Análisis de Lost Sphear (PS4, Switch, PC)
Square Enix sabe lo difícil que es producir grandes superproducciones de rol en la actualidad. Hace 20 años podía tener en el mercado multitud de lanzamientos del género, y todos de gran calidad, pero ese ritmo es imposible si hablamos de juegos del tamaño de Final Fantasy XV. La solución que tomó la editora hace no mucho fue abrir un estudio dedicado a rol con "producción indie", menos aspiraciones de ventas pero, con suerte, suficientemente rentables como para ampliar catálogo y sorprender con algo original.
Ese equipo fue Tokyo RPG Factory debutó en 2016 con I Am Setsuna y en apenas dos años ya tienen nuevo juego: Lost Sphear. No se trata de una secuela directa, aunque cuenta con muchas similitudes en cuanto a tipo de desarrollo y presentación.
El juego comienza con las aventuras de un grupo de jóvenes. Después de charlar con habitantes de su aldea natal, saldrán de pesca para preparar la comida. En su regreso comprobarán que el mundo es muy diferente a como lo recordaban, y muchos lugares se han evaporado –o más exactos, "perdido"-, incluyendo el pueblo y su gente. Pronto empezarán a conectar pistas y descubrir que el secreto para recuperar zonas tiene que ver con las memorias y un extraño poder del protagonista.
Nos llega en inglés y con voces –reservadas para los combates- en japonés. El argumento tiene sus momentos predecibles y quizás el mayor inconveniente es que nunca consigue sorprendernos como lo hicieron esos referentes a los que Tokyo RPG Factory mira de reojo. Sus protagonistas son menos inspirados que los de I Am Setsuna, y sólo en la recta final empieza a mejorar la primera impresión que no es mala, sino simplemente corriente.
Estas memorias se consiguen mediante objetos o algunos diálogos importantes con personajes. De vez en cuando aparecerá una palabra o frase de diferente color que podremos "capturar" para resolver alguno de los problemas relacionados con la desaparición de lugares y así desbloquear nuevas zonas del mapa, que al principio nos restringirá bastante la libertad. Además de su importancia en la historia, las memorias servirán para crear artefactos que proporcionarán efectos beneficiosos dentro y fuera de los combates, como potenciar los ataques físicos, la velocidad de movimiento, etc.
Lost Sphear vuelve a apelar a la nostalgia del género con su sistema de combate, derivado de Chrono Trigger. Utiliza la base de I Am Setsuna con algunos cambios para dar más dinamismo, en concreto el Vulcosuit, que supone controlar unos exoesqueletos o mechas que aportan nuevas habilidades y tácticas, especialmente útiles contra los enemigos más poderosos –tendrás que dosificar mucho su uso-. El sistema Momentum se ha retocado un poco, y cuando se rellena un indicador por ataques o daño, se consigue una carga; al atacar, podrás activar este Momentum para un nuevo golpe y habilidades de spiritnite.
Por lo demás, las batallas presentan un ATB –Active Time Battle- que nos permite desplazarnos después de elegir nuestro ataque o habilidad. Según el tipo de arma que usan los personajes la zona de ataque será diferente, es decir, algunos golpes sólo dañarán a un enemigo próximo y deberemos colocar al protagonista junto al oponente, pero otros, en especial los de armas a larga distancia, dañan a una columna. Colocados en el ángulo correcto, será posible golpear a varios rivales y desde una distancia segura.
Igualmente los ataques enemigos pueden ser de área, así que hay que tener cuidado con las embestidas de jefes, y además algunos primero lanzarán un movimiento que agrupa a nuestros personajes para luego causar un golpe demoledor. En definitiva, no sólo nosotros nos aprovechamos de esta mecánica.
Lost Sphear vuelve a utilizar una vista superior que simula la exploración de los RPG de 16 bits. Aunque hay puntos de guardado repartidos generosamente por cada mazmorra o bosque, en cualquier momento se puede utilizar un guardado automático –útil para evitar sorpresas desagradables con algún jefe inesperado o para apagar el juego en mitad de una mazmorra-. La dificultad es bastante asequible, salvando unos puntos concretos, y si sois jugones del rol quizás sea recomendable empezar con una dificultad un poco más elevada de la normal.
Por cierto, aunque no sea un RPG que guíe demasiado al usuario, si estamos un poco perdidos con nuestro próximo objetivo –o volvemos al juego después de tiempo y olvidamos qué hacer- siempre podemos hablar con los compañeros para que nos refresquen la misión. No obstante a veces daremos más vueltas de las necesarias por los escenarios, pese a que la historia principal se puede superar en menos de 30 horas, porque las pistas del lugar al que dirigirnos son poco concretas.
Gráficamente es muy similar a I Am Setsuna –aunque se beneficia de una mayor variedad de ambientes-, con gráficos 3D bastante simplones aunque suficientes si lo consideramos una producción menor dentro de Square Enix. No esperes grandes cinemáticas ni efectos espectaculares, los tiros van más por gráficos de smartphone. Y aunque se agradece este planteamiento retro, también hay que admitir que en los aspectos artísticos a veces no consigue tener una gran personalidad, muchas localizaciones son simplemente genéricas o poco inspiradas, y esto no es culpa del modesto apartado técnico.
La música a cargo del compositor Tomoki Miyoshi -SoulCalibur V, Steins;gate, I Am Setsuna- destaca más que los gráficos, y sí consigue unas melodías que recuerdan un poco el estilo del rol clásico. No vamos a decir que alcance el nivel de los grandes maestros de Square Enix, que en los años 90 lograron piezas inolvidables en este mismo género, pero sin duda es lo mejor a nivel audiovisual de Lost Sphear, con un tono melancólico para la exploración de abundantes territorios "olvidados".
Conclusiones
Si os gustó I Am Setsuna, probablemente Lost Sphear no os decepcionará. Ha mejorado algunos aspectos, en concreto los combates, la mayor variedad de climas –no es la constante nieve de su predecesor- y la aventura tiene más matices gracias a los momentos para el humor. Sin embargo en global tampoco supone un salto enorme y el breve plazo de desarrollo da idea del grado de reciclaje en sistemas que presenta.
Al final, Tokyo RPG Factory está demostrando que cumple con su papel: producir más juegos de rol para Square Enix que complementen a sus superproducciones. Después de dos proyectos, el equipo debería arriesgar un poco más o tratar de imprimir personalidad a sus juegos, hacer que estos RPG destaquen por méritos propios y no por apelar a la nostalgia; hoy día es muy fácil jugar directamente a multitud de clásicos que siguen siendo superiores a Lost Sphear.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con una copia que nos ha proporcionado Koch Media.