Análisis de Stranger of Sword City (PSVITA, PC, Xbox 360, Xbox One)
Experience Inc. suele ser sinónimo de dungeon crawler y pese a tratarse de un género minoritario en Occidente en los últimos años nos ha llegado un puñado de títulos –sobre todo en portátil- como Demon Gaze o hace poco más de medio año Operation Abyss: New Tokyo Legacy. En cada uno de estos títulos la desarrolladora ha cambiado historia y personajes, pero en líneas generales hablamos del mismo tipo de juego. El último en llegar es Stranger of Sword City, que está cortado por el mismo patrón aunque trae algunas novedades que nos han gustado bastante.
A diferencia de otros juegos de rol completamente ambientados en mundos de fantasía medieval, Stranger of Sword City mezcla magia y monstruos con elementos más cotidianos. Nuestro protagonista, completamente personalizable en género, raza y retrato, se despierta en un laberinto de catacumbas después de un accidente de avión. Lo que sigue es una puesta al día con nuestro nuevo objetivo: volver al mundo real. Pero no será nada fácil, nos enfrentaremos a muchos peligros mientras extraemos un tipo de cristal de los monstruos, única manera de acabar con ellos.
Al igual que la mayoría de dungeon crawler, Stranger of Sword City es un RPG en mazmorras con vista subjetiva donde nos desplazamos por escenarios que se dividen en casillas. Según se explora el entorno se descubre mapa, así que hasta no es investigada toda una zona no conoces las posibles rutas, atajos, trampas y callejones sin salida. Conseguir los ansiados cristales de los jefes y ofrecérselos a una de las tres facciones que van tras ellos nos proporcionará nuevas habilidades y progreso en la historia.
Los combates utilizan un sistema muy típico de Experience. Se muestra una serie de ilustraciones de los monstruos sobre un dibujo del escenario. Nuestro equipo de personajes se distribuye con tres en primera línea y tres a la retaguardia. Cualquier aficionado al rol sabe que esto significa colocar los guerreros y clases más fuertes en el frente –caballeros, samurái, etc.- , y detrás aquellos especializados en ataques a distancia, magias ofensivas o curativas –clérigos, magos…-. El bando rival también podrá utilizar esta disposición para distribuir criaturas en sus filas, con la ventaja de poder llamar a nuevos monstruos. Hay tanto combates aleatorios –saltan durante nuestro progreso- como otros marcados en el espacio tridimensional que no podrás evitar porque se sitúan en pasillos estrechos.
Pronto en la aventura se introducen las originales emboscadas, una manera extra de combatir contra monstruos y conseguir así mejor botín. A lo largo del laberinto detectaremos áreas donde ocultarnos; si dispones de una cantidad de puntos suficiente –se consiguen luchando-, podrás esperar a que pase un grupo de criaturas con un cofre. Si derrotar al líder antes de que huyan obtendrás ítems valiosos, o en el peor de los casos para vender en la ciudad.
Es una función muchas veces opcional que sin duda merece la pena probar cuando has acumulado suficientes puntos, pero a veces también es la clave para encontrar al jefe; en otras ocasiones para dar con ellos hay que participar en una misión o bajo condiciones de equipamiento, no se trata simplemente de llegar al final del trayecto.
Sea por comentarios de los usuarios o por decisión de la desarrolladora, en Stranger of Sword City se han tomado varias decisiones que facilitan la comodidad en las acciones que más vamos a utilizar.
Una de las funciones más útiles es el viaje a cualquier casilla encontrada; no es una teletransportación, simplemente calcula el recorrido más directo y nos lleva corriendo a él. Es muy práctico cuando sabes a dónde quieres ir, vas a caminar sobre tus pasos en un laberinto serpenteante, y no deseas consumir tiempo mirando el mapa a cada bifurcación.
Igualmente, los combates tienen una opción para ejecutar todas las acciones de nuestro turno –y el enemigo- al instante, sin necesidad de pasar mensajes de estado ni las animaciones de ataques. Esto hace que cada enfrentamiento se pueda despachar en menos de un minuto, lo cual viene bien ante partidas donde no hace falta ninguna estrategia elaborada para la victoria.
¿Es un juego fácil? Para nada, Stranger of Sword City tiene picos de dificultad altos. Aunque tiene selector para ajustar la dificultad, no puedes descuidar la salud de los personajes ni en el modo más sencillo –en especial si confías mucho en el sistema rápido de combates y no prestas atención al daño recibido-. Cada personaje tiene una serie de puntos, directamente relacionado con su edad, cuanto mayor sea probablemente tendrá mejores estadísticas pero también menos puntos que se reducen con cada muerte. Si los pierde todos, ya no podrá resucitar.
La muerte permanente es algo que debes tener en cuenta si no deseas perder compañeros con buen progreso, caso de aquellos que han cambiado de clase manteniendo habilidades de la antigua. Eso o cargar la última partida, que no siempre es agradable. Sólo puedes guardar en la ciudad principal y por tanto no es recomendable pasar mucho tiempo en mazmorras cosechando experiencia y utensilios sin volver a recuperar fuerzas. Es vital acostumbrarse a este ritmo de juego de exploración poco a poco, especialmente en los laberintos difíciles, y aceptar que perder para siempre a un miembro del grupo es parte de su mecánica. No te obsesiones con este castigo.
Nos ha gustado la ambientación en lo referente al arte de personajes, enemigos y escenarios, incluso más que en pasados juegos del estudio. Existe la opción de cambiar retratos por otro estilo más anime; en nuestro caso nos quedamos sin dudarlo con los que vienen por defecto.
Las zonas de exploración 3D en cambio no se distancian mucho de la simpleza de escenarios vista en Demon Gaze. Las mazmorras cerradas son cuatro paredes y en abierto se puede ver la generación del escenario a la lejanía, lo cual no da la talla para PS Vita y mucho menos en consolas domésticas. La dirección artística salva este apartado del desastre porque realmente poco más necesita un juego de este tipo.
El juego nos llega con textos en inglés y voces en japonés. Cuando destaca –que no siempre-, la música cumple, pero se puede hacer repetitiva al cabo de unos minutos. Está compuesta por Naoaki Jimbo, que ya trabajó en los citados Demon Gaze, Operation Abyss o Ray Gigant –cómo no, el próximo dungeon crawler del estudio-.
Conclusiones
Aunque a grandes rasgos Stranger of Sword City no se aleja mucho de otros lanzamientos de la desarrolladora, Experience Inc. ha tocado dos o tres aspectos que pulen la jugabilidad para que tareas cotidianas de exploración sean más cómodas. La atmósfera también está por encima de la media destacable.
No obstante es un juego con una dificultad un poco elevada y hay opciones más asequibles para entrar en el género. En cambio, los jugones, y aficionados a anteriores trabajos del estudio deberían darle una oportunidad.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PS Vita que nos ha proporcionado Experience.