Análisis de My Hero One's Justice (PS4, Switch, Xbox One, PC)
Bandai Namco apuesta fuerte por las adaptaciones del manga y, casi siempre, el género que mejor funciona con estas historias es la lucha. A principios del año incluso tendremos la culminación de uno de esos dream match con multitud de personajes de diferentes licencias cruzándose las caras, Jump Force. Por lo pronto tenemos My Hero One's Justice, basado en la obra de Kohei Horikoshi My Hero Academia.
El juego se ambienta en un mundo en el que más de la mitad de la población tiene superpoderes, con sus héroes y villanos. My Hero One's Justice tiene una pequeña introducción del protagonista y su ídolo, All Might, aunque como suele ser habitual en estos casos, conviene tener cierta idea de la licencia para disfrutarla plenamente.
La desarrolladora ha optado por un juego de lucha 3D al estilo brawler, como podrían ser los títulos de Naruto o J-Stars Victory VS+, que rebajan la exigencia técnica por una libertad de movimientos y los combos fáciles de hacer –de hecho, dispone de un modo que simplifica el control-. En apenas unos minutos te harás a los ataques básicos, defensa y movimientos especiales, pero gran parte de su jugabilidad consiste en evadirse, confundir al contrincante y atacar cuando menos se lo espera.
Uno de los primeros modos en los que nos fijaremos es la historia. Consiste en una serie de enfrentamientos con pequeños textos descriptivos entre medias que nos cuentan parte de los episodios del anime –parte de la segunda y tercera temporada-. En lugar de seguir únicamente a Izuku Midoriya, podremos ver los acontecimientos desde dos puntos de vista, el de los héroes y el de los villanos, así que es una buena forma de empezar a desbloquear objetos de personalización y probar a la plantilla de 20 luchadores.
En cuanto a narrativa el modo historia es un poco decepcionante, ya que no sigue la evolución del personaje desde un inicio y la información se reduce prácticamente en unos párrafos entre los duelos –de una ronda-. Para quienes desconozcan My Hero Academia no es de gran ayuda, y los fans tampoco encontrarán nada especialmente novedoso.
Más divertido para un jugador es el modo misiones con combates encadenados, con reglas específicas y algunas bifurcaciones en la ruta. La vitalidad se mantiene con el progreso y se recupera con objetos, pero esto bajaría nuestra puntuación, por lo que viene a ser una especie de modo supervivencia. En el multijugador local tenemos los enfrentamientos contra la CPU u otro jugador, el modo en línea –partidas de clasificación e informales-, entrenamiento, la personalización del perfil de usuario y de personajes -aspecto, frases, voces y más, algo bastante divertido de desbloquear-, o la galería.
Cada personaje dispone de unos ataques a corta y media distancia basados en sus poderes, de manera que unos son más rápidos que otros, están preparados para mantener las distancias o son más efectivos en el cara a cara. En los ataques devastadores tenemos los Plus Ultra, que requieren cargar primero una barra con la acción del combate. Aunque en cuanto a habilidades todos los luchadores se sienten diferentes, el control básico es común y se basa en decidir cuánto utilizar ataques rápidos, aquellos que absorben el daño –evitan ser interrumpidos- o los que no se pueden bloquear.
Dentro de la limitación de profundidad que tiene como juego de lucha, es posible estudiar estrategias que paralicen al rival o las mejores combinaciones de compañeros de apoyo. Sin embargo, a la hora de poner en práctica todo esto, volvemos a comprobar que en este sistema de lucha desenfadado casi siempre la mejor táctica es lanzar ataques continuadamente sin quedar quieto en ningún momento. Es un tipo de juego que cumple sobradamente con su cometido, el de divertir y enganchar a los fans de la licencia incluso si no son grandes aficionados al combate. Los jugadores más existentes, sin embargo, lo encontrarán demasiado superficial, pues no existe gran incentivo en pasar a un control menos automatizado.
Aunque no llega a las cuotas de espectacularidad de los Naruto: Ultimate Ninja Storm –y mucho menos del reciente Dragon Ball FighterZ-, el juego sabe aprovechar todas las posibilidades de Unreal Engine 4 para lucir mejor de lo que realmente es –por ejemplo, con efectos de partículas-. La cámara es muy dinámica y tan pronto sigue a nuestro personaje como al oponente, si bien a veces no termina por colocarse correctamente en lugares estrechos. La palma se la llevan los Plus Ultra, breves secuencias en las que cada personaje desata su poder y machaca al rival.
Hay otro detalle interesante, y es que con una plantilla tan poderosa los desarrolladores debían mostrar de alguna manera el impacto de los combates. Y lo hacen, porque los escenarios de clases, bosques o calles empezarán a deteriorarse con nuestros golpes: las paredes se resquebrajan, se derriban árboles y el suelo sufre las consecuencias. La lástima es que nada de esto tiene un impacto real en la jugabilidad, no se abren nuevas áreas para combatir ni el detalle es suficientemente alto como para que esta interacción sorprenda; de hecho, la mayoría de arenas son demasiado desangeladas, y hay zonas –en especial el gimnasio- que son prácticamente cuatro paredes. Los personajes, su sombreado y animaciones, son más que aceptables.
Nos llega con voces en japonés –no creemos que nadie ponga pegas a esto, más bien al contrario- y con textos en español. No es que abunden los diálogos ni es especialmente importante pero seguro que hace más cómodo el modo historia a ciertos jugadores. La música es cañera y encaja bien con la acción de sus combates.
Conclusiones
My Hero One's Justice es otra de las muchas adaptaciones del manga/anime y como otras recientes -Naruto to Boruto: Shinobi Striker, Black Clover: Quartet Knights, Little Witch Academia: Chamber of Time o el próximo Kill la Kill the Game: IF- parece que sufre de un presupuesto muy ajustado. Tiene buenas ideas, engancha y sus creadores transmiten que conocen la fuente original, pero es inevitable ver que no está del todo pulido y que parece cortado por un patrón que ya hemos visto en varias ocasiones: un sucedáneo de los Naruto de Cyberconnect2, sin la maestría del estudio.
Pese a la nefasta planificación para el lanzamiento –¿quién lo coloca el mismo día que Red Dead Redemption 2?-, My Hero One's Justice es un juego entretenido que no pretende competir con SoulCalibur VI, Dragon Ball FighterZ o Dead or Alive 6. Los fans de My Hero Academia sabrán perdonar muchas de sus carencias.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Bandai Namco.