Análisis de The Last Guardian (PS4)

Trico por fin llega a nuestras consolas con una aventura de puzles y plataformas que derrocha encanto y sensibilidad, y que pese a sus defectos y carencias, deja un inolvidable sabor de boca.
The Last Guardian
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7.5
SONIDO
9
NOTA
8.4
DIVERSIÓN
8.5
JUGABILIDAD
7.5
Análisis de versión PS4.

No deja de ser curioso que dos de los desarrollos japoneses más longevos y esperados de la última década, han terminado llegando a nuestras manos con apenas una semana de diferencia. Por un lado Final Fantasy XV, que todavía estamos disfrutando y digiriendo, y que está generando todo tipo de acalorados debates, lo normal siendo la nueva entrega de una saga tan querida y popular. Y por otro tenemos The Last Guardian, el anhelado tercer juego de Fumito Ueda, que finalmente ha llegado a PS4.

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Una aventura largamente esperada por los usuarios de PlayStation 3, y especialmente por aquellos que disfrutaron de las bondades de Ico (2001) y Shadow of the Colossus (2005), dos de los mejores juegos del catálogo de PS2, especialmente el segundo, considerado una obra maestra.

Lo mejor que podemos decir de The Last Guardian es que es exactamente lo que esperábamos: una aventura con todas las señas de identidad de los anteriores trabajos de Fumito Ueda y su equipo, y que, dado su largo desarrollo, se siente como un juego salido de una capsula del tiempo. Una aventura de puzles y plataformas con un planteamiento minimalista, tanto en lo jugable como en lo narrativo, y lo más importante, con una sensibilidad muy especial, que permite que le puedas perdonar sus carencias y torpezas.

Trico es una criatura fascinante, que no nos cansaremos de observar a lo largo de todo el juego.
Trico es una criatura fascinante, que no nos cansaremos de observar a lo largo de todo el juego.

Un juego único, que es prácticamente imposible encontrar hoy en día en el ámbito de las grandes producciones, y que si llevabas años esperándolo, y sabes lo que propone, vas a disfrutarlo cada minuto, e incluso te va a emocionar. Una manera inmejorable de reivindicar el videojuego japonés, que habrá perdido la carrera tecnológica y de las ventas respecto a Occidente, pero no la de la sensibilidad y las emociones, y esa capacidad para ofrecer cosas diferentes.

Condenados a entenderse

El juego arranca con Trico y el niño al que controlamos encerrados en una especie de celda, con el enorme y bello animal encadenado, y receloso de la presencia humana. Estos primeros minutos sirven para aprender las nociones básicas de los controles, de una aventura con unas mecánicas de juego muy sencillas. Saltar y descender, coger, empujar y lanzar objetos, son las acciones básicas que tendremos que aprender para resolver una gran cantidad de situaciones, hasta que Trico y el niño comiencen a entenderse y a colaborar entre sí, lo que añade una mayor complejidad jugable, y las mayores satisfacciones.

En los primeros minutos Trico desconfía de nosotros, y tendremos que ganarnos su afecto poco a poco.
En los primeros minutos Trico desconfía de nosotros, y tendremos que ganarnos su afecto poco a poco.

Lo primero que llama la atención respecto a las anteriores obras de Fumito Ueda es el estilo de la narrativa, que ya no es tan enigmática y críptica como en sus anteriores juegos. Ahora hay un narrador, que aparece esporádicamente contando su versión de los hechos (incluso los adelanta a veces, lo que nos da algunas pistas), y en un principio no nos gustó demasiado este cambio. Nos acordamos de Ico, que nos lanzaba en ese misterioso castillo sin más explicaciones, y éramos nosotros los que teníamos que construir la historia, e intentar hallar algún tipo de explicación a lo que veíamos en pantalla.

El narrador no solo nos cuenta la historia, sino que a veces también nos da pistas sobre cómo continuar.
El narrador no solo nos cuenta la historia, sino que a veces también nos da pistas sobre cómo continuar.

Después entendimos que con este juego han querido contar la historia de una manera distinta, y finalmente acaba funcionando como un reloj. The Last Guardian, aunque en su propuesta jugable parece Ico 2, en lo narrativo se desmarca bastante, y es más como un cuento o una fábula, sin más pretensiones, contando un relato muy bonito, cerrado y perfectamente comprensible, en el que no hay demasiado lugar para las teorías o para perder el hilo.

Sin necesidad contar más de la cuenta, la historia se resume en que el niño tiene que escapar de una enorme y misteriosa fortaleza, y para ello necesitará la ayuda de Trico, un animal herido y encarcelado, por motivos que desconocemos. La relación entre el humano y el animal se va construyendo poco a poco, y Trico irá confiando cada vez más en nosotros, e incluso aceptará ciertas ordenes, como que se desplace a un sitio en concreto, que salte o que empuje o golpee algunos objetos. Todo con el objetivo de superar los numerosos puzles y zonas de plataformas que nos encontramos en nuestro camino, en un desarrollo completamente lineal, que no deja mucho lugar para la exploración.

El gran acierto del juego, que casi nos atreveríamos a calificar de milagro, es cómo han recreado el comportamiento del animal, de una manera tan realista y convincente, que en las primeras horas del juego no sales de tu asombro. Literalmente te quedas embobado mirando las animaciones de Trico, de una cantidad ingente, casi ilimitada, y que van variando constantemente a lo largo del juego, dependiendo del contexto.

Muchas veces hay que interpretar el lenguaje corporal de Trico para saber qué va a hacer o cómo puede reaccionar a continuación.
Muchas veces hay que interpretar el lenguaje corporal de Trico para saber qué va a hacer o cómo puede reaccionar a continuación.

Y no solo es una virguería técnica, que lo es, seguramente el mayor culpable de un desarrollo tan largo y que no se pudo terminar en PS4, sino que también tiene un sentido jugable, ya que muchas veces tienes que interpretar el lenguaje corporal de Trico, para saber si va a dar un salto o no, si está dudando o tiene miedo, junto a los sonidos que emite, que transmiten enfado, tristeza o incluso duda.

Trico es fantástico, sin duda lo mejor del juego, y casi se puede calificar de quijotada por parte de Fumito Ueda el hecho de querer meter a un animal tan grande en unos escenarios tan estrechos, con todos los problemas que ello podría provocar, en cuanto a animaciones y físicas. Pero está perfectamente resuelto, y es casi imposible ver un problema de interacción con Trico y su entorno y pillar al juego en un renuncio, con un trabajo artesanal de animaciones que ha debido ser una auténtica locura.

Como ya se nos había avisado, Trico es un animal con su propia personalidad e intereses, y no siempre obedece a nuestras órdenes. Esto, que puede llegar a frustrar, a nosotros nos parece un acierto, y hace que el animal sea todavía mucho más convincente. Además, hay una evolución al respecto, y poco a poco los protagonistas se van entendiendo mejor, y en el tramo final muchas veces ya no hay ni que guiar al animal por el camino adecuado, ya que ha aprendido bien la lección.

Tras un duro combate Trico estará muy inquieto, y tendremos que calmarle.
Tras un duro combate Trico estará muy inquieto, y tendremos que calmarle.

Trico y sus animaciones, su comportamiento, la relación que se va estableciendo entre él y el niño, nos parece impecable, pero desgraciadamente el juego sí que tiene otros problemas que ahora explicaremos, como la cámara o la interacción del personaje que controlamos con el cuerpo Trico, que son los que lo alejan del sobresaliente, pese a que globalmente la aventura deje un fantástico sabor de boca, sobre todo si eres amante del género.

La cámara que sigue la acción es muy problemática en ocasiones, y no debería dar tantos problemas en un juego tan pausado. Se empeña en situarse muy cerca del personaje que controlamos, y al movernos en espacios tan reducidos, y rodeados de un animal tan grande, tenemos que estar corrigiéndola y moviéndola constantemente para tener una buena visibilidad.

A veces, situarse en un lugar concreto del cuerpo de Trico resulta absurdamente complicado, sobre todo en la cabeza, lo que es importante en ciertos momentos de la aventura.
A veces, situarse en un lugar concreto del cuerpo de Trico resulta absurdamente complicado, sobre todo en la cabeza, lo que es importante en ciertos momentos de la aventura.

Otro fallo viene por un cambio en los controles que se ha producido en los últimos meses del desarrollo, y que nos parece un error. Originalmente, como en Ico y sobre todo en Shadow of the Colossus, ibas a necesitar apretar el botón R1 para agarrarte a Trico u otros objetos, como cadenas. Esto, como en el anterior juego de Fumito Ueda, creaba un vínculo físico entre el jugador y lo que estaba pasando en pantalla, y además funcionaba bien en el aspecto jugable.

Ahora nuestro protagonista se agarra automáticamente a Trico y a otros objetos, como las enredaderas o cadenas, imaginamos en un intento de hacer la jugabilidad más sencilla y accesible, para todo tipo de jugadores. Pero esto ha traído consigo sus propios problemas, ya que ahora soltarse o bajarse de Trico es muy complicado, porque al mínimo contacto con el cuerpo del animal, te vuelves a agarrar automáticamente.

Poniendo un ejemplo muy concreto, cuando estamos sobre Trico en un pasillo o sala de tamaño especialmente reducido, nos vamos a tirar un rato para volver a pisar el suelo, cuando con el esquema de control original bastaría son soltar el R1. Y por supuesto no se pueden cambiar los controles en las opciones, ya que esta decisión ha traído consigo ciertos cambios en el diseño del juego, y no han podido ofrecer las dos opciones. Tampoco nos gusta que nos recuerden constantemente en pantalla los controles, porque no son tan complejos como para no asimilarlos pasados unos minutos, y además es un aviso que no podemos desactivar.

A veces Trico es un tanto testarudo, y cuesta que haga lo necesario para seguir avanzando.
A veces Trico es un tanto testarudo, y cuesta que haga lo necesario para seguir avanzando.

También moverse por el propio cuerpo de Trico, a un lugar en concreto, a veces es complicado. En ocasiones el niño se traba al intentar pasar de la espalda del animal a su cabeza, y esto no es anecdótico, ya que a veces necesitamos situarnos en este punto del cuerpo, por motivos que no vamos a explicar. A veces los problemas anteriormente mencionados se juntan (la cámara, el agarre automático, el querer ir a un punto concreto del cuerpo y no poder), y se monta un buen pitote.

Y siguiendo con los reproches, hay algunos fallos de diseño muy concretos, que sorprenden en un juego que lleva tantos años cocinándose. En líneas generales, si eres un aficionado de las aventuras de puzles y plataformas, el juego no es complicado, aunque tampoco es un paseo, y por momentos resulta desafiante, lo que nos encanta. El problema es que a veces has dado con la solución a un problema, ya sabes cómo continuar, cuál es el camino correcto, pero el juego se vuelve absurdamente rígido en sus normas, y te exige que Trico esté posicionado en el pixel exacto para que realice ciertas acciones, lo que te hace dudar de si era la solución correcta o no.

Creemos que no aporta nada esta rigidez, y estropea la fluidez y el avance en la aventura, y el disfrutar de todo lo bueno que tiene, que es mucho. En un juego de puzles, la dificultad debería estar en hallar las soluciones, no en ejecutarlas, y a veces The Last Guardian pone a prueba la paciencia del jugador, por pura torpeza. Nos encanta que Trico no obedezca en ocasiones, que vaya a su bola, pero a veces te pasas más tiempo "luchando" con que ejecute una acción correcta, que en intentar resolver los rompecabezas que nos plantean.

Las plataformas y los puzles, los dos ingredientes principales, se combinan de manera muy natural.
Las plataformas y los puzles, los dos ingredientes principales, se combinan de manera muy natural.

Pese a que estos fallos pueden sonar bastante graves, y evidentemente no podemos obviarlos y hacer la vista gorda, el poso que deja el juego es realmente grato. Ya no se hacen aventuras como esta, sin más pretensiones que contarte una historia bonita, entretenerte y fascinarte con su belleza, y Trico pasa a ser, por derecho propio, uno de los personajes más entrañables de la historia de los videojuegos, es literalmente imposible no encariñarte de él. Transmite más con el movimiento de su cuerpo y sus gruñidos, que la gran mayoría de personajes de otros juegos con centenares de líneas de diálogo. Y esto se lo debemos a Fumito Ueda y su equipo, por haberse empeñado en llevar a buen puerto tan ambicioso concepto.

La expresividad de Trico es fascinante.
La expresividad de Trico es fascinante.

The Last Guardian se puede completar en unas 10 o 12 horas, dependiendo de cuánto te quedes atascado en alguna de sus situaciones, y se podría decir que dura aproximadamente el doble que Ico, juego al que se parece muchísimo en su planteamiento. Hay algo parecido a unos coleccionables, que nos permiten desbloquear una serie de trajes en la segunda partida, pero creemos que es un juego lo suficientemente especial como para que te apetezca volver en un futuro a disfrutarlo, al igual que los anteriores juegos del Team ICO.

Gráficamente, aunque evidencia en muchos aspectos su origen en la anterior generación de consolas, nos ha parecido un juego muy bonito. Las animaciones son una pasada, tanto las de Trico como las de nuestro protagonista, muy orgánicas (tanto que a veces generan algún que otro problema o situación extraña), y las físicas son muy realistas, con cierto protagonismo en algunos puzles. Las texturas son mejorables y hay problemas de rendimiento, con bajadas en la tasa de imágenes por segundo (muy puntuales en PS4 Pro, bastante habituales e importantes en la PS4 original), pero la dirección de arte es tan buena, y tan única, que es un juego que deja unas estampas de mucha fuerza y belleza.

El juego se ve y se mueve genial en PS4 Pro, un poco peor en la PS4 original.
El juego se ve y se mueve genial en PS4 Pro, un poco peor en la PS4 original.

Mención aparte merece contar lo que han hecho con Trico, tanto en su modelado como sus animaciones, soberbio, y solo con sus movimientos transmite su estado anímico o la siguiente acción que va a realizar. Porque los videojuegos deberían ser algo más que texturas de gran calidad, resoluciones, cantidad de polígonos y efectos gráficos, y más a menudo la tecnología debería estar al servicio de las emociones, de crear personajes creíbles y con encanto, con los que conectes y te dejen un recuerdo imborrable. En esto, The Last Guardian cumple con mucha nota, y da una lección al resto de juegos.

También el uso del sonido nos ha gustado mucho. Cada gruñido o pequeño lamento de Trico tiene un significado, el silencio y el sonido del viento juegan un papel protagonista, y cuando tiene que aparecer la música, lo hace con elegancia y emotividad, acentuando las emociones sin remarcarlas en exceso, y aumentando la épica cuando debe. Porque aunque The Last Guardian es un juego pausado y de ritmo lento, también tiene momentos intensos y espectaculares, técnica y artísticamente perfectamente resueltos.

La belleza de lo imperfecto

No nos hace falta darle una nota sobresaliente o hacer la vista gorda a sus defectos para recomendar The Last Guardian, porque es un juego tan único, tan especial, que cualquier amante de este tipo de aventuras debe jugarlo. Como han hecho a propósito algunos juegos de los últimos años, volver a fórmulas antiguas o casi olvidadas es una buena manera de ofrecer algo único y vigente hoy en día. Y aunque el hecho de que un juego como este haya aparecido ahora es casi un accidente, como ocurre muchas veces en la vida, de la casualidad nacen los mejores frutos, y The Last Guardian es una bella rara avis en pleno 2016, que muchos jugadores de PS4 van a disfrutar de lo lindo. Una aventura preciosa, imperfecta y encantadora: ojalá hubiera más juegos como este.

Hemos realizado este análisis con una copia promocional que nos ha proporcionado Sony.

Jorge Cano
Redactor
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PEGI +12
Plataformas:
PS4
Cancelado en PS3

Ficha técnica de la versión PS4

ANÁLISIS
8.4
  • Fecha de lanzamiento: 7/12/2016
  • Desarrollo: GenDesign / SCE Japan Studio
  • Producción: Sony
  • Distribución: Sony
  • Precio: 59,99 €
  • Jugadores: 1
  • Formato: Blu-ray
  • Textos: Español
  • Voces: No
  • Online: No
COMUNIDAD
8.49

The Last Guardian para PlayStation 4

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