Análisis Ninja Gaiden 2 Black: un hack and slash imprescindible aunque no definitivo de un clásico (PS5, Xbox Series X, PC)

Los fans de Ninja Gaiden estamos viviendo este año un sueño del que no queremos despertar. Tras más de una década sin dar señales de vida más allá de ese pobre recopilatorio que fue Ninja Gaiden: The Master Collection, la saga regresa este 2025 con la friolera de tres juegos, como si Team Ninja quisiese compensarnos por esta larga década que hemos estado sin poder poner en práctica la técnica de la golondrina voladora.

El pistoletazo de salida a este proclamado "año del ninja" tiene el honor de darlo Ninja Gaiden 2 Black, una inesperada remasterización que ya está disponible de uno de los mejores, más viscerales y brutales hack and slash que se han hecho nunca. Así pues, solo queda hacerse la gran pregunta: ¿Es esta la versión definitiva de este juegazo?

Ninja Gaiden 2 Sigma: Razor’s Edge

Antes de proceder con el análisis como tal, nos toca dar una pequeña lección de historia para poner en contexto el producto que hoy tenemos entre manos y todo lo que implica su lanzamiento, ya que el nombre que Team Ninja ha escogido para esta remasterización no es fruto de la casualidad.

A fin de cuentas, hablar de Ninja Gaiden Black es hablar de la versión definitiva de uno de los mejores juegos de la historia. Una revisión con la que Team Ninja y Tomonobu Itagaki consiguieron lo que parecía imposible: mejorar a Ninja Gaiden (la entrega de 2004 para Xbox) y perfeccionar la perfección. Una aventura de acción como ninguna otra que incluso a día de hoy sigue siendo todo un referente con cuyo diseño y sistema de combate muy pocos se atreven siquiera a competir. Un juego brutalmente desafiante e inmisericorde, sí, pero justo, impecablemente equilibrado y con un nivel de pulido difícil de explicar con simples palabras.

Todo esto que os acabamos de describir es lo que significa la coletilla de Black para un fan de Ninja Gaiden, así que sabiendo esto resulta fácil entender el mensaje que Team Ninja nos quiere transmitir al haber decidido nombrar de esta forma a esta nueva versión de Ninja Gaiden 2. Sin dudas, toda una declaración de intenciones.

Sin embargo, la realidad es que lo que nos hemos encontrado no es precisamente lo que esperábamos y, en cierta medida, nos cuesta esconder cierta decepción. ¿Por qué? Porque esta no es la versión mejorada y definitiva del Ninja Gaiden 2 original que jugamos en Xbox 360 en 2008, sino del denostado Ninja Gaiden 2 Sigma, la revisión lanzada para PS3 que se cargó por completo la esencia de esta entrega con numerosas y desacertadas decisiones, como la eliminación del gore o la reducción del número de enemigos, de la agresividad de la IA y de la dificultad en general.

De este modo, Ninja Gaiden 2 Black toma a Sigma como base e introduce un buen puñado de mejoras y novedades que acercan la experiencia a la versión original, pero sin llegar a su grandeza al mantener algunos de sus tropiezos. Así pues, hay dos formas de encarar esta propuesta.

Por un lado, si lo valoramos como un juego de acción y omitimos la existencia del título de 2008, lo que tenemos es un hack and slash prácticamente imprescindible que destaca por un sistema de combate absolutamente magistral. Rápido, brutal, satisfactorio, profundísimo, espectacular y con una precisión inhumana. Os aseguramos que las sensaciones que transmite el título al luchar con el mando en la mano no las vais a encontrar en otra parte y si Ninja Gaiden es una saga tan reverenciada es precisamente por esto.

Hay un buen puñado de armas y todas ellas tienen unos sets de movimientos únicos y muy completos que hacen que cada una sea como controlar a un personaje totalmente diferente, las maniobras defensivas como los bloqueos, los contraataques o las esquivas tienen una importancia capital durante los enfrentamientos y cuando aprendemos a usarlas bien nos hacen sentir como auténticos maestros, los enemigos no se quedan mirando esperando su turno para atacar, la sensación de impacto y corte de las armas es sensacional, hay una gran variedad de rivales y jefes con los que debemos aprender a lidiar y un larguísimo etcétera.

El sistema de combate es tan rematadamente bueno que es capaz de enamorar incluso a quienes nunca han terminado de pillarle el punto a los juegos de acción y hablar de él en profundidad daría para uno o varios artículos dedicados exclusivamente a este apartado.

Además, nos alegra confirmar que Team Ninja ha corregido algunos de los mayores pecados de Sigma con esta edición Black. Probablemente lo más llamativo es el regreso del gore y del sistema de amputaciones de Ninja Gaiden 2, pudiendo así desmembrar con nuestros golpes a los rivales y ejecutarlos cuando les hayamos cortado algún brazo, las piernas o incluso la cabeza en el caso de ciertos demonios, por lo que las batallas se convierten en una auténtica carnicería en la que llueven litros de sangre mientras desparramamos por el suelo los cadáveres laminados de nuestros rivales. Puede no parecerlo así descrito, pero os aseguramos que la sensación de poder que transmite esto es inigualable, por no hablar de la fuerza que ganan las imágenes que veremos al término de una batalla.

La buena noticia es que se ha reducido considerablemente la vida de los enemigos respecto a la versión Sigma, por lo que ahora también es mucho más fácil realizar amputaciones, lo que afecta de forma muy positiva al ritmo de los encuentros, pues nuestros rivales han dejado de ser tediosas esponjas de vida. Para compensar esto, se ha aumentado un poco el número de contrincantes que salen a nuestro paso, aunque este es un punto en el que se sigue quedando muy lejos de lo que vimos en Ninja Gaiden 2, un título que se caracterizó por hacernos luchar contra ingentes cantidades de enemigos a la vez en larguísimas oleadas cada poco que avanzábamos por los niveles. Sí, eran fáciles de matar, pero había tantos y eran tan agresivos que nunca dejábamos de sentir su presión constante mientras luchábamos desesperadamente por llegar al siguiente punto de control, algo que aquí sigue ausente.

Ojo, en Black vais a pelear bastante y cuando lleguéis a los títulos de créditos habréis cometido un auténtico genocidio, pero es fácil apreciar cómo las batallas están mucho más espaciadas y cómo los rivales no presionan tantísimo y aparecen en menor número, algo que resulta especialmente evidente en escenas tan icónicas como la de las escaleras que tiene lugar al final de uno de los últimos capítulos de la aventura.

Todo esto es algo que afecta también directamente a la dificultad, ya que jugando en Guerrero (lo que el juego describe como Difícil) hemos sido capaces de terminarnos Black sin morir ni una sola vez y usando poquísimos objetos, mientras que jugando al original de 2008 en esa misma dificultad rara era la fase en la que no mordíamos el polvo varias veces mientras sudábamos la gota gorda para alcanzar los puntos de guardado.

No queremos que nadie se lleve a engaños, si queréis un reto de verdad, en Black lo vais a encontrar y os aseguramos que obtener su trofeo de Platino o todos sus logros solo va a estar al alcance de unos pocos virtuosos del mando, ya que al terminar el juego desbloquearéis la dificultad Maestro Ninja, donde los enemigos son capaces de liquidarnos de uno o dos golpes y donde hemos visto la pantalla de Game Over más veces de las que nuestro orgullo está dispuesto a admitir.

Entre otros cambios de esta nueva versión cabe destacar que se han eliminado dos de los jefes que añadió Sigma (la Estatua de Buda y la Estatua de la Libertad), los cuales restaban más que sumaban, así que nos parece un cambio positivo. De igual modo, siguen faltando un par de batallas de este tipo que estaban presentes en el original de 2008 y que se eliminaron en Sigma, como la del gusano gigante, aunque no es que se echen particularmente de menos. Además, uno de ellos fue sustituido por el Dragón Oscuro, un jefe que nos parece mucho más interesante y divertido que al que debíamos hacer frente en el original.

En general, los jefes nos gustan más cómo están planteados en esta versión, con unos patrones más legibles y menos aleatorios que en Xbox 360, y con unas barras de vida más equilibradas, algo que se nota especialmente al jugar en las dificultades más altas.

Algo a celebrar es que Black elimina el espantoso sistema de progresión de las armas que tenía Sigma para recuperar el del original, por lo que podemos subirlas de nivel en el herrero gastando la esencia amarilla que hayamos acumulado, algo que funciona mucho mejor, ayuda a mantener la economía del juego durante la partida y nos hace tomar decisiones realmente relevantes que van afectando al transcurso de la partida, pues la esencia amarilla también es necesaria para comprar objetos curativos.

Volviendo a lo negativo, las pruebas de valor del original, unas arenas de combate secretas de gran dificultad que nos otorgaban grandes recompensas, siguen desaparecidas, tal y como ocurrió en Sigma. A cambio, se mantienen los capítulos adicionales de Sigma protagonizados por Momiji, Rachel y Ayane, los cuales nos parecen muy entretenidos gracias a los particulares estilos de combate de cada una de ellas.

Hablando de contenidos de Sigma, regresan las arenas de combate cooperativas… sin la posibilidad de jugar en cooperativo online, por lo que únicamente podemos jugarlas en compañía de un bot controlado por la IA, algo que creemos que dista de ser lo ideal. Son unas pruebas muy, muy desafiantes, con algunos retos finales que os van a hacer sudar sangre para superarlos, pero que pierden parte de su razón de ser al no poder coordinarnos con otro jugador. Por su parte, los modos Carrera y Cine Ninja se han omitido por completo.

Llegados a este punto, resulta fácil ver cómo Ninja Gaiden 2 Black es un juego fantástico al que lo que más le pesa es su nombre, ya que no consigue ni igualar ni mejorar la experiencia de la versión de 2008 para Xbox 360. Sí, no fue un juego perfecto como Ninja Gaiden Black, pero supo darle un vuelco a la fórmula con sus multitudinarios enfrentamientos y esa adrenalina y presión constante que sentíamos al tener que luchar a muerte contra ingentes cantidades de rivales con una de las IA más agresivas que se han hecho nunca para un videojuego. Eso en esta nueva edición no es que se haya perdido por completo, pero sí que se ha diluido demasiado y muchas de las batallas que se nos quedaron grabadas a fuego en la memoria ahora o han desaparecido o han sido reducidas a una mera refriega contra un par de rivales.

Entendemos que había partes cuyo equilibrio no era el óptimo y que muchos jugadores podían llegar a sentir una gran frustración por la forma en la que el título nos fusilaba desde todas direcciones con innumerables proyectiles mientras el resto de enemigos nos atosigaban cuerpo a cuerpo, pero este tipo de cosas eran las que hacían de Ninja Gaiden 2 un título tan especial, único y diferente en el que debíamos dar lo mejor de nosotros mismos para alzarnos con la victoria mientras nuestro contador de combos y asesinatos subía sin parar.

Por todo esto, la coletilla de Black creemos que le queda muy grande a esta remasterización, ya que lo que hace no es mejorar y pulir un grandísimo juego, sino parchear y adecentar un título que resultó ser muy mejorable y decepcionante. O dicho de otro modo, esto equivale a lo que Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge fue para Ninja Gaiden 3 y no a lo que Ninja Gaiden Black fue para Ninja Gaiden.

Lo que sí que nos ha gustado bastante es el remake gráfico que ha traído consigo, actualizando el juego al motor gráfico Unreal Engine 5 para permitirnos disfrutar de mejores modelados, escenarios, texturas, efectos e iluminación. Y todo ello pudiendo jugar incluso a 4K y con opción de 120 fps. Como decimos, el resultado final es bastante bueno y consigue que todo luzca más espectacular que nunca, aunque en PS5 Pro (la versión que hemos podido probar), hemos notado la imagen un poco borrosa al activar el modo 120 fps y poca definición en el pelo de los personajes. Por lo demás, luce genial y ha ganado muchísimo en detalle.

El sonido, por su parte, mantiene la contundencia habitual de los efectos, la misma y potente banda sonora y el mismo doblaje tanto en japonés como en inglés. Por supuesto, los textos están perfectamente traducidos al español.

Conclusiones

No, Ninja Gaiden 2 Black no es la versión definitiva de esta maravillosa secuela y si tenéis una Xbox One o Xbox Series os recomendaríamos que os hagáis con la de Xbox 360, la cual nos sigue pareciendo muy superior, por no hablar de lo genial que se sigue viendo y jugando gracias a las mejoras incluidas con la retrocompatibilidad de las actuales consolas de Microsoft.

Pero si esto no entra dentro de vuestras posibilidades o simplemente buscáis una buena puerta de entrada a la saga, en esta remasterización vais a seguir encontrando un hack and slash absolutamente brillante al que solo podemos criticar por comparación directa con la edición de 2008. De hecho, actualmente hay muy pocos juegos capaces de aguantar la comparativa con Ninja Gaiden 2 Black y dentro de su género tiene un enfoque tan único y con tanta personalidad que acaba destacando por méritos propios.

Muy completo en contenidos, rejugable, con un sistema de combate inigualable, desafiante, ágil, frenético y espectacular, la remasterización de esta aventura de Ryu Hayabusa nos ha recordado por qué amamos tantísimo la saga de Team Ninja y las ganas que teníamos de que volviese por todo lo alto. Sí, la coletilla de Black le viene grande, pero como hack and slash puro, pocos mejores vais a encontrar en el mercado y eso es algo que, independientemente de nuestras decepciones como fans acérrimos de la serie y de la visión original de Tomonobu Itagaki, es algo que no podemos ni debemos obviar.

Hemos escritos este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Koei Tecmo.