nos olvidaremos del freno y deberemos hacer rápidos giros combinados con un buen uso del turbo. En las fases más avanzadas y con las naves más rápidas deberemos por primera vez aprender a usar el freno ya que estas se descontrolan bastante por lo que la dificultad se dispara en estos últimos niveles alargando bastante la duración del juego.
También contamos con un botón de salto que solo estará disponible cuando tengamos el turbo activado, este nos servirá para superar obstáculos, saltar por encima de los rivales y recoger objetos que se encuentren en el aire, por lo que aporta al juego un ingrediente más a la diversión que le sienta muy bien, además tendremos que usar la aspiración o rebufo situándonos en la estela que dejan nuestros rivales y que cuanto más cerca estemos de ellos más velocidad nos permitirá alcanzar. Las naves están divididas en tres categorías: novato, profesional y experto.
Las primeras son lentas pero fáciles de controlar, las profesionales tienen un buen equilibrio entre velocidad y manejo, y las experto son las más rápidas pero exigen una gran habilidad con el mando. Dentro de esta diferenciación también influye el tipo de casco que tengan las naves por lo que las diferencias entre naves se notan mucho en la conducción y no son una mera anécdota en el diseño como en otros juegos arcade.
El juego es frenético y nuestra nave estará volando a menudo por los aires momento en el que también la podremos controlar para caer en el lugar apropiado, esto es debido al trazado de los circuitos contienen numerosos saltos y caídas algunas enormes pero aún con esto nunca tendremos una sensación de descontrol de nuestro vehículo.
Los eventos que ocurren en los escenarios intervienen en las carreras y en ocasiones tendremos que esquivar elementos que caen en el trazado como árboles o trozos de hielo, bestias marinas e incluso una estatua gigante vikinga que quiere acabar con nosotros, aquí la lógica no tiene cabida, a veces incluso la policía u otro tipo de vehículos aparecerán en la carrera sin otro objetivo que incordiar a todos los corredores. Los circuitos son pocos pero tienen muchas sorpresas escondidas y tendremos que recorrerlos muchas veces para llegar a conocer todos sus rincones y atajos, estos se activan recogiendo unos objetos que son los que nos abren las puertas a esos nuevos lugares del trazado. Además cada escenario cuenta con diez logos del juego haciendo un total de 80 que deberemos recoger en cualquier modo de juego, algunos bastante escondidos y que conseguirán picar a más de uno para conseguirlos todos.
Mucha velocidad, escenarios originales y divertidos, una jugabilidad muy accesible aunque con cierta complejidad según avanzamos y que cuenta con dos elementos como el salto y el turbo que aportan mucho sin complicar el juego, en definitiva el mejor adjetivo que se nos ocurre para valorar este juego y que hace unos años era el único y verdaderamente importante en cualquier videojuego, es un título muy divertido. Un juego muy directo pero sin llegar a ser superficial que nos hace recordar los viejos tiempos de las máquinas recreativas de hace unos diez o quince años, juegos arcade sin complejos que nos enganchaban irremediablemente.
Contiene elementos que pueden ser criticados; los adversarios cuentan con una inteligencia artificial nula y pasan bastante de nosotros, ocho circuitos pueden parecer pocos en comparación a lo que nos tienen acostumbrados últimamente otros juegos de velocidad, pero ni esto nos parece un error ya que recupera el aroma de esos viejos juegos en los que te acababas conociendo cada circuito como la palma de tu mano y sabias coger cada curva al milímetro, además se trata de un juego con un precio bastante acorde a la diversión que ofrece, ya que con solo cuatro modos de juego para un jugador más el multijugador puede durarnos bastantes horas hasta completarlo entero y otras tantas para llegar a aburrirnos de él.
Tenemos cuatro modos de juego y cada uno de ellos cuenta con distintas pruebas en las que podemos ganar medalla de bronce, plata y oro, lo que dependiendo de cuál consigamos nos da una cantidad créditos u otra, según sumemos estos iremos desbloqueando las distintas pruebas de los cuatro modos. El modo Carrera consiste simplemente en disputar contra otros quince participantes un puesto entre los tres primeros en cada uno de los ocho escenarios. En el modo Máster de los aros deberemos correr solos e ir atravesando unos aros que nos suben la barra de turbo y que en caso de dejarnos alguno por el camino nos penalizarán con tiempo dejándonos la barra de turbo a cero, el objetivo es el de superar uno de los tres mejores tiempos para conseguir una medalla, este modo es el más largo y complicado ya que para conseguir alguna de las medallas de oro en nivel experto deberemos hacer tiempos bastante exigentes.
En Desafío también competiremos solos por los escenarios pero estos estarán plagados de barriles explosivos por lo que tendremos que estar muy atentos para no acabar volando por los aires e intentaremos conseguir el mejor tiempo posible. Por último tenemos el modo Campeonato donde disputaremos varias pruebas de los tres anteriores modos en las que deberemos ir sumando puntos para poder conseguir quedar entre los tres primeros al finalizar todas las rondas.
El juego cuenta con un modo multijugador en el que podemos disputar carreras para ocho jugadores y un original modo llamado Rubber Ducky. En este modo compiten dos equipos y en cada uno de ellos uno de los participantes es el pato, el objetivo de cada equipo es llevar primero a la meta a su respectivo pato por lo que deberemos estar pendientes de ayudar al nuestro a la vez que molestar al del otro equipo, por lo que la diversión está asegurada siendo un modo dentro de este tipo de juegos en los que ya está todo visto bastante original. Como hemos comentado necesitaremos unas cuantas horas para completar todo el juego y además deberemos sumar las horas que nos tenga enganchados el multijugador por lo que la duración nos parece muy acertada y más para un título del XBLA y esta no debe ser una excusa para no hacerse con este juego.
Los gráficos acompañan a la genial jugabilidad de manera perfecta, moviéndose todo de manera muy fluida sin caídas en la tasa de imágenes por segundo y contando con un gran atractivo visual. No llegan a deslumbrar por unos modelados increíbles ni efectos espectaculares, las texturas no son extraordinarias, pero el conjunto funciona a la perfección gracias a uno escenarios muy variados y atractivos junto a un agua, importantísimo en un arcade en el que corremos sobre ella, recreada de manera muy correcta pero sin grandes alardes. Esta afecta en todo momento a la jugabilidad ya que en algunos momentos en los escenarios ocurren eventos que provocan oleaje, levantando nuestro nave y haciendo más difícil controlarla, quizás lo mejor recreado de ella son las salpicaduras que saltan hacía nuestra pantalla que dan un toque muy espectacular a la acción.
Los escenarios son bastante atractivos por lo exótico de los lugares donde transcurren y por los eventos que van ocurriendo en ellos, cambiando estos en las diferentes vueltas que damos al circuito y recordándonos un poco al reciente Split/Second pero de manera más moderada. Un lago y cañones norteamericanos, un paraje vikingo, una isla perdida con monstruos y templos, un circuito urbano japonés, Seúl, París, hasta incluso Babilonia… estos son algunos de los ejemplos de los lugares donde transcurren los circuitos, todos muy característicos y diferentes, llegando en algunos momentos a ofrecernos estampas muy hermosas.
La única pega que encontramos en el apartado gráfico son los objetos que recogemos por los escenarios que nos proporcionan turbo o abren los atajos, que nos parecen a muy baja resolución y desentonan un poco con el aspecto general en que todo luce bastante bien. La música es la típica de un juego arcade y se limita a acompañar la acción sin mayor pena ni gloria, recordándonos a las músicas de las antiguas recreativas que pasaban desapercibidas entre el tumulto de los salones recreativos. Durante las carreras hay ciertos comentarios en inglés sobre lo que va ocurriendo y aunque se ha intentado solucionar subtitulándolos en castellano lo cierto es que bastante ocupados estamos en no estrellarnos como para fijarnos en ellos.
Un juego acertadísimo y todo un ejemplo de cómo debe de ser un arcade de velocidad: divertido, jugable, directo a la vez que profundo, espectacular y que suponga un reto para tenernos enganchados siendo lo suficientemente largo y difícil. Para los amantes de la velocidad sin complejos y de los juegos de descarga estamos ante un juego que no deberían dejar probar en Xbox Live Arcade y no se nos ocurren 1200 Microsoft Points mejor invertidos. Los más nostálgicos que vivieron y disfrutaron la era dorada de los salones recreativos con tipo de peculiares cabinas para juegos arcade de velocidad también deberían echarle un ojo ya que sin duda Hydro Thunder Hurricane consigue recuperar las casi olvidadas sensaciones de antaño, todo un logro.