Análisis Routine, un estupendo juego de terror para fans del retrofuturismo y de Alien: Isolation (PC, Xbox Series X, Xbox One)
Si has seguido la actualidad de la industria durante más de una década probablemente habrás leído algo de Routine, el juego de Lunar Software que ya está disponible en PC, Xbox One y Xbox Series. El proyecto comenzó hace más de una década, cuando dos artistas se interesaron en crear una aventura de ciencia ficción y terror inspirada en películas y videojuegos muy conocidos, desde 2001: Una odisea del espacio a Alien, The Thing, System Shock 2 o Doom 3, por citar sólo unas pocas referencias.
Lo cierto es que efectivamente podemos ver parte del ADN de estas licencias, y si lo tenemos que comparar con un juego probablemente la primera imagen que nos viene a la mente es Alien: Isolation, juego de Creative Assembly que ya tiene confirmada secuela. Cuando Routine acierta en lo que hace se revela como una producción indie muy potente, impactante incluso, pero la falta de experiencia detrás del proyecto se nota en el pulido final.
Un ciclo continuo de acciones y patrones naturales
En Routine nos despertamos en una base lunar aparentemente abandonada. La mayoría de luces están apagadas, muchas compuertas se han dejado bloqueadas, hay bastante desorden y una constante sensación de que algo va mal. En un principio el juego se pensó como un walking simulator con una potente atmósfera, similar al éxito narrativo que había cuando empezó el desarrollo, Dear Esther (2012), pero esto fue evolucionando para añadir más mecánicas, así que además de los documentos y mails que proporcionan información con cuentagotas también hay puzles y un poco de sigilo o acción.
Pronto nos encontraremos con los primeros obstáculos en nuestra exploración. Muchas habitaciones o accesos están cerrados y se necesita introducir un código en algún terminal, número que puede esconderse en algún lugar de la zona.
Hay de todo, unos desafíos son frustrantes y otros requieren un poco de imaginación, pero en general podemos decir que esto es de lo mejor de Routine: la tensión mientras investigamos cada sala por cualquier detalle que se nos ha escapado. En manos de un equipo con más experiencia, con un mejor diseño de mapas, este título podría rozar el sobresaliente, sobre todo para quienes adoran la ciencia ficción ochentera.
En cuanto conseguimos el arma del juego, que resulta ser un dispositivo que va ganando funciones según progresamos y también ayuda en la resolución de ciertos puzles (e incluso a acceder al menú o guardar la partida), empezamos a ver que en Routine no sólo nos limitamos a descifrar contraseñas. Hay una serie de enemigos prácticamente letales que nos obligan a jugar con un poco de sigilo (la acción es poco recomendable, sólo nos hace ganar unos instantes) o salir por patas en dirección contraria. Hemos mencionado Alien: Isolation y no será la primera vez en el artículo porque en parte se busca ese tipo de terror, solo que en lugar de un enemigo paseando por el sistema de ventilación aquí tenemos patrullas con una inteligencia artificial extremadamente básica.
Los ingredientes de Routine no son malos, de hecho los hemos visto en un buen puñado de juegos de éxito, pero aquí no termina de encajar como nos gustaría. A nadie le gusta dar palos de ciego para encontrar la solución a un puzle y cruzarse con un enemigo que fácilmente nos puede liquidar en dos golpes. En el juego de Creative Assembly, el xenomorfo era la excepción y todo un acontecimiento, aquí el efecto miedo termina por convertirse en un problema molesto y repetitivo. ¿Te matan? Pues el único castigo es volver desde un punto de control muy cercano, consiguiendo que perdamos el respeto por estas amenazas... y que ocultarse tras una esquina o bajo el mobiliario no siempre sea la manera más rápida de avanzar. Dependiendo de nuestro estilo de juego, su duración puede variar entre 5 y 10 horas.
En efecto, creemos que los desarrolladores tenían una visión inicial mucho más centrada en la atmósfera de sus instalaciones, el misterio y los puzles, pero que en algún momento se decidió que hacía falta "algo" para añadir complejidad o acercarlo a un estilo más comercial. Por supuesto no llega al punto de ser un Dead Space, no es un survival horror de acción, pero este es uno de esos casos en los que menos es más: un Routine sin enfrentamientos, o con un combate rediseñado, le sentaría mucho mejor. Si intencionadamente no quiere ser un shooter y el sigilo no aporta mucho, ¿para qué interrumpir los mejores momentos con estos enemigos?
Con todo, la valoración sin duda es positiva. Incluso si la escasa ayuda que nos da Routine en comparación con cualquier aventura actual puede confundir más de lo necesario, también nos fuerza a prestar atención a cada texto que encontramos por una pista de dónde está ese código que nos impide avanzar; datos que, por cierto, sólo podrás consultar en los proyectores de guardado, lo que puede ser un poco engorroso en determinados momentos. Es, en definitiva, un título para disfrutar con calma, con asperezas en el gameplay que los jugadores sin prisas sabrán perdonar, y para dejarse sorprender por sus giros, incluso si la recta final se desvía un poco de las buenas ideas iniciales.
Una ambientación impecable
Es fácil poner pequeñas pegas al gameplay, pero donde Routine da la talla después de tantos años (y de pasar por Unreal Engine 3, 4 y 5) es el apartado artístico, un retrofuturismo que, una vez más, nos recuerda a esa tecnología sucia, ruidosa, física y aparatosa de las naves de Alien que nada tiene que ver con nuestro presente de pantallas táctiles.
Aquí los ordenadores tardan en cargar, las pantallas CRT son de baja calidad, los efectos en pantalla simulan las distorsiones de un VHS y los juegos de luces consiguen que, sólo por sus gráficos (casi fotorrealistas en sus mejores momentos) sea un espectáculo que merece la pena ver.
No diríamos que Routine sea exactamente un juego 100 % de terror, aunque sí hay algún que otro susto y la primera aparición de un "Terminator" disparará tus pulsaciones. El sonido ambiental también ayuda a mantenernos en alerta por si en algún momento se rompe la aparente tranquilidad, y si bien normalmente no es así, el aspecto audiovisual sólo se puede calificar de soberbio.
Conclusiones
Este es uno de los muchos casos en que se corre el riesgo de pedir demasiado a una producción indie o AA que además viene de un estudio novato. Lo que habíamos visto antes de su lanzamiento prometía mucho, y sí cumple en su ambientación. Incluso podríamos decir que el gameplay tampoco comete errores graves: no siempre acierta, pero cuando lo consigue, es un juego bastante sólido, que permite recrearse en su decoración, la tecnología retro o las vistas del terreno lunar desde sus enormes ventanas.
No resulta tan divertido como podría ser con unos pocos cambios en el diseño, y a veces Routine no sabe si quiere ser una aventura narrativa al estilo Fort Solis, un juego de supervivencia o de terror, y no destaca en ninguno de estos aspectos. Pero es fácil quedarse con lo bueno y eso habla muy bien de Routine, sobre todo si te atrae este tipo de temática.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por Raw Fury.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
Últimos análisis de PC, Xbox Series X y Xbox One












