Análisis Final Fantasy X/X-2 HD Remaster, el rol clásico de Square (Switch, Xbox One)
Pocas sagas son tan memorables como Final Fantasy. La prolífica licencia de Square Enix tiene, casi como todas, sus altibajos; algunos títulos más memorables y otros menos. Sin duda, Final Fantasy X y Final Fantasy X-2 son dos que nadie va a olvidar. El paso de la saga a las tres dimensiones es considerado por muchos el último gran Final Fantasy, y X-2, la primera secuela de una nueva entrega, sigue siendo un genial juego de rol aun con sus particular propuesta desde un punto de vista temático. Ahora, vuelven a remasterizarse para Xbox One y Nintendo Switch, aunque nosotros nos centraremos en esta última.
La historia de Spira
Casi dos décadas han pasado desde el debut de Final Fantasy X, algo menos desde el de Final Fantasy X-2, y la verdad es que está ya todo dicho sobre ellos. En Vandal tenéis multitud de análisis de las diferentes versiones que se han lanzando, pero aun así os vamos a hacer un pequeño resumen de cómo son –y cómo aguantan en 2019– estos dos títulos.
El desarrollo de Final Fantasy X no fue fácil, como ya sabréis si leísteis la columna que le dedicamos, pero al final el resultado fue muy, muy bueno. Es un juego bastante más lineal que sus predecesores, pero con diferentes minijuegos y distracciones para darnos libertad si queríamos salirnos del camino. La clave, por supuesto, era una gran historia con fantásticos personajes, que nos absorbían para hacernos vivir cada momento intensamente.
Desarrollo aparte, es un juego muy continuista, aunque introduce algunos pequeños cambios para darle personalidad al combate. Si bien sigue siendo por turnos, en función de lo que hagamos estos turnos pueden cambiar. Además, hay algunos escenarios –muy pocos– que tienen elementos interactivos durante la batalla.
Final Fantasy X-2, por su parte, fue un título más experimental. Suponemos que el hecho de ser una secuela directa de un título principal le dio a Square margen para probar cosas que no se habrían atrevido a implementar en una entrega completamente nueva, y el resultado habla por sí solo.
Las aventuras de Yuna, Rikku y Paine comienzan con una chocante actuación de J-Pop que, obviamente, dividió a los jugadores. No tardamos en descubrir la verdadera naturaleza de esta movida apertura, y aunque las cosas se normalizan un poco, hay muchos aspectos con un marcado estilo shōjo, como el sistema de trabajos, que vuelve a la saga gracias a un sistema de esferas, pero que se implementa durante las batallas con un toque a lo Sailor Moon, Cardcaptor Sakura y similares.
Aun así, tras esta apariencia hay un solidísimo juego de rol, que demuestra que los desarrolladores estaban escuchando a los jugadores. El principal cambio es la libertad, ya que podemos ir prácticamente a cualquier sitio desde el inicio del juego, gracias a un sistema de misiones con el que podíamos ir escribiendo nuestra historia a nuestro ritmo.
La versión de Nintendo Switch
Lo primero que hay que tener en cuenta es que son juegos con sus años, los primeros de la saga en usar captura de movimiento y doblaje. Esto se traduce en un título con muchos altibajos en lo audiovisual, con algunos escenarios fantásticos, CG espectaculares y momentos muy vistosos que se mezclan con algunos personajes muy faltos de detalle, alguna que otra expresión facial o línea de diálogo muy, muy mejorable.
En general, eso sí, aguanta muy bien, sobre todo en portátil. La resolución un tanto desfasada de los vídeos prerrenderizados o de algunos escenarios en dos dimensiones (muy pocos, pero los sigue habiendo) puede ser más perceptible en el televisor, pero en la pantalla de la consola está mucho más cerca de la resolución nativa. Nosotros hemos preferido jugarlo así, pero la calidad de la imagen en la pantalla grande sigue siendo notable.
Como ya hiciera la versión de PlayStation Vita, la versión de Nintendo Switch permite usar la pantalla táctil para realizar ciertas acciones, como curar a nuestros personajes o cambiar de traje en el caso de la secuela. Nos ha costado acostumbrarnos, pero una vez te haces a estos controles son bastante ágiles y pueden ahorrar bastante tiempo.
Finalmente, tenemos todo el contenido de las versiones internacionales del juego, los extras Eternal Calm y Will, una película y una narración para ampliar la historia, la mazmorra extra Last Mission para la secuela y una banda sonora revisada a la que podemos cambiar en cualquier momento. Todo esto nos da, fácilmente, más de 100 horas de juego si queremos hacerlo todo.
Eso sí, tanto contenido tiene un peso. Literalmente. Final Fantasy X/X-2 HD Remaster ocupa casi 30 gigas en nuestra Nintendo Switch (la mitad, más o menos, si tenemos la copia física que incluye Final Fantasy X en la tarjeta y la secuela descargable), y necesitamos el primero para jugar al segundo. Estaría genial que nos diesen opciones para borrar la primera entrega en la versión digital, ya que si la hemos completado o, simplemente, no queremos jugarla, tenemos que tenerla instalada sí o sí, y 30 gigas en Switch es bastante.
Una nueva oportunidad para redescubrir estos clásicos
Final Fantasy X/X-2 HD Remaster no ofrece nada nuevo que justifique su compra si ya ha disfrutado de estos dos títulos antes, pero siempre está bien que llegue a nuevas plataformas. Cualquier persona con un mínimo interés en el rol debería jugar a Final Fantasy X al menos una vez en su vida, y Final Fantasy X-2 es un título que tiene mucho que ofrecer si puedes abrazar su particular temática. En resumen, una buena conversión para dos títulos fantásticos.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código de descarga proporcionado por Koch Media.