Análisis de Castle of Heart (Switch)

Poco a poco van llegando a Switch de manera exclusiva títulos digitales procedentes de estudios independientes. Castle of Heart es uno de esos juegos, el cual ya hemos tenido la oportunidad de probarlo. ¿Y qué sensaciones nos ha transmitido? Pues un tanto encontradas, ya que si bien es un juego bastante interesante en ciertos aspectos, en otros no está a la altura y la sensación que nos deja es que no ha alcanzado las (quizá algo irreales) elevadas expectativas que algunos habían puesto en esta obra de 7levels.

El argumento es muy sencillo. En un mundo de clara ambientación medieval (y que recuerda sospechosamente en ciertos momentos a la saga de FromSoftware en la que estáis pensando) debemos combatir y eliminar a un malvado hechicero. Dicho mago ha convertido a la población en estatuas de piedra… salvo al protagonista, un caballero que se las tiene que ingeniar para liquidar a este ser tan despreciable antes de que se convierta también en piedra.

Acción y saltos en 2D

Precisamente uno de los elementos más curiosos que presenta el título radica justamente en la necesidad de ir recuperando salud a medida que avanzamos. De esta forma a cada segundo que pasa vamos perdiendo energía y, si el contador llega a cero, nuestro personaje se tornará en un saco de piedras y nos tocará retomar la partida desde el último punto de control (hay varios de ellos en cada fase). Para recuperar salud podemos tanto eliminar a los rivales que salen a nuestro encuentro para absorber una pequeña cantidad de vida o, mejor, encontrar los orbes rojos que se encuentran dispersos por los escenarios y que nos permiten reponer una mayor cantidad de vitalidad.

Una vez explicado este aspecto, ¿qué se esconde detrás de esta producción? Pues estamos ante un juego de desarrollo 2D bastante tradicional, que presenta altas dosis de acción y plataformas. Los saltos son una constante a lo largo de cada uno de los 20 niveles que comprende la aventura, los cuales están divididos en cuatro zonas bien diferenciadas. Esquivar pinchos, sortear trampas, evitar caer desde las alturas y demás elementos plataformeros gozan de bastante protagonismo durante cada nivel. Y, en muchos casos, es necesario demostrar cierta habilidad para superar dichas secciones plataformeras, algo que siempre se agradece.

Cuando no estamos saltando, lo normal es que nos las estemos viendo con alguno de los rivales que se encuentran pululando por los fondos. Su cantidad es bastante elevada, si bien desgraciadamente la variedad de ellos no es precisamente el punto fuerte del juego… como tampoco lo son el transcurso las peleas en sí. El problema es que, en general, dichas contiendas resultan demasiado planas e insustanciales. Y no porque sean fáciles de superar dado que el nivel de exigencia está bien medido, sino porque su desarrollo es bastante anodino.

El principal inconveniente tiene que ver con los patrones de ataque que muestran los enemigos, totalmente invariables, repitiéndose las mismas animaciones una y otra vez. Y a esto se une la escasa variedad de golpes y movimientos de ataque y defensa que es posible llevar a cabo con nuestro personaje, dando como resultado un área a la que sin duda la hubiera venido bien algo más de trabajo. Se agradece el hecho de poder usar una buena cantidad de armas secundarias (flechas, hachas, lanzas), pero a fin de cuentas esta característica no soluciona gran cosa.

A estos dos pilares fundamentales sobre los que se cimenta la jugabilidad, combates y plataformas, se unen otros elementos más que dan forma a un desarrollo relativamente variado (dentro de unos límites). Por un lado está la exploración de los escenarios, los cuales esconden más de un secreto que podemos ir encontrando y que nos permiten recolectar diferentes coleccionables que dan más vida a la aventura y, de paso, aumentar ligeramente su duración, más que estimable ya de por sí.

También debemos hacer frente a unos pocos jefes finales que ponen a prueba nuestra habilidad, enfrentamientos bastante más complicados que los duelos que es necesario entablar y superar durante el transcurso normal de cada uno de los niveles. Y junto a esto también es necesario citar ciertos eventos especiales en los que, por ejemplo, debemos huir de una enorme roca gigantesca para no acabar siendo aplastados por ella, secciones que aportan su granito de arena a la hora de dotar de más diversidad al conjunto. Por lo tanto Castle of Heart es una aventura de desarrollo 2D interesante pero un tanto irregular, sobre todo lo que tiene que ver con los combates, bastante mejorables en nuestra opinión.

En cuanto a su faceta técnica, lo más destacado es su lograda ambientación que, sin llegar a ser magistral en absoluto, sí que presenta un buen aspecto de claro enfoque medieval. Es cierto que no destaca nada en particular, ni la recreación de los fondos ni, menos aún, la apariencia que muestran los personajes. Pero en conjunto cumple con creces, y más teniendo en cuenta que se trata de un juego indie. El sonido se encuentra algo por debajo, dado que la banda sonora termina haciéndose algo cansina y los efectos de sonido son escasos y no especialmente llamativos.

Aventuras medievales clásicas

Switch recibe otro juego digital exclusivo (al menos de momento) que va a parar a la eShop. Una propuesta interesante y que trata de resultar relativamente variada, pero que presenta alguna que otra carencia importante, sobre todo en lo que tiene que ver con las peleas y los momentos de acción. No pasará a la historia por nada en particular, pero entretiene y resulta más o menos extensa dentro de sus características y su rango de precio.

Hemos realizado este análisis mediante un código enviado por OutReach.