Análisis de NBA 2K14 (PS4, Xbox One)
La nueva generación de consolas ya está aquí, aunque los jugadores europeos todavía tendremos que esperar una semana más, y como no podía ser de otra manera está dando mucho que hablar. La diferencia de potencia entre el hardware de Sony y Microsoft, la discutible calidad del catálogo inicial, o los juegos intergeneracionales, que salen tanto para la actual como para la nueva generación, y que en muchos casos no suponen más que un lavado de cara de lo que podemos encontrarnos en Xbox 360 y PlayStation 3, sin mejoras significativas ni novedades jugables.
Como en todo siempre hay excepciones, y NBA 2K14 en su estreno para PlayStation 4 y Xbox One viene a demostrar de manera clara y tangible por qué necesitábamos nuevas consolas, con una generación que ha durado nada más y nada menos que 8 ochos años, todo un récord dentro de la industria.
Las actuales consolas no daban para más, en muchos casos ya se les había exprimido hasta la última gota de potencia, y el mejor simulador de baloncesto de todos los tiempos, NBA 2K, demuestra desde su primera aparición en la nueva generación lo que estas nuevas consolas pueden dar de sí, que seguro será mucho en los próximos años.
NBA 2K14 en PS4 y Xbox One no es el mismo juego que pudimos disfrutar hace unas semanas en Xbox 360 y PS3, y además de las evidentes mejoras gráficas, encontramos modos de juego nuevos y exclusivos, como Mi Carrera, que cuenta con un componente argumental, o Mi GM, en el que tenemos que controlar todas las parcelas de una franquicia de la NBA, desde la económica a la deportiva. Aunque también hay contenidos que se han dejado por el camino que si estaban en la versión de la "antigua" generación, como "Lebron: Camino a la grandeza", la gran novedad de la última edición.
En lo que se refiere al simulador, estamos básicamente ante el mismo juego de hace unas semanas, con los mismos controles, pero que se beneficia de las 60 imágenes por segundo para mostrar una fluidez envidiable, mejoras en las animaciones, los jugadores ya no parecen flotar sobre la pista, y la física de la pelota ahora es más realista que nunca, un ente independiente dentro del partido, ya no va teledirigida de mano en mano. Esto se convierte en un arma de doble filo, ya que la experiencia es más realista, pero por momentos también más caótica y toca volver a acostumbrarse, no os extrañe en un pase estrellar más de un balón en la espalda de un rival o incluso de un compañero. Si a NBA 2K14 muchos los consideran el mejor simulador de baloncesto que se ha realizado nunca, es normal que hayan mantenido la base jugable para este estreno en la nueva generación, y el simple hecho de mejorar las animaciones y las imágenes por segundo a las que se muestra, ya consiguen que la experiencia sea más grata.
En lo que sí se han esmerado de verdad es en los dos nuevos modos de juego, una significativa evolución de otros que ya habíamos visto anteriormente en la saga. En Mi GM nos ponemos en la piel de un general manager de un equipo de la NBA, lo que implica tener que ocuparse de todas las facetas del equipo. Primero elegimos que franquicia que queremos liderar, y dependiendo del equipo elegido al comienzo de la temporada tendremos unos objetivos diferentes, que nos plantea el propietario durante una reunión. Ganar 18 partidos en casa, meternos en los playoffs, todo esto dependerá del presupuesto del equipo, a mayor poder económico, mayores exigencias.
La gracia de este modo es que las reuniones con el propietario, el entrenador, los jugadores, el director económico, el preparador físico, etcétera, se realizan con un sistema de diálogo en el que podemos dar diferentes respuestas. Por ejemplo cuando el propietario nos pide que ganemos determinado número de partidos, podemos responderle "lo conseguiré" –lo que aumenta la confianza del propietario, pero si fallas bajará mucho-, "podría conseguirlo" -aumenta ligeramente la confianza, pero si fallas, la confianza baja un poco menos- o decirle "difícil de cumplir" - reduce la confianza del propietario, pero si fallas, la confianza apenas baja-. Así con todas las conversaciones, hasta cuando llega el momento de tu despido por haberlo hecho muy mal, te puedes ir de manera elegante o montando un pollo.
Y los objetivos no solo son alcanzar cierto número de victorias o llegar lo más lejos posible en la NBA, pueden ser muy variados, como reducir el presupuesto, vender a determinados jugadores que acaban contrato, mejorar el interés de la afición por el equipo, y un largo etcétera. Si vamos cumpliendo estos objetivos conseguimos unas monedas que se pueden utilizar para subir de nivel, lo que nos permitirá realizar nuevas tareas, como echar con libertad al entrenador, o mejorar diferentes aspectos del estadio. Los partidos puedes jugarlos o simularlos, y básicamente nuestra tarea consiste en tener contento a todo el mundo: el propietario, el cuerpo técnico, los jugadores, la afición, y hasta a la prensa, un equilibrio que no es nada fácil.
Por ejemplo si encadenamos cinco derrotas seguidas, tendremos que comparecer en rueda de prensa para dar explicaciones, y podremos echarle la culpa a los jugadores, al entrenador, o asumir nosotros todas las responsabilidades. Dependiendo de lo que digamos, siempre contentaremos a unos y disgustaremos a otros. Si admitimos ser nosotros los máximos responsables de la mala situación deportiva, los jugadores y el técnico se pondrán contentos, se sentirán respaldados, pero en cambio perderemos parte de la confianza del propietario.
Tenemos que cuidar la química entre los jugadores, para que el vestuario no se vuelva un polvorín, en ocasiones incluso atenderles en nuestro despacho para darles ánimo y confianza, gestionar toda la parcela de fichajes, ya que el resto de equipos nos harán continuas propuestas de intercambio de jugadores, controlar todos los aspectos económicos, desde el equilibrio presupuestario, hasta ponerle precio a las entradas, las gorras que vendemos en el estadio, el precio del aparcamiento y hasta el de los perritos calientes, podemos mejorar las instalaciones, y no falta ni uno solo de los eventos clásicos de la NBA, desde el All-Star Weekend al Draft y la pretemporada, todo está cuidado hasta el mínimo detalle.
A pesar de esta enorme cantidad de posibilidades, unos menús claros e intuitivos nos permiten movernos entre los distintos apartados sin problemas, y nunca te sientes desbordado ante todo lo que contiene este modo, de hecho puedes delegar muchas de las facetas. Aunque si quieres controlar todos los aspectos del club y que no se te escape nada, tienes un modo de juego para echarle cientos de horas. Un manager de gestión unido a un simulador para proporcionar una de las experiencias más completas que hemos visto nunca en un juego deportivo, a los amantes de la NBA os va a volver literalmente locos
El otro modo estrella es Mi Carrera, algo que realmente no es completamente original, pero sí el enfoque que ha tomado en esta edición, como si fuera un modo historia, con un argumento. Una vez hayamos creado a nuestro jugador, que gracias al completo editor y los mejorados gráficos podemos conseguir un parecido asombroso con quien queramos, veremos una cinemática en la que nuestro representante nos da la buena noticia de que hemos sido invitados para participar en el partido de exhibición de los rookies. A partir de aquí viviremos todos tipo de secuencias fuera de la cancha en las que hablamos con nuestro entrenador, con un rival en el túnel de vestuarios, nos vemos a bordo de un avión de camino a un partido, o incluso en nuestro propio hogar. En estas conversaciones podemos elegir diferentes respuestas, en ocasiones incluso con tiempo límite, definiendo la personalidad de nuestro jugador.
En este primer partido de exhibición, dependiendo de lo bien que lo hagamos nos elegirá uno u otro equipo en el draft, y nos sirve para ver las mecánicas básicas de este modo. Controlamos solo a nuestro jugador durante los partidos, y se nos evalúa constantemente; cada pase, decisión de tiro, si no hemos defendido bien a nuestra marca, todo acción se evalúa en tiempo real, lo que es muy entretenido y emocionante. Además hay un jugador rival, nuestro némesis, con el que se nos compara constantemente, lo que motiva bastante. Durante los partidos también aparecen objetivos dinámicos, como anotar determinado número de puntos en un cuarto, o marcar algún triple en los próximos minutos, lo que es muy entretenido, y que dependen del tipo de jugador que hayamos creado.
El problema de este modo Mi Carrera es que no es apto para los más impacientes, hay cantidad de escenas cinemáticas, lo que hace que tenga un ritmo de progresión muy lento, y lo peor de todo es que estas secuencias tampoco son demasiado interesantes. La mayoría de ellas están subtituladas al castellano, con fragmentos puntuales que no han sido traducidos como ciertos diálogos durante las reuniones para fichar por un equipo, y hay detalles visuales un tanto "cutres". Si cuando estamos en la pista el juego es deslumbrante, con una pasión por el detalle enfermiza, cuando salimos de ella y se muestran ciertas localizaciones, hay detalles que dejan mucho que desear, y que denotan que quizás han querido abarcar demasiado para este estreno en la nueva generación.
Otra novedad de esta versión es el NBA hoy, un lugar en el que se recogen todas las estadísticas de la última jornada e incluso podemos ver las mejores jugadas en un vídeo que se descarga automáticamente cada día, algo que encantará a los seguidores de la NBA. Se mantienen los modos online, el Blacktop, que nos permite jugar partidos callejeros con distinto número de jugadores, y este último modo evoluciona para dar paso a un nuevo modo online hasta para 100 jugadores, en el que cada usuario, con el jugador que ha creado, puede jugar partidos callejeros con un número variable de jugadores: 2 vs 2, 3 vs 3, etcétera. También se mantienen los 14 clubes europeos de la Euroliga, aunque nuevamente solo podemos jugar amistosos con estos, y no nos dan ninguna opción de disputar torneos.
Durante los partidos como ya os hemos contado y habéis podido ver en vídeos e imágenes, el salto gráfico es más que evidente, uno de los juegos de nueva generación más cuidados de todos los que hemos visto, con una resolución a 1080p y 60fps. La cuidada iluminación que incide en todos los elementos de la cancha, con cuidados reflejos en el parqué, el sudor sobre la piel de los jugadores, las camisetas con su propia física, un público más detallado que nunca, unas expresiones faciales muy cuidadas, que muestran alegría, enfado o decepción en cada una de las acciones del partido, y básicamente todas y cada una de las texturas que vemos, desde la piel de los jugadores hasta elementos como los marcadores o los tableros, imposibles de conseguir en las antiguas consolas. Y además se han incluido entrevistas a pie de cancha a los jugadores, que mejoran más si cabe la ambientación de los partidos, que ya era sobresaliente.
El sonido es tan bueno como siempre, con una excelente banda sonora en las que nos encontramos temas de Daft Punk, Eminem, Kanye West, The Black Keys y hasta Phil Collins, el sonido ambiente en los estadios está muy conseguido, y volvemos a contar con comentarios en castellano, esta vez incluidos en el disco, por lo que no tendremos que descargarlos.
Empezando con el pie derecho la nueva generación
A diferencia de otros juegos para PlayStation 4 y Xbox One que se han lanzado por puro trámite, 2K Sports ha hecho un auténtico juego de nueva generación con NBA 2K14, con nuevos modos, un apartado gráfico a la altura y pequeños retoques jugables que mejoran todavía más un simulador que ya de por sí era impecable. Se pierden ciertos contenidos por el camino que echamos de menos, como el modo protagonizado por LeBron James, pero aplaudimos el esfuerzo realizado para estrenarse por todo lo alto en la nueva generación. Seguro que el año que viene con NBA 2K15 serán capaces de dejarnos con la boca abierta, pero de momento si te gusta el baloncesto y vas a estrenar nueva consola, NBA 2K14 es prácticamente imprescindible.