Análisis de Battalion Wars 2 (Wii)
Hace tiempo, en la antigua Xylvania, Lord Ferrok erigió un poderoso ejército al que otorgó el nombre de "Legión de Hierro". Sus temibles tropas se enfrentaron a las Naciones Libres del mundo en una serie de conflictos actualmente conocidos como "Las Guerras Relámpago". Se necesitaban medidas desesperadas para derrotarlos y, en el último momento, el Imperio Solar empleó un arma devastadora que atrajo el poder del sol y calcinó al Lord de Hierro y sus ejércitos. Este arma se escondió en un lugar secreto para evitar que cayera en manos equivocadas... Siglos más tarde, emergería un nuevo líder para gobernar Xylvania: El Kaiser Vlad.
Tras décadas de planificación, jugó su baza para intentar dominar el mundo. La guerra que se sucedió (relatada en el primer Battalion Wars) se libró en los territorios comprendidos entre el Mar de Dunas y el Imperio Solar, y de nuevo en Xylvania, donde se derrotó finalmente a Vlad y se capturó a su lacayo, el comandante Ubel.
Por fin, durante algunos maravillosos años, el mundo conoció la paz. Sin embargo otra vez corren alarmantes rumores: aparentemente, el Imperio Solar está construyendo una nueva superarma. Las Islas Anglo, ante el riesgo de ser atacadas, lo han dispuesto todo para lanzar un ataque preventivo...
Esta larga pero intensa introducción es el plato fuerte de la nueva entrega de la saga de Battalion Wars. De dicha secuela se ha vuelto a encargar Kuju Entertainment (que cierta experiencia adquirieron en la primera entrega), aunque también han dedicado tiempo a otros proyectos, como el sorprendente e inesperado Geometry Wars: Galaxies... ¿Habrán trabajado duro en esta secuela, o cometerá esta secuela los mismos errores que su antecesor?
La introducción nos viene dada con escenas CG de estimable calidad (también utilizadas para finalizar las campañas de cada ejército), que nos meten de lleno en los diferentes conflictos a los que se enfrentan las diferentes Naciones. Posteriormente pasaremos a controlar el ejército al que alude la introducción, y de esta manera iremos visualizando la historia desde los seis bandos existentes. Para darle mayor originalidad si cabe, con algunas Naciones retomaremos luchas pasados (que guardan sospechosa relación con lo ocurrido en el presente) dando a la historia un mayor grado de interés. ¡No os perdáis a un Zar Gorgi con un peinado "hippy" o un General Hermman igual de gritón que siempre, pero con un par de arrugas menos!
Dentro del apartado gráfico, además de las fabulosas escenas CG, se han mejorado ligeramente algunos detalles. Y es que lejos quedan aquellas primeras imágenes que se exhibieron (junto con el Mario Strikers Charged Football), que nos mostraban algo muy parecido a lo visto en Gamecube, pero nada más lejos. El juego cuenta con un apartado gráfico superior a GameCube, correcto en casi todos sus apartados y sobresaliendo de manera éspecial en otros. Lo más destacable es el agua, posiblemente la más realista de todo el catálogo Wii, reflejos, efectos, salpicaduras... algo que viene que ni pintado a la recién estrenada armada naval con la que nos obsequia esta entrega. Los modelos están bastante bien, con los ya conocidos personajes de estilo caricaturesco y simpático, como es de esperar las unidades terrestres poseen mayor detalle, y los efectos de los cazas están realizados con gran realismo (sin embargo y como ya hemos comentado, la palma se la llevan las unidades marítimas). Los efectos de explosiones están bastante trabajados, todo salta en mil pedazos dependiendo de qué unidad reciba el alcance. Lo peor en este apartado son los escenarios, que son amplios pero demasiado vacíos, no gozan de gran detalle.
Sin embargo y muy de vez en cuando, se nos permite interactuar con gran cantidad de cosas tales como trincheras, hogueras, alambradas, tiendas de campaña que nos premiarán incluso con combustible para nuestras unidades. Las ralentizaciones solo se dejan ver con gran número de elementos en pantalla, pero son de tal escasez que ni os acordaréis de que existen. Al concluir cada misión se nos comunicará un rango en función de la velocidad, las armas y la técnica, igual que en el juego original, pero en esta ocasión te colocan exactamente lo que se ha de hacer para alcanzar el 100% en cada característica. Podremos, en cualquier momento, rejugar las fases que queramos para aumentar su tanto por ciento, y para los estrategas más aventajados, que adquieran con toda una serie de pantallas de una nación rango S o A, se verá recompensado con extras (como ilustraciones...).
El cambio de unidades se implementa, o bien fijando blanco con el botón "Z" y después dejando pulsado el "A", o seleccionando con la la cruceta la tropa que queramos (se puede concretar incluso la unidad, si queremos a un soldado repleto de energía, por ejemplo) pulsando de nuevo "A" (parece complicado pero una vez se hace con el mando en la mano es la mar de intuitivo, como la mayoría de controles del juego). Como ya ha sido comentado, el botón "Z" servirá para fijar blancos (utilísimo a la hora de identificar unidades a distancia), el "B" será usado para disparar, mientras que el "A" tendrá la utilidad de mandar órdenes a nuestras tropas u ocupar cualquier unidad que nos apetezca controlar en ese momento (para especificar que tipo de tropa debe atacar cierta unidad enemiga a la que lleven ventaja se podrá utilizar la cruceta direccional).
Existen tres tipos de cámaras asignadas al botón "C": son dos alejadas y con una gran vista panorámica, ideal para ver a los enemigos llegar. La más típica y utilizada se sitúa prácticamente detrás de la unidad, una pena que no hayan incluido ninguna en primera persona, sería todo un lujo en espectacularidad ese tipo de vista para los devastadores tanques. El botón para navegar por el menú será el "+", donde podremos ver desde qué objetivos tenemos hasta el control, pasando por los informes que nos van enviando nuestros superiores, y el de "-" será de gran interés cuando queramos ver el mapa completo y conocer la cantidad y tipo de unidades enemigas que nos aguardan detrás de los muros. Las unidades aéreas o submarinos harán un mayor uso de la detección de movimiento del mando de Wii (ya sea para cambiar rumbo o latitud en los cazas, hacer piruetas que evadan los antiaéreos, o para sumergirse con un submarino).
Bueno, eso, y que un acorazado te abra paso por tierra atacando desde la lejanía las torretas, tanques y demás escoria enemiga, mientras das un paseo militar con tropas terrestres, y es que las tropas marinas aportan variedad y diversión a raudales. Dentro de dichas unidades se ha reforzado la estrategia de manera magistral; los submarinos, que pasan desapercibidos sumergiéndose, son fuertes con acorazados y débiles con las fragatas (además sus torpedos no salen del agua y solo sirven para atacar en mar); la fragata es eficaz con vehículos aéreos y submarinos, aunque sale perdiendo contra los acorazados; éstos vienen con un blindaje y armamento envidiable, pero son frágil ante contra los submarinos; y por último, los superdestructores, la joya de la corona, versión mejorada -si cabe- del acorazado. Solo quedaría comentar los transportes que llevan unidades de una isla a otra. Además de éstas, el resto de unidades han quedado prácticamente intactas, con las tediosas "maquinas de guerra" de la Legión de Hierro o las útiles unidades de reconocimiento, muy utilizadas por la Federación Occidental (las opciones a la hora de atacar y defender se multiplican). Dentro de las naciones se unen a los ya conocidos "Las Islas Anglo", con el Coronel Windsor y el Comandante Pierce a la cabeza, que darán muchísimo juego en la historia principal (a estos dos personajes hay que añadir alguna novedad dentro de los bandos ya conocidos, como por ejemplo Lord Ferrok, que en este caso, pertenece a guerras pasadas).
Los complejos son otras de las novedades más interesantes y solicitadas de la saga. No se podrán crear unidades al estilo Command and Conquer, pero sí se irán regenerando cada cierto tiempo las mismas unidades caídas en combate (una vez capturados los edificios correspondientes). Los cuarteles se ocupan de reforzarnos mediante infantería, la fábrica nos suministrará vehículos terrestres, la base aérea cazas y demás unidades aéreas y el puerto abastecerá toda la flota necesaria para finalizar con éxito las misiones. También dentro de los edificios estarían los CG, que algunas veces facilitan algunos refuerzos en forma de soldados (si se pierde la base automáticamente finaliza la misión).
-Cooperación: en la que dos personas se baten en duelo con la CPU y han de superar objetivos comunes.
-Asalto: un modo multijugador en el que una persona defiende la CG y, el que la ha de atacar, debe ir superando diferentes pruebas y objetivos para vencer. Si finaliza el tiempo y el invasor no alcanza la base, ganará el protector y viceversa.
-Escaramuza: destruir las unidades del otro jugador para ganar puntos dentro del tiempo establecido (vencer unidades grandes y capturar complejos facilita y básicamente asegura la victoria).
Para desbloquear algunas pantallas del modo multijugador hay que jugar las disponibles, y para aumentar el rango de general (solo disponible en el Online), habrá que poseer diez victorias más que derrotas (y una vez se adquiera dicho rango se puede perder, con lo que los piques y desconexiones estarán a la orden del día, aunque éstas últimas resten en la puntuación).
Dentro del apartado sonoro las voces siguen sonando igual de espectacular que en su predecesor, los personajes son 100% reconocibles y su estilo a la hora de hablar les dota de unas características únicas. A la hora de hablar de la historia consiguen que lo que narran tenga un sentimiento especial, una pena que estén en completo inglés, algo que no impide que se disfruten de buena manera (aunque algunas veces, la batalla impide que se lean algunas explicaciones o misiones secundarias, aunque siempre podemos pausar y consultar, mediante "+", todos los informes que nos han enviado nuestro superior). Las melodías son, como cabría esperar, muy de estilo militar (trompetas, tambores,...) y los efectos que provoca el fragor de la batalla son, además de reconocibles, estremecedores al escuchar una torre deshacerse o un tanque explotar.
Para finalizar no está de más decir que Battalion Wars debería ser considerado entre el catálogo de Wii como un imprescindible, por su estilo inconfundible, su género y esos toques de humor tan escasos en juegos de guerra. Se ha convertido en una más que digna secuela del juego que ya maravilló el catálogo de Gamecube hace ya dos años, con unos más que necesarios añadidos como las nuevas tropas marítimas, los estratégicos complejos o la mayor novedad de esta entrega, el modo Online (una pena que no introdujeran finalmente la misma modalidad pero a pantalla partida). Todo esto aderezado con un modo historia más asequible y con una curva de dificultad más acorde al jugador medio, que, sin duda satisfará a los "jugadores rasos" más exigentes.